El economista colombiano José Antonio Ocampo, actualmente profesor de la Universidad de Columbia, en Nueva York, no cree que el capitalismo como modelo general haya fracasado. Pero, en su opinión, lo que sí ha demostrado ser un fracaso es la visión más neoliberal del capitalismo.
"Lo que fracasó es la idea de que el capitalismo tenía que ser un sistema no regulado", explica Ocampo, que trabajó con Kofi Annan como secretario general adjunto de Naciones Unidas para Asuntos Económicos y Sociales."El capitalismo funciona bien cuando hace parte de un sistema social más amplio. Pero cuando se pretende que el mercado está por encima de las relaciones sociales o políticas, el capitalismo falla", señala Ocampo.
"La visión neoliberal fue una gran equivocación en todas partes, que respondió a intereses económicos particulares fuertes y no a una agenda social sostenible, como se demostró a la postre en el mundo en desarrollo primero y en el propio mundo industrializado después".
"Hoy, en América Latina, por ejemplo, tenemos un capitalismo con muchísimos más grados de intervención del que teníamos en la década de los 90", resalta el economista, que ha investigado extensamente sobre la historia económica de esta región y enfatiza cómo la crisis de la deuda latinoamericana y la crisis asiática condujeron al retorno de formas de intervención.
El rol de América Latina
Ocampo explica que la crisis tuvo un impacto "muy fuerte" en América Latina, en especial por la recesión del año 2009. Pero, por el otro lado, también hace énfasis en cómo la región salió ganando."Las ganancias se perciben en el hecho de que no hubo crisis financieras nacionales en ningún país, tampoco colapsos en la balanza de pagos (aunque en Venezuela hubo algo parecido) y no hubo estallidos inflacionarios nuevos".
El colombiano resalta que "América Latina salió de la recesión muy rápidamente, pero en eso creo que jugaron factores internacionales favorables, en particular dos".
"Primero, que la crisis fue contenida por la intervención masiva de los bancos centrales y de los gobiernos de los países industrializados, así que en términos de su impacto financiero la crisis duró sólo un año".
"El segundo factor fue la recuperación muy rápida de los precios de productos básicos, un proceso que fue jalonado por China".
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Ocampo, quien fue secretario ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (Cepal), tiene una visión que él mismo califica de pesimista sobre esta pregunta.
"La periferia ha adquirido ciertos grados de autonomía, pero esos grados son limitados todavía. En otras palabras, la periferia no tiene la capacidad de impulsar la economía mundial lo suficiente cuando las principales economías industrializadas están en crisis. Eso es lo que se está demostrando ahora".
"La economía mundial está en vías de reestructuración, pero hoy por hoy, y lo diría en forma categórica, no tenemos una autonomía total en relación con el mundo industrializado".
"América Latina es una región dinámica, pero no es un motor".
Algunos cambios
Para Ocampo, ese proceso de reestructuración a causa de la crisis financiera ha tenido al menos tres consecuencias.La primera es la ratificación de nuevos centros económicos importantes, notablemente China, al que sí califica "sin la menor duda, de motor de la economía mundial".
La segunda es que, según Ocampo, las crisis proporcionan una oportunidad para replantearse las labores de las instituciones financieras internacionales.
En ese sentido, "ha habido cambios notables: el FMI de hoy es muy diferente al de antes de la crisis y aunque falta mucho por hacer creo que va para adelante. Los bancos multilaterales de desarrollo salieron a apoyar a los países en desarrollo en magnitudes poco esperables antes de la crisis. Y hay un nuevo impulso a algunas instituciones regionales, como Unasur".
Finalmente, el regreso a una visión más intervencionista no se está llevando a cabo en todo el mundo.
"El debate en Estados Unidos es contrario a la visión intervencionista y creo que va a fracasar porque el capitalismo sin una buena intervención del estado no es un sistema suficientemente sostenible", concluye.
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