El "Óscar" al Emprendedor del Año ha ido a parar a manos de un argentino que financió su sueño recolectando cartón durante cuatro años.
Juan Ramón Núñez, de 34 años, recibió la distinción -dotada con US$5.000- de la ONG Youth Business International (YBI) el lunes por la noche en el Palacio de Saint James, en Londres.
El premio intenta resaltar los esfuerzos de Núñez, un empresario exitoso y comprometido con la comunidad que conoció las dificultades y los obstáculos desde temprano.
Originario de la provincia de Corrientes, en el este de Argentina, quedó huérfano con apenas un año y vivió con una familia adoptiva en una zona rural, donde aprendió a ahorrar hasta las baterías de la radio para poder escuchar un partido de fútbol más.
De joven se mudó a Misiones (noreste del país), donde formó una familia, pero al poco tiempo enviudó. Vuelto a casar, hoy por hoy tiene ocho hijos, que espera "no tengan que sufrir tanto" para llegar a sus metas.
De Ciudad Oculta a Londres
Cuando sobrevino la profunda crisis económica en Argentina, en 2001, Núñez resolvió que la forma de financiar su sueño de poner una estación de radio propia era convertirse en "cartonero", como se conoce a los que reciclan cartones y botellas en Buenos Aires. A 23 centavos de peso por kilo de material (US$0,06), su meta se demoraba. Pero él no abandonó.
Nuñez debió sentirse muy lejos de la realidad del barrio marginal donde vive, Ciudad Oculta, cuando recibió de manos del príncipe Carlos el premio al Emprendedor del Año en los fastuosos salones del Palacio de Saint James.¿Cómo llegó hasta allí? ¿Qué lo motiva? ¿Dónde tiene puesta la mirada este argentino que, en palabras del jurado de YBI, "no se resignó a su destino, sino que luchó, identificó un mercado y lo atacó con un plan de negocio exitoso"?
Durante cuatro años, cada peso que Núñez hizo recogiendo cartón lo ahorró para sacar adelante una radio comunitaria, FM La Milagrosa, que comenzó a transmitir en 2004.
La emisora fue el trampolín para que se lanzara al mundo empresarial y a principios de 2009 abriera -con apoyo de la Fundación Impulsar- The Light of Sound, una casa que presta servicios de sonido e iluminación para eventos.
Él mismo cuenta a BBC Mundo su experiencia de la lucha, y la recompensa.
Mucho ha cambiado desde que salía a recoger cartón hace cuatro años. ¿Cómo describiría este viaje?
En estas últimas horas utilicé mucho una frase que, creo, voy a seguir recalcando toda mi vida: el cambio que hubo entre salir a juntar cartones y caminar por las históricas calles de Londres fue cumplir hasta el sueño no soñado.
¿Qué significa para usted el Premio al Emprendedor del Año?
Es como ganar un Mundial. No es por ganar el premio en sí, sino (el hecho de) imponer un modelo de construcción colectiva, un proyecto entre lo social y lo empresarial.
Pudimos romper muchas barreras y demostrar, en un barrio muy humilde, que se puede; que se puede salir adelante, que se puede luchar.
(Ojalá) que esto sea un precedente de lucha, principalmente para los jóvenes que perdieron las esperanzas.
¿Dónde tiene puesta la mirada ahora? ¿Cuál es su próximo objetivo?
Que este proyecto no se quede solamente en Buenos Aires. Hablo del proyecto en general, porque cuando nosotros armamos la empresa y armamos la radio, no armamos sólo eso, sino que montamos un proyecto social y una empresa que sostuviera ese proyecto social.
El gran objetivo es que eso se distribuya a las provincias y que podamos llegar con asistencia a todos quienes lo necesitan en distintos puntos de Argentina. No solamente en Ciudad Oculta o en Misiones, donde estamos trabajando con el proyecto social también.
¿Qué lo motiva? ¿Dónde encontraba ese impulso en las mañanas de recolección, ese impulso que ayer premió el príncipe Carlos?
Mi motivación primera es aprovechar las pocas oportunidades que nos regala la vida. Como dice el refrán, el tren pasa una sola vez, o pasa muy pocas veces. Se lo recalco a mis hijos siempre y a la gente que trabaja conmigo en la radio.
La gran motivación es ver que el trabajo que uno hace con casi nada, o con muy poco, puede ayudar a muchísima gente. Con nada, prácticamente, hemos logrado generar trabajo para más de 60 personas. Y eso se multiplica por miles, cuando de ayuda se trata.
Cada cuatro meses viajamos a 1.800 kilómetros de la capital llevando donaciones. Y vos llegás y le entregás una zapatilla a un chico que no tiene posibilidades de comprarla, ves su alegría y es lo máximo. Ésa es la motivación más importante para seguir no sólo con lo social, sino para afianzar el proyecto laboral, que lo sustenta.
¿Por qué una radio? ¿Dónde empezó la historia de La Milagrosa?
La radio es "el sueño del pibe", digamos.
Soñaba con la radio desde muy chiquito. Viví en el campo en la extrema pobreza; mucha más pobreza de la que me tocó vivir en Buenos Aires, y me crié escuchando las famosas AM. Escuchaba los relatos de fútbol desde Buenos Aires.
Tenía que apagar la radio para que no se gastara la pila, guardar energía para escuchar el próximo partido. Soñaba con la radio desde que tenía ocho años, y cuando abrió una radio en el pueblo me dije: "Ésta es mi oportunidad".
Así fui pasando por distintas etapas. Hace seis años sufrí un robo y me dio un infarto, terminé muy mal. Pero gracias a la fe y a la ayuda de mi familia y los médicos, recuperé no sólo la salud sino todo lo que había perdido. Es "el sueño del pibe" hecho realidad.
Entonces, la radio se llama La Milagrosa porque su historia es casi un milagro.
Sin duda. Es más que un milagro.
¿Qué le diría a un chico latinoamericano que sale a recoger cartón o que está pasando un momento difícil, pero tiene sueños grandes?
Que a ese sueño grande le sume la fe. Con fe y lucha será posible realizar esos sueños. Con determinación y decisión, porque pueden pasar miles de oportunidades por delante nuestro, pero si no queremos verlas o aprovecharlas... Hay que pelearla todos los días, luchar con fe.
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