No hay dos sin tres. Juega a la misma carta de exclusividad que Google+ y todavía hace falta invitación para entrar en ella, pero ya ha publicado algunos vídeos aclaradores en YouTube en los que promete hacerle la vida más fácil al usuario, resolverle el caos provocado por otras redes sociales y otorgarle la “libertad”. Unthink se presenta como una “revolución social”, que integra las funcionalidades de Facebook, Twitter y LinkedIn y convierte al usuario en “propietario de todo lo que publica”.
La nueva red social, creada en abril del 2008 por Unthink Corporation, radicada en Tampa (Florida, Estados Unidos), ha estado cocinándose durante tres años en el horno de un grupo de techies rebeldes a los que no les gustaba la dirección que tomaban las redes sociales. Apela directamente al hartazgo de los usuarios por los continuos cambios en la política de privacidad de Facebook y les promete un espacio en el que poder compartir contenidos, sabiendo exactamente a quién revelan qué. En el mismo sentido que Google+, pero con una política de posicionamiento anti-Facebook mucho más agresiva.
De hecho, una vez dentro de la red -después de haber superado cinco pesados pasos de configuración-, Unthink tenta al usuario con una “maleta de emancipación” (Emancipation suitcase) que le ofrece la posibilidad de migrar todos los contactos de Facebook de un clic-plumazo. Si dejar la red de Zuckerberg le parece demasiado drástico, también puede integrar a sus contactos de Gmail, Yahoo o MSN, entre otros servicios, clasificarlos en clusters (¡hacía falta otra palabreja diferente de círculos y listas!) y elegir si quiere seguirlos (follow), convertirlos en amigos (friend) o simplemente mantenerlos como contacto (connect). Hasta aquí, nada muy revolucionario.
Tampoco lo es el diseño. La plataforma se divide en diferentes esferas que integran un espacio público en el que se pueden publicar todo tipo de contenidos con enlaces, fotos o vídeos; un espacio social, otro que tiene que ver con el estilo de vida (Lifestyle) -que todavía no está disponible-, y un espacio profesional que se centra en las oportunidades de trabajo. Cada esfera puede tener un nivel de privacidad diferente, por supuesto.
Por defecto, el usuario empieza siguiendo a Kate, que aunque parezca la versión femenina del Tom de MySpace, es una guía para convertirse en Unthinker sin fallecer digitalmente en el intento. La “emancipación” cuesta. Tanto que, el día 26 de octubre, cuando se hizo pública la primera versión beta para escapar de las garras de Facebook, Unthink cayó. Para pensar.
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