El superordenador Mare Nostrum 2, el más potente de España, que durante los últimos seis años ha prestado servicio a la comunidad científica y a más de cien empresas encabezadas por los sectores de la energía y la informática, ha muerto. En su lugar, se instalará el Mare Nostrum 3, que debe empezar a computar
en noviembre y que será unas doce veces más potente. El nuevo
superordenador, en el que se invertirán 22,7 millones de euros, dará a
España una potencia de cálculo competitiva para volver a situarse en los
primeros puestos mundiales en supercomputación.
Aunque
el Mare Nostrum 2 era el quinto superordenador más potente del mundo
cuando entró en servicio en el 2006, en estos seis años había caído al
puesto número 465 del ranking. La estrategia inicial del Barcelona Supercomputing Center-Centro Nacional de Supercomputación
(BSC-CNS), la institución que gestiona los Mare Nostrum, preveía
renovar los superordenadores cada dos años para mantenerse en primera
línea. Pero las incoherencias de la política científica española y la
crisis económica han acabado retrasando cuatro años la construcción del
nuevo superordenador.
El Mare Nostrum 3 estará ubicado, al igual
que sus predecesores, en la capilla de Torre Girona, junto al edificio
del rectorado de la Universitat Politècnica (UPC). Esto ha obligado a
desmontar el Mare Nostrum 2 para poder instalar el Mare Nostrum 3 en el
mismo espacio de 120 metros cuadrados, lo que ha dejado durante unas
semanas sin servicio a los usuarios del superordenador.
La nueva
máquina está construyéndola, como también sus predecesoras, la empresa
IBM, con la que el equipo de supercomputación de la UPC desarrolla
proyectos de investigación conjuntos desde 1996. Pero los procesadores,
en esta ocasión, no serán de IBM, sino de Intel -concretamente, se
utilizarán los chips Sandy Bridge-. El Mare Nostrum 3 tendrá además una
mayor eficiencia energética que la máquina anterior, de modo que
consumirá un 44% más de energía para una potencia de cálculo doce veces
más alta.
Fuentes relacionadas con el proyecto recalcan que el
nuevo superordenador debe servir tanto para crear riqueza como para
mejorar la vida de los ciudadanos. Como ejemplo de creación de riqueza a
partir de la supercomputación, destaca la investigación financiada por
Repsol para aumentar la probabilidad de encontrar yacimientos
petrolíferos al hacer prospecciones. Cada prospección tiene un coste de
unos 100 millones de euros. Los cálculos realizados con el Mare Nostrum 2
han permitido elevar casi un 25% la posibilidad de encontrar petróleo
en cada intento. En los próximos años, la potencia del Mare Nostrum 3
debería permitir perfeccionar los algoritmos para aumentar aún más la
probabilidad de éxito.
En conjunto, por cada euro que el BSC-CNS
recibe de inversión, genera cinco euros adicionales. Según este cálculo,
la inversión que se ha hecho en el Mare Nostrum 3 podría generar un
retorno del orden de 100 millones de euros.
Como ejemplo de
investigación orientada a mejorar la vida de los ciudadanos, pero no
directamente a crear riqueza, destaca la secuenciación del genoma de las
células de la leucemia. Se trata de una investigación liderada por
científicos españoles, destinada a mejorar el tratamiento de las
leucemias y en la que gran parte de la computación se ha efectuado en el
Mare Nostrum 2.
Pero no son estas las únicas razones que han
llevado a financiar ahora la construcción del Mare Nostrum 3. También ha
sido determinante la participación de España en el red europea de
supercomputación Prace, a la que se comprometió Cristina Garmendia
cuando era ministra de Ciencia e Innovación en el 2010. Prace es una
iniciativa impulsada desde la Comisión Europea para paliar el retraso en
supercomputación respecto a Estados Unidos, pues supone un obstáculo
para el desarrollo científico y tecnológico de Europa. Si España hubiera
incumplido el compromiso de construir uno de los nodos principales de
Prace, hubiera tenido que compensar a los países socios de la red
europea.
Lo que ha permitido desbloquear la financiación para el
Mare Nostrum 3 ha sido un acuerdo concreto entre el Gobierno central y
la Generalitat respecto a la disposición adicional tercera del Estatut,
que establece las inversiones que el Estado está obligado a hacer en
infraestructuras en Catalunya.
Según datos facilitados por la
Secretaria d'Universitats i Recerca de la Generalitat, el Estado
aportará diez millones de euros correspondientes a la disposición
adicional tercera del año 2010, que representan un 44% de la inversión
necesaria para incorporar el Mare Nostrum 3.
Otros 6,2 millones
(27% de la inversión) procederán de fondos europeos Feder, previstos
para estimular el desarrollo económico de regiones europeas. Un millón
más (4,4%) vendrá de fondos tecnológicos europeos. Y será el propio
BSC-CNS el que aporte los 5,5 millones restantes (24,2%) a partir de sus
propios recursos.
El Mare Nostrum 3 entrará en servicio en dos
fases. La primera debe arrancar en noviembre con una potencia de cálculo
inicial de 700 teraflops (o 700 billones de operaciones por segundo).
Esta potencia es más de siete veces superior a los 94 teraflops de su
antecesor. La segunda fase se retrasará hasta enero, cuando la máquina
superará los 1.000 teraflops (o un petaflop, unidad equivalente a mil
billones de operaciones por segundo).
El nuevo superordenador no
se situará entre los cinco más potentes del mundo como hizo el Mare
Nostrum 2 cuando entró en servicio en el 2006. Lo más probable es que se
sitúe entre los puestos 30 y 40 en la lista Top 500 de los
superordenadores más potentes. Fuentes relacionadas con el proyecto
indican que no se querido hacer una máquina para quedar bien en el
ranking, sino una máquina útil para los investigadores, por lo que se ha
sacrificado velocidad punta a cambio de una arquitectura de computación
más útil.
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