En una ribera del Río Mohawk, un edificio industrial de acero corrugado oculta algo que pudiera volver obsoletas las lámparas de pie, veladores y casi todas las otras lámparas hogareñas: una máquina que imprime luces.
El aparato, del tamaño de un camión remolque, cubre una lámina plástica de 20 centímetros de ancho con sustancias químicas y seguidamente la sella con una fina capa de metal. Luego, se aplica electricidad a la lámina resultante y ésta se enciende con un resplandor blanco azulado.
Uno puede colgar esa lámina en la pared, enrollarla alrededor de una columna o incluso emplear una versión transparente y pegarla a la ventana. A diferencia de prácticamente todas las otras fuentes artificiales de luz, usted no necesitaría una lámpara para esas láminas, aunque habría que conectarlas.
Las láminas deben su luminiscencia a complejos conocidos como diodos orgánicos emisores de luz (Oled).
Los Oled están comenzando a usarse en televisores y teléfonos celulares, y grandes compañías como Siemens y Philips están dando su apoyo también a la nueva tecnología. La impresora de OLED fue fabricada por General Electric Co. en sus instalaciones científicas en el norte de Nueva York.
No lejos de aquí un físico de GE descubrió la forma práctica de usar tungsteno como filamento en las bombillas de luz. Ese sistema sigue en uso en la actualidad, casi un siglo más tarde.
El invento de la bombilla incandescente creó un patrón en la iluminación hogareña: nuestras fuentes de luz son pequeñas y brillantes.
Las grandes láminas luminescentes pueden ser además fuentes de luz en todo tipo de objetos. GE imagina colocar OLED en la parte interior de persianas _ una las hala, enciende la lámina y tiene luz proviniendo de la ventana, incluso de noche. Uno incluso pudiera tener empapelado con OLED, pues el material de las láminas es flexible.
``Nosotros tenemos muchas ideas sobre lo que se puede hacer con esto´´, dice el diseñador alemán de luces Ingo Maurer.
Él y su firma ya han creado la primera lámpara de OLED a la venta comercialmente, y se vende en una edición limitada de 25.
Maurer espera entregar las dos primeras este año, a un precio no revelado, pero casi seguramente bien alto.
La lámpara en cuestión es más una curiosidad que un objeto práctico: la luz que emite es tenue, y se debilita gradualmente, perdiendo la mitad de su luminescencia luego de 2.000 horas de uso.
Sus paneles de OLED son más pequeños y están hechos de cristal, en lugar de plástico. Salen de una rama central como las hojas de un helecho.
Los paneles de la lámpara de Maurer están producidos por Osram Opto Semiconductors, una subsidiaria del conglomerado industrial alemán Siemens AG, que es la compañía matriz de Osram Sylvania, un rival de General Electric en el mercado de luces.
Osram Opto los produjo con un proceso lento y costoso conocido como deposición al vacío, que ha dominado el desarrollo de los OLED hasta ahora. Una virtud de ese método es que puede ser combinado con las tecnologías que producen pantallas LCD para crear televisores con OLED. Sony Corp. vende un modelo de 11 pulgadas (28 centímetros) por 2.500 dólares.
Los televisores con OLED tienen que volverse mucho más baratos para ser viables comercialmente, y las luces de OLED tienen que abaratarse más. Ese es el asunto con el que GE está lidiando con su impresora, que en lugar de la deposición al vacío usa un proceso no mucho más complicado que la impresión de un periódico.
En el futuro, el proceso de impresión pudiera reducir el costo de los OLED a poco más que el costo del material en que están impresos, dice Janice Mahon, vicepresidenta de comercialización tecnológica para Universal Display Corp.
La compañía de Ewing, Nueva Jersey, es líder en la investigación de OLED y desarrolla algunos de los compuestos orgánicos, que son similares a los tintes usados para colorear telas. Si es impreso en papel de metal, el costo de una luz de OLED pudiera ser de menos de un dólar por 929 centímetros cuadrados, dice Mahon.
Muchos proyectan que gracias a su eficiencia, habrá un incremento firme, aunque gradual, en el uso de OLED en iluminación. Pero otros, como Bob Sagebiel, experto en mercadeo para Arrow Electronics Inc., son menos optimistas. Como los OLED son tan diferentes de la tecnología actual, pudiera ser difícil que sean aceptados en el mercado, piensa Sagebiel.
Además, aún quedan retos por resolver, especialmente hacer los OLED más duraderos. Los modelos actuales se gastan rápidamente con el uso, y la exposición al oxígeno los deteriora.