Cuando lo despidieron de Apple en 1985, Steve Jobs pensó en ofrecerse a la NASA para volar en su transbordador espacial Challenger, vivir en la Rusia de Mijaíl Gorbachov o en el Sur de Francia como expatriado, ocupar un escaño en el Senado de California y hasta dedicar el resto de sus días a la jardinería. O, lo que es lo mismo, “sufrió su crisis de la mediana edad a los treinta” y algunos de sus amigos llegaron a temer por su salud mental.
No conocemos estos detalles por la biografía que se acaba de lanzar en España, sino por una que escribió en el año 2000 el periodista de Vanity Fair Alan Deutschman y que lleva por título “The Second Coming of Steve Jobs”.
En ella también se desgranan los amoríos de un hombre que, desde que saltó a la fama, consiguió blindar su vida privada con un armazón de acero: un romance universitario con la cantante Joan Baez, una cita a ciegas con la actriz Diane Keaton, una relación con la escritora Lisa Birnbach… y una hija con su novia de instituto, que se negó a reconocer.
Por eso, cuando el cofundador de Apple se enteró del contenido, se reunió con el máximo responsable de la editorial Random House e intentó frenar su publicación. Pero el libro acabó viendo la luz igualmente. Y con él un sinfín de anécdotas que lo retrataban como un Hyde “obseso del control, ególatra y tirano terrible” acostumbrado a gritar a sus empleados hasta el punto de la hiperventilación. Pero también como un Jekyll asombroso capaz de reiventarse en NeXT (como bien relata “Steve Jobs and the NeXT Big Thing”, de Randall E. Stross), triunfar con Pixar y resucitar Apple.
A trabas similares se tuvo que enfrentar cinco años después “iCon: The Greatest Second Act in the History of Business”, de Jeffrey S. Young y William L. Simon. Aunque buena parte de sus capítulos no son más que un refrito del libro de 1987 “Steve Jobs: The Journey Is the Reward”, los añadidos sobre su vuelta a la firma de la manzana, su enfermedad y su matrimonio no parecieron gustarle a Jobs, que contraatacó desterrando todas las obras de la compañía John Wiley & Sons de las estanterías de su Apple Store.
De nuevo, al describir la relación de Jobs con sus empleados, los autores hacen referencia al “aura de miedo que Steve arrastraba consigo como una nube negra”, y agregan que nadie quería ser llamado ante él para presentar nuevos productos porque, en su afán perfeccionista “podía decidir desecharlo, y a ti con él”.
El sentido de deferencia se acabó transformando en miedo en las oficinas de Cupertino, según apunta el italiano Riccardo Bagnato a lo largo del recién salido del horno “iJobs: Unauthorized Biography of Mr. Apple”.
De las pantallas de cine al cómic
Pero ni éstas son las únicas biografías no autorizadas de Steve Jobs, ni todas lo dejan en dudoso lugar. El inventor de los iPods, iPhones y iPads apareció en cientos de portadas de revista a lo largo de su trayectoria profesional y tras su muerte se han disparado las ventas de compilaciones de discursos, entrevistas y pensamientos como “I, Steve: Steve Jobs in His Own Words”, de George Beahm, “The Innovation Secrets of Steve Jobs: Insanely Different Principles for Breakthrough Success” y “The Presentation Secrets of Steve Jobs: How to Be Insanely Great in Front of Any Audience”, ambos de Carmine Gallo.
Otros, como “The Steve Job’s Way” e “Inside Steve’s Brain”, están narrados en primera persona por colaboradores directos o fans. ¿Quiénes en este caso? El ex-vicepresidente de Apple, Jay Elliot, que explora los inicios empresariales de su jefe, su implicación en el diseño de dispositivos y marcas, y sus enfrentamientos en las salas de juntas de Silicon Valley. Y el editor de Cult of Mac, Leander Kahney. Incluso la hermana biológica de Jobs, Mona Simpson, escribió un libro sobre su trato personal bajo el título de “A Regular Guy”.
Hasta que accedió a hablar con Walter Isaacson para su biografía oficial, el interés entorno a ese hombre “normal” pero cargado de misterio fue tal que dio origen a la ya mítica película “Pirates of Silicon Valley”, donde un aclamado Noah Wyle es el encargado de romper parte del enigma. Basada en el libro “Fire in the Valley: The Making of a Personal Computer”, de Paul Freiberger y Michael Swaine, tampoco obtuvo el visto bueno de Steve Jobs, aunque éste invitó más tarde a Wyle a una de sus keynotes para hacerse pasar por él durante el saludo inicial.
Por su parte y en versiones más originales, el actor teatral Mike Daisey ha decidido llevar la historia del “iGenio” a las tablas en “The Agony and the Ecstasy of Steve Jobs” y Caleb Melby, en colaboración con ESS3, la ha convertido en novela gráfica en “The Zen of Steve Jobs”, un intento de cubrir los meses posteriores a su partida de Apple en 1985, esos que según Deutschman casi le cuestan la cabeza.
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