Buscar
2010/08/06
El calor puede hacer perder hasta un 2% del peso corporal a través del sudor
Durante el verano, el aumento de las temperaturas puede propiciar que se pierda hasta un 2% del peso corporal a través de la sudoración antes de que el organismo dé la señal de alarma generando la sensación de sed, según explica el coordinador de investigación de la Cátedra de Fisiología del Ejercicio de la Universidad Católica San Antonio de Murcia, el profesor Javier López Román.
La cantidad de sudor que produce un ser humano depende de múltiples variables como el sexo, la edad, las condiciones ambientales, el nivel de entrenamiento físico. En este sentido, el profesor López explica que el hombre suda más que la mujer, los niños sudan menos y que se suda más en condiciones de elevada temperatura y humedad ambiental.
"Algunos autores consideran que la pérdida por sudor en condiciones muy desfavorables puede llegar hasta los tres litros por hora, algo que en una persona que pesase 75 kilos supondría una pérdida de peso del 4%", indica este experto. Por este motivo, los especialistas insisten en que el consumo regular de líquidos siempre sin esperar a que aparezca la sed.
Respecto a la actividad física en verano, los expertos recuerdan que la deshidratación (pérdida de agua del organismo) que se produce durante la realización de un ejercicio físico se debe principalmente al sudor. El componente principal del sudor es el agua; por tanto sudar en abundancia es sinónimo de perder agua en abundancia, indican.
No obstante, el agua no es el único componente del sudor. Los electrolitos (sodio, potasio y cloruros) también forman parte de los componentes del sudor. En este sentido, los especialistas subrayan que el ser humano es el único mamífero que "suda" electrolitos; el resto de animales solo sudan agua. De hecho, el sabor salado del sudor se debe a esos electrolitos que forman parte de su composición.
En referencia a la hidratación durante la práctica de ejercicio físico, como recomendación general, y en condiciones de temperatura y actividad física moderada, los adolescentes a partir de 14 años, los adultos y los ancianos deben tomar entre 2 y 2,5 litros de agua, una ingesta recomendable tanto para hombres como para mujeres.
2009/12/14
El calor de los ordenadores como calefacción
En una fría y enorme cueva situada debajo de una catedral cristiana ortodoxa, una firma energética de Helsinki está desarrollando un centro de datos que espera que se convierta en el más ecológico del planeta. El exceso de temperatura de los cientos de ordenadores que estarán situados bajo la catedral Uspenski será capturado y canalizado por la red de calefacción de la ciudad, un sistema de cañerías calentadas con agua destinado a mantener calientes las casas de la capital finlandesa.
"Es perfectamente factible que una proporción muy considerable de la calefacción en la capital pueda provenir de la energía térmica generada por los recintos de ordenadores", dijo Juha Sipila, gerente del proyecto de Helsingin Energia. Finlandia y otros países del norte de Europa están usando sus redes alimentadas por agua como un conducto para fuentes de energía renovable y capturan los desechos usados para calentar el agua que es bombeada a través del sistema.
El nuevo centro de datos de la firma de servicios informáticos Academica, que iniciará sus actividades en enero del próximo año, es un modo de atender las preocupaciones ambientales generadas por la expansión de Internet como un depósito central de datos y procesos del mundo, conocido como "la nube".
Un gran problema es que, en un centro de datos típico, sólo entre el 40 y el 45 por ciento de la energía usada es para los procesos informáticos propiamente dichos, el resto es usado principalmente en la refrigeración de los servidores. Los centros de datos como los que tiene Google usan alrededor de un 1 por ciento de la energía mundial, y su demanda de energía está creciendo rápidamente.
Las emisiones de dióxido de carbono de los centros de datos se sitúan alrededor de un tercio de la cifra registrada por las aerolíneas, pero están creciendo en torno a un 10 por ciento anual y se están acercando a los niveles de consumo de países enteros, como Argentina u Holanda.
Además de proporcionar calefacción para los hogares de la capital finlandesa, el nuevo recinto informático Uspenski usará la mitad de la energía de un centro de datos habitual. Su aporte a la red de calefacción de la ciudad será comparable a una gran turbina eólica, suficiente para calentar 500 casas particulares de gran tamaño. "Lo ecológico es un gran argumento de venta, pero igualmente importante es el ahorro de costes", dijo Pietari Paivanen, director comercial de Academica.
2009/11/19
Investigadores del MIT desarrollan una tecnología para convertir el calor derrochado de los chips en electricidad
Investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, han desarrollado una tecnología para dirigir el calor que desperdician los chips de cada ordenador a las plantas de energía para los motores de vehículos eléctricos, convirtiendo este calor en electricidad, según informó la institución educativa. Seguir leyendo el arículo
El trabajo, publicado este mes en 'Journal of Applied Physics', indica que más de la mitad de las energía que se consume en todo el mundo es desperdiciad, la mayor parte de ella debido al exceso de calor. Con esta nueva tecnología podría reconvertir ese calor desperdiciado en electricidad logrando una eficiencia varias veces mayor que la de los dispositivos existentes.
Este tipo de recogida del calor desperdiciado podría, por ejemplo dar a los teléfonos móviles el doble de tiempo de conversación, los ordenadores portátiles podrían funcionar el doble de tiempo, o las plantas energéticas podrían producir más electricidad por una cantidad similar de fuel.
Según la teoría, la conversión de calor en electricidad nunca puede exceder un valor específico conocido como el Límite Carnot, que se basa en una fórmula del siglo XIX para determinar la máxima eficiencia que se puede lograr en la conversión de calor en trabajo. Pero los actuales dispositivos de la actual termoeléctrica comercial sólo logran un décimo de ese límite, asegura el profesor asociado de ingeniería eléctrica del MIT, Peter Hagelstein.
