Si bien todas las innovaciones tecnológicas tienen un correlato más o menos evidente en el entorno social en el que se insertan, algunas son más evidentes y concretas para sus usuarios.
Es el caso del "celu", que se ha convertido en parte fundamental de la vida cotidiana, modificando algunas formas de trabajar, divertirse, comunicarse o realizar transacciones; delineando nuevas normas para las relaciones y los intercambios sociales.
Este miedo se manifiesta en situaciones como las siguientes:
- Regresar en busca del celular cuando se lo olvidamos.
- Resistirse a apagarlo en cines, teatros e incluso aviones.
- Chequear el correo electrónico o actualizaciones de redes sociales y acceder a información sin importar el momento o el lugar.
En el marco de estas transformaciones, aparecen nuevas obsesiones o fobias relacionadas con la necesidad de estar conectado de forma constante e instantánea, como es el caso de la nomofobia.
Este término comenzó a utilizarse hace algunos años para hacer referencia a la fobia a no tener el equipo encima (proviene del inglés “no mobile phone phobia”).
El primer estudio sobre nomofobia, realizado hace cuatro años en Inglaterra, reveló que el 53% de la población sufría de esta condición.
Recientemente la consultora inglesa SecurEnvoy reveló que esta cifra ha aumentado a 66% y, lo que es peor, no muestra signos de disminución.
Otro relevamiento realizado por el Centro de Estudios Especializados en Trastornos de Ansiedad (CEETA), con sede en Buenos Aires y Madrid, indica que el 53% de las personas que usan celulares sufre este trastorno que tiene como consecuencia agresividad, inestabilidad o dificultades de concentración.
Según el documento, los casos de nomofobia crecieron un 13% en los últimos cuatro años, ya que más personas se ven atadas a sus teléfonos inteligentes y también a que la tecnología es más accesible y económica.
De acuerdo con el informe, algunos usuarios manifiestan su temor con comportamientos de reaseguro y les generan tranquilidad, por ejemplo:
- Las conversaciones mantenidas por celular.
- El rechequeo de mensajes.
- Las visitas a las páginas de redes sociales.
- La consulta permanente de noticias.
El informe indica que las mujeres y los adolescentes suelen ser más propensos a padecer nomofobia.
¿Los “smartphones” son los culpables?Mindshare Argentina, la agencia del Grupo WPP, realizó una investigación, a la que accedió iProfesional.com, con el objetivo de conocer cuál es el impacto del uso de “smartphones" en el país, cómo su creciente adopción genera nuevos comportamientos y hábitos sociales, y de qué manera esto impacta en la forma de consumir medios.
Para llevarla a cabo, se utilizaron las siguientes herramientas:
- Mindreader, encuesta “online” realizada a nivel global por Mindshare, que cuenta con una base de casi 30 mil personas de 28 países, incluyendo la Argentina.
- Mobile Life, investigación anual realizada por TNS que dispone de 34 mil encuestas a usuarios de celulares en 43 países.
- TGI del Grupo Ibope, que tiene una base de 10 mil contactos por año, mayores de 12 años y residentes en ciudades de más de 50 mil habitantes en todo el país.
Si bien las estimaciones de la penetración de los “smartphones” en Argentina varían dependiendo si se incluye o no a los “socialphones” (teléfonos que incluyen aplicaciones para la socialización, pero no tienen todas las funcionalidades de un “smartphone”), la realidad es que la venta de estos equipos sigue creciendo a un ritmo superior al 100% anual.
De las terminales vendidas en la primera mitad del año, más del 80% fueron “smartphones” o bien “socialphones”.
A su vez, si se analiza el ciclo de vida de esta categoría, se puede observar que se encuentra en proceso de crecimiento.
Un dato que apoya esta observación: el 76% de las personas que tienen un teléfono inteligente lo poseen por primera vez. Es decir, que "debutan" con equipos de estas características.
DependenciaLa dependencia hacia el teléfono celular en la Argentina se observa claramente en los resultados de algunos estudios:
El 71% de los argentinos que poseen un “smartphone” afirman que no saldrían de sus hogares sin él, de acuerdo al estudio “Our Mobile Planet” de Google.
El estudio “Mobile Life” realizado por TNS Gallup a nivel mundial, indica que el celular es hoy el dispositivo tecnológico con mayor nivel de posesión y, al mismo tiempo, con mayor intención de compra.
Esto indica que quienes aún no disponen de uno, tienen en mente comprarlo en el corto plazo y antes que otros aparatos electrónicos. Además, existe un alto recambio, producto de las constante necesidad de actualización.
En cuanto al perfil de poseedores de “smartphones”, el informe de Mindshare revela que en el país son más los hombres que las mujeres quienes cuentan con esta tecnología (60% hombres y 40% mujeres), y también los segmentos más jóvenes (entre los 18 y 34 años concentran más del 50% de este tipo de terminales).
Las diferencias por género y segmento etario también se ven reflejadas en las actividades que realizan:
- El acceso a redes sociales y chats es más habitual entre los jóvenes y las mujeres.
- La búsqueda de información o consulta de mapas, guías, etc. es una de las principales actividades realizadas por los hombres y los más adultos.
- Las actividades realizadas con mayor frecuencia son el uso de aplicaciones: casi el 50% de los poseedores de teléfonos inteligentes las utiliza a diario e, incluso, más de una vez por día y el uso de buscadores (el 30% de ellos, los emplea en forma cotidiana).
Sin embargo, el hogar y el trabajo también están entre los principales lugares de uso, lo cual hace suponer que el “smartphone” no reemplaza a la PC, sino que se complementa con la computadora.
La tendencia es claramente hacia una conexión ininterrumpida las 24 horas, con la superposición de diferentes dispositivos: al mismo tiempo que se está conectado desde la PC en el hogar o en el trabajo, se está conectado también desde el celular.
La tendencia a la adopción de “smartphone” se mantiene en alza y se espera un crecimiento exponencial en el corto plazo.
Pero más allá del volumen de usuarios, lo que ya es evidente es que para ellos se ha convertido en parte integral de su vida cotidiana, un dispositivo que concentra toda su información y se ha vuelto indispensable.
Esta conexión instantánea y constante da lugar a nuevos comportamientos, hábitos y formas de comunicación. En definitiva, a un nuevo modo de vida que se presenta como dinámico y en constante transformación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario