La degradación de suelos, agua, aire y recursos biológicos puede tener un impacto negativo en la salud y en la alimentación, e incluso conlleva la destrucción de hábitats, como sucedió con el tsunami de Indonesia en 2004, donde la falta de una barrera natural de praderas submarinas expuso al archipiélago al fuerte oleaje, que acabó con la vida de 230.000 personas.
La contabilidad ambiental es desconocida e ignorada por el mercado, y "estamos acabando con el capital natural sin entender siquiera el valor de lo que estamos perdiendo", advierte el informe La Economía de los ecosistemas y la biodiversidad, coordinado por el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y financiado por la Comisión Europea. El comisario europeo de Medio Ambiente, Stavros Dimas, alertó ayer en la presentación del informe de que, si no se toman medidas para proteger la biodiversidad y evitar la destrucción de los ecosistemas, el daño provocado tendrá un coste equivalente al 7% del PIB mundial en 2050.
Los ecosistemas proporcionan servicios valorados en billones de dólares anuales, y según el informe es más barato mantener el equilibrio natural que actuar con infraestructuras artificiales. Así, la protección de 12.000 hectáreas de manglares en Vietnam supone un coste anual de un millón de dólares, pero evita un coste de siete millones de dólares que serían necesarios para el mantenimiento de los diques si no existieran los manglares.
Las múltiples crisis actuales como la de carburantes, alimentación, finanzas y economía deben servir para cambiar hacia una economía más eficiente y ambiental, y que incluya los servicios que proporciona gratis la naturaleza, señaló el autor principal del estudio, Pavan Sukhdev.
Decálogo para los políticos
En el informe han participado más de 100 especialistas que proponen un decálogo para que los políticos actúen: inversión en infraestructuras naturales ya existentes y no más artificiales; pago a comunidades locales por la conservación de ecosistemas; reformar los subsidios dañinos (un tercio de las ayudas que se destinan a agricultura y pesca van a la compra de carburantes); poner precio a la pérdida de biodiversidad; reconocer que las áreas protegidas proporcionan beneficios (un sexto de la población mundial depende de ellas); detener la deforestación; proteger las barreras de coral tropical; recuperar las pesquerías; reconocer el vínculo entre degradación de los ecosistemas y pobreza; y llegar a un acuerdo en la Cumbre del Clima de Copenhague.
El director ejecutivo del PNUMA, Achim Steiner, apostó por "pagar a los países en desarrollo por la reducción de emisiones por deforestación evitada, y así situar en el centro de la actividad económica la importancia financiera de los ecosistemas y la biodiversidad".
La organización ecologista WWF destacó que, por cada euro invertido en la reducción de desastres naturales, se ahorran siete euros en pérdidas tras el desastre, según datos del Banco Mundial.
El medio ambiente, un modelo para la economía
Venezuela
La inversión en sedimentación en el sistema nacional de áreas protegidas ha ahorrado a los granjeros 4,5 millones de dólares al año para mantener sus fincas.
Guatemala
Las inversiones en protección de la Reserva de la Biosfera Maya generan unos ingresos anuales de 50 millones de dólares y crean 7.000 empleos.
Europa
Uno de cada 40 empleos está relacionado con servicios ambientales como agricultura ecológica, consultoría y ecoturismo.
Áreas protegidas
La inversión de 45.000 millones de dólares en estas áreas proporciona servicios valorados en 5 billones de dólares.
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