En este experimento, Hagelstein trabajó con el consultor del Laboratorio de la Investigación Naval Yan Kucherov para demostrar que la eficiencia podría alcanzar el 40 por ciento del límite Carnot. Los cálculos muestran que este nuevo tipo de sistema podría alcanzar hasta un 90 por ciento de ese techo.
Así, Hagelstein señala que con los sistemas presentes es posible convertir eficientemente calor en electricidad, pero logrando muy poca potencia. También es posible lograr gran cantidad de potencia energética con menor eficiencia y sobre todo con un sistema mayor y más caro. "Es sacrificar una cosa por otra. Pero este equipo ha descubierto que usando este nuevo sistema sería posible lograr ambos aspectos a la vez", indicó.
Ahora la nueva tecnología depende de dispositivos de punto cuántico, un tipo especializado de chips en el que las partículas con carga son confinadas a una muy pequeña área. Estos dispositivos que están en desarrollo, pero en pocos años podrían conseguirse para la disponibilidad comercial.
Además, la empresa MTPV (Micron-gap Thermal Photo-Voltaics), fundada por Robert DiMatteo está ya trabajando en el desarrollo de una "nueva tecnología estrechamente relacionada con el trabajo descrito en este documento", según Hagelstein. DiMatteo apuntó que espera eventualmente comercializar la nueva idea de Hagelstein y que la nueva tecnología pueda estar en el mercado el próximo año.
Igualmente, considera que aproximadamente el 60 por ciento de toda la energía producida por combustible quemado o generado en plantas energéticas es derrochado, generando un exceso de calor y que, esta tecnología podría "hacer posible recuperar una significativa fracción de la energía desaprovechada". "Hay una mina de oro en el gasto de calor, si se pudiera reconvertir", aseguró Hagelstein.
2009/06/24
Un adolescente descubre que el calor hace crecer el número de bacterias en el mar
Oscar Santegoeds es un joven holandés de 17 años que ha finalizado la secundaria cursando el bachillerato científico y tecnológico en la escuela Hamelín Internacional Laie de Alella. Su último trabajo de investigación ha sido escogido para la prestigiosa revista Investigación y Ciencia, un reconocimiento que lo sitúa entre los articulistas más jóvenes que han publicado en la revista. La síntesis del documento lleva por título Estudio de la influencia de la temperatura sobre bacterias quimiotróficas de la costa del Alt Maresme y demuestra cómo las bacterias marinas se reproducen más activamente cuando la temperatura es más elevada.
Un título técnicamente pomposo que surge de la sensibilidad ecológica de su autor y por la proximidad con el medio marino, ya que reside en el Masnou. Santegoeds, accedió a la sugerencia de su tutora, Laia Àngel jefe de investigación y medio ambiente de la escuela Laie para que, con el apoyo de la investigadora del Institut de Ciències del Mar (ICM) Dolors Vaqué, realizara su tesis final analizando las bacterias marinas procedentes de las aguas marinas de Blanes.
El trabajo sintetizado en Investigación y Ciencia y que ha acabado por decidir su futuro profesional hacia los estudios de biotecnología que cursará el próximo año en Holanda, descubre la influencia del cambio de temperatura sobre las bacterias del mar. Aumentando dos grados la temperatura del agua en un medio artificial se detecta que la colonia de bacterias se reproduce mucho más rápidamente que con el agua más fría.
El hallazgo toma mayor relieve científico puesto que las bacterias son productoras de dióxido de carbono (CO2) que emiten a la atmósfera y también ávidas consumidoras de oxigeno, por lo que contribuyen activamente al calentamiento global del planeta. En resumen, un adolescente de 17 años ha sido capaz de demostrar que las bacterias, principales destructoras de la materia simple, generan oxígeno pero también dióxidos que contribuyen al calentamiento planetario.
Su tutora en la escuela Laie, Laia Àngel, destaca la importancia de la investigación a nivel del cambio climático global ya que “si un cambio de temperatura afecta el crecimiento de las bacterias, aumenta igualmente la emisión de C02 y por tanto el calentamiento global”.
“Es sencillo” comenta Óscar “saber que en invierno hay menos bacterias” tomando las muestras de Blanes, pero lo que más le ha sorprendido tras los análisis ha sido que, tras el aumento de las temperaturas “también hemos detectado, no sólo un mayor crecimiento sino también una mayor diversidad de bacterias” hasta un 10,4% de nuevas colonias bacterianas de las que tendría el mar con la temperatura que debería ser natural, con dos grados menos.
Durante todo un año el joven ha estudiado minuciosamente la morfología de las bacterias en el microscopio y ha tenido que emplear avanzadas técnicas científicas como “la perforación de las capas bacterianas” por lo que ha contado con la ayuda de los profesionales del ICM.
El hecho de que su trabajo tome relevancia científica y sea difundido en una revista de prestigio como Investigación y Ciencia, para Óscar Santegoeds “es la panacea de un estudiante”. Pero este no es el primer reconocimiento para el joven holandés, ya que el año pasado quedó quinto en los premios Canguro de Matemáticas, entre más de 4.000 participantes y ganó este año el premio Exporecerca Jove y el Premio Especial que otorga la Societat Catalana de Biología.
Para Sonia Sas, directora de la escuela, la publicación del artículo confirma que “la apuesta por una enseñanza de calidad da siempre nuevos frutos y llena de satisfacción a alumnos y profesores”.