Los miniordenadores pensados para el mercado infantil quedaron atrás.
Pueden ser un buen instrumento lúdico-educativo, pero el avance
tecnológico y la alta capacidad de adaptación de los niños a los cambios
los han dejado aparcados en el cajón de los juguetes. Intuitivos como
los programas, los más pequeños pugnan con los mayores por asegurarse el
asiento ante el ordenador. Se trata de la misma competencia que se ha
abierto con las tabletas desde que estas irrumpieran acompañadas de
contenidos intergeneracionales y otros pensados solo para ellos. Imaginarium quiere aportar un poco de paz en esos hogares y a la vez cubrir un segmento hasta ahora huérfano con una tableta para niños.
Más robusta y manejable por fuera y más infantil y blindada a contenidos por dentro, Superpaquito
es algo más que cualquier otro entretenimiento para niños. Se trata de
una tableta que utiliza MagicOS, un sistema exclusivo basado en Android IceCream Sandwich,
que permite controlar los contenidos a los que accede el menor. La
ventaja es que es modelable y, por tanto, adaptable a la evolución de la
edad del niño. Incluso permite multiplicar perfiles en función de los
usuarios y clasificar las aplicaciones por tipología: multimedia, juegos
y tareas escolares. Imaginarium también ha creado su plataforma para
crear contenidos.
Los padres tienen reservado un papel de control a distancia al ser
los responsables de la configuración de los espacios a los que acceden
sus hijos, controlar el correo electrónico e Internet e incluso limitar
el tiempo que dedican a la tableta. Incluso incorpora una aplicación
bienintencionada para premiar al niño en caso de que complete tareas
asignadas o se porte bien.
La carcasa exterior en aluminio y goma y un ancho más contundente que
el grueso de las tabletas pero sin ser excesivo hacen cómodo el agarre.
Igualmente son cómodas las dos cámaras (3 megapíxeles la posterior; 2
megas la frontal) y resultonas las imágenes que toma siempre y cuando no
falle la luz. No lo es tanto la instalación en un lateral de tres
botones que sobresalen toscamente de la carcasa, y que tienen como
función encender y apagar el aparato, abrir el menú principal y salir de
la aplicación que está en marcha.
Superpaquito no destaca por su velocidad, ni por su resolución de
pantalla (1024×768 píxeles), que también adolece de una sensibilidad
descontrolada al tacto en determinados juegos.
Para los padres, SuperPaquito puede convertirse en un superhéroe que
mantenga a sus hijos alejados de su tableta. Y para los que no la tengan
la propuesta de Imaginarium puede ser una buena prueba para decidirse y
comprar una sin límites generacionales. El precio no es barato, 299
euros, y un niño no le hará ascos a un modelo superior.
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