Ante el manual de instrucciones de una impresora o de una cafetera, el hombre y la mujer no se comportan de igual modo. El hombre ni lo lee, la mujer, sí. Esta es una de las primeras conclusiones de Helpline , una empresa dedicada a ayudar telefónicamente a la gente que tiene problemas con sus aparatos domésticos, desde la batidora al módem.
Las conclusiones del estudio se basan en las 75.000 llamadas de socorro recibidas en este servicio británico, entre el 25 de septiembre y el 23 de octubre. La primera sorpresa es que el 64% de los hombres que pide ayuda lo hace sin haberse leído las instrucciones de aparato, un comportamiento que baja al 24% en el caso de las mujeres. Las consecuencias de esta actitud se ven rápidamente: el problema que tenía un 12% de los hombres simplemente se solucionó enchufando el aparato o apretando el interruptor "on"; un 7% en el caso de las mujeres.
En el blog de Helpline se encuentra una apostilla firmada por Archie, en donde se mofa de esta actitud: "Un machote machaca los botones con sus gigantescos dedos hasta que el aparato funciona...o se rompe. Simplemente, es algo genético".
Sí, es cierto, la mujer habla más por teléfono que los hombres, según Helpline: un 32% más discutiendo puntillosamente el problema, pero, aparte de que a los socorristas de Helpline les gusta más tratar con mujeres, resulta que los rapidillos de los hombres, en un 47% de los casos (el doble que las mujeres) vuelve a llamar porque lo que creía tener claro, resultó que no era así.
La experiencia de Helpline, aparentemente frívola, es finalmente un gran estudio psicosocial del comportamiento de los sexos. Fíjense si no: un 17% de mujeres llaman con el electrodoméstico funcionándola la perfección para preguntar si está haciendo las cosas bien. Sólo ocurre lo mismo con el 9% de los machos. Conclusión de la bloguera Archie: "de acuerdo con las estadísticas parece que las mujeres están menos dotadas técnicamente, pero siguen mejor las instrucciones; mientras que los hombres están más inclinados a lo técnico, pero les pierde su confianza".
El servicio de Helpline cuesta tres libras mensuales y a él se han suscrito ya 120.000 personas.
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