Investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, han desarrollado una tecnología para dirigir el calor que desperdician los chips de cada ordenador a las plantas de energía para los motores de vehículos eléctricos, convirtiendo este calor en electricidad, según informó la institución educativa. Seguir leyendo el arículo
El trabajo, publicado este mes en 'Journal of Applied Physics', indica que más de la mitad de las energía que se consume en todo el mundo es desperdiciad, la mayor parte de ella debido al exceso de calor. Con esta nueva tecnología podría reconvertir ese calor desperdiciado en electricidad logrando una eficiencia varias veces mayor que la de los dispositivos existentes.
Este tipo de recogida del calor desperdiciado podría, por ejemplo dar a los teléfonos móviles el doble de tiempo de conversación, los ordenadores portátiles podrían funcionar el doble de tiempo, o las plantas energéticas podrían producir más electricidad por una cantidad similar de fuel.
Según la teoría, la conversión de calor en electricidad nunca puede exceder un valor específico conocido como el Límite Carnot, que se basa en una fórmula del siglo XIX para determinar la máxima eficiencia que se puede lograr en la conversión de calor en trabajo. Pero los actuales dispositivos de la actual termoeléctrica comercial sólo logran un décimo de ese límite, asegura el profesor asociado de ingeniería eléctrica del MIT, Peter Hagelstein.
En este experimento, Hagelstein trabajó con el consultor del Laboratorio de la Investigación Naval Yan Kucherov para demostrar que la eficiencia podría alcanzar el 40 por ciento del límite Carnot. Los cálculos muestran que este nuevo tipo de sistema podría alcanzar hasta un 90 por ciento de ese techo.
Así, Hagelstein señala que con los sistemas presentes es posible convertir eficientemente calor en electricidad, pero logrando muy poca potencia. También es posible lograr gran cantidad de potencia energética con menor eficiencia y sobre todo con un sistema mayor y más caro. "Es sacrificar una cosa por otra. Pero este equipo ha descubierto que usando este nuevo sistema sería posible lograr ambos aspectos a la vez", indicó.
Ahora la nueva tecnología depende de dispositivos de punto cuántico, un tipo especializado de chips en el que las partículas con carga son confinadas a una muy pequeña área. Estos dispositivos que están en desarrollo, pero en pocos años podrían conseguirse para la disponibilidad comercial.
Además, la empresa MTPV (Micron-gap Thermal Photo-Voltaics), fundada por Robert DiMatteo está ya trabajando en el desarrollo de una "nueva tecnología estrechamente relacionada con el trabajo descrito en este documento", según Hagelstein. DiMatteo apuntó que espera eventualmente comercializar la nueva idea de Hagelstein y que la nueva tecnología pueda estar en el mercado el próximo año.
Igualmente, considera que aproximadamente el 60 por ciento de toda la energía producida por combustible quemado o generado en plantas energéticas es derrochado, generando un exceso de calor y que, esta tecnología podría "hacer posible recuperar una significativa fracción de la energía desaprovechada". "Hay una mina de oro en el gasto de calor, si se pudiera reconvertir", aseguró Hagelstein.
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