Como lo dijo Oscar Wilde, puedo resistirme a todo, menos a la tentacion. Y en las redes sociales, la tentación para muchos puede ser irresistible. Al encontraros frente a la leyenda “¿Qué estáis pensando?” en vuestro muro de Facebook y sientes el deseo irrefrenable de liberar vuestras quejas respecto a la empresa para la que trabajas, criticar a vuestros compañeros o, incluso, a los clientes de la compañía. Pero, en estos casos, la espontaneidad puede resultar un arma de doble filo y poneros ante una situación capaz de comprometer vuestro puesto de trabajo.
Al utilizar una plataforma de sociabilidad online es imprescindible entender que las opiniones que allí se vierten pueden afectar la reputación de otras personas u organizaciones. La vida personal pertenece a cada uno pero, cuando los comentarios de un empleado afectan la reputación de la empresa de la que se forma parte, la línea que separa el ámbito profesional del privado se vuelve muy difusa.
Lo que no hay que hacer
Uno de los casos más resonantes fue el de EasyJet La empresa de vuelos económicos decidió despedir a uno de sus auxiliares de a bordo luego de que, en el campo ocupación de su perfil de la red social, el empleado incluyera la leyenda “F*** EasyJet”. En su argumentación para justificar el despido, la compañía aseguró que los comentarios del usuario eran ofensivos y difamatorios. Además, agregó que EasyJet contaba con un código de conducta que especificaba que los trabajadores debían ser precavidos al hablar sobre la empresa en Facebook.
Otro episodio relevante fue el sucedido con un grupo de empleados del supermercado británico Marks & Spencer que crearon un grupo en la red social en el que contaban sus experiencias con clientes de la cadena calificándolos como “locos” e, incluso, “idiotas”. Por su parte, la aerolínea británica Virgin Atlantic despidió a 13 trabajadores después de descubrir que habían dejado mensajes en las redes sociales criticando a sus pasajeros.
Entonces, ¿cómo debemos comportarnos?
Lo primero que debemos tener en cuenta es el grado de privacidad de las redes en las que participamos. Si vuestro perfil de Facebook está abierto a todos los navegantes, no hay dudas de que cualquier cosa que publiquemos podrá ser vista por vuestro empleador. Y, aun cuando la posibilidad de acceder a nuestra información esté restringida a nuestros amigos, ¿quién no tiene a algún compañero de trabajo entre vuestros contactos?
Lo cierto es que debemos entender que las redes sociales son espacios abiertos y de amplia visibilidad. La mayoría de nosotros no criticaría su trabajo delante de una cámara de televisión. Entonces, ¿por qué hacerlo a través de Facebook o Twitter?
Las compañías buscan, justificadamente, tener la mejor reputación posible en el espacio online y un empleado que habla mal de la empresa para la que trabaja no es precisamente lo que podríamos llamar una buena publicidad. La vida personal pertenece a cada uno, pero cuando la opinión de un empleado afecta a la reputación de una empresa , el límite entre lo publico y lo privado es una línea muy fina.
Si quieres evitar problemas, debes estar seguro de que las redes con las que se comparte la información son privadas, porque lo que se diga obviamente puede ser usado en su contra.
1 comentario:
Falta la cita de la fuente
Publicar un comentario