Una empresa de mercadotecnia, 'Mailorama.fr', anunció el reparto de billetes desde un autobús en el centro de París, pero el acto tuvo que cancelarse finalmente el domingo debido a la abrumadora asistencia de personas, lo que hacía temer incidentes a la Policía. Unas 5.000 personas se congregaron en las inmediaciones de la Torre Eiffel y tras la cancelación se produjeron disturbios.
"Teniendo en cuenta los graves problemas de circulación registrados en la zona del Campo de Marte y los importantes movimientos de gente, la Policía pidió a los organizadores suspender el acto de distribución de dinero", explicó un portavoz policial. La policía anti-disturbios tuvo que intervenir y cerca de 10 personas fueron arrestadas.
Algunos de los asistentes habían esperado durante horas para poder conseguir alguno de los billetes que se repartían, por lo que la cancelación provocó un profundo descontento. Algunas personas rompieron escaparates e incluso se volcó un coche. "No podíamos prever que acudiría tanta gente", explicó una portavoz de la empresa organizadora, Stephane Boukris, en declaraciones a la radio France Info. Rentabiliweb, la compañía detrás de Mailorama.fr, divulgó una declaración diciendo que tenía permiso oficial, y que de otro modo no hubiera seguido con lo que llamó una "iniciativa amistosa, agradable y de buen talante de entregar efectivo".
"Rentaliweb deplora los excesos que ocurrieron", sostuvo. La firma dijo que donaría los 100.000 euros (148.800 dólares) que había intentado distribuir como caridad para los pobres.
Por su parte, el ministro francés de Presupuesto, Eric Woerth, aseguró que estaba horrorizado por un truco publicitario que atrajo a tanta gente esperando dinero en efectivo y llevó a actos de violencia cuando fue cancelado por razones de seguridad. "Este tipo de comportamiento de compañías me horroriza", dijo Woerth a Radio J. "Se ha hecho en Estados Unidos, pero esa no es razón para hacerlo en Francia", indicó.
Woerth negó que la violencia tuviera una significación más amplia para la sociedad francesa en vista de la crisis económica. "Si uno le dice a la gente, 'venga a tal hora y le entregaremos dinero', vendrán, sean alemanes, belgas o costarriqueños", declaró, dejando de lado una sugerencia de que podía ser un signo de que Francia está "al borde de una explosión social".
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