Fuente: La Vanguardia.
José Eduardo Romero, un ecuatoriano menor de edad, no sabía la que se le venía encima cuando el pasado fin de semana decidió abrir un grupo en el Facebook -la mayor red social de internet- que llevaba por título: "Si se meten 1.000.000, yo José Romero me tatúo los 151 Pokemon en la espalda". En poco más de 24 horas ya tenía más de 50.000 personas de todo el mundo que retaban al joven a cumplir su promesa. El éxito de su convocatoria ha sido tal que en tan sólo seis días ya tiene más de 440.000 seguidores y la cifra continúa aumentando a cada segundo que pasa.
Como muchos se temían al apuntarse al grupo, José Eduardo no tan sólo no va a cumplir su promesa sino que ha desaparecido del Facebook, cerrando su perfil a cal y canto. Esto ha provocado una oleada de comentarios vejatorios y humillantes sobre el autor de la apuesta e incluso se han organizado nuevos grupos para ver quién es capaz de encontrarlo y "darle su merecido". Gustavo, un amigo en la vida real del joven, ha asegurado que "Jose está asustado porque no pensaba que se iba a liar tan gorda con este asunto" y reconoce que "aunque al principio se convirtió en un héroe para nosotros, ahora todo el instituto se ríe de él". Pese a que Gustavo no ha querido revelar a La Vanguardia ningún dato personal de su amigo, ha admitido que "Jose está viviendo una pesadilla y no quiere ni salir de casa". Y es que aunque las amenazas que se vierten contra él sean virtuales, algunas de ellas llegan a asustar. "Si se meten 500.000, viajo a Ecuador y me garcho a la madre de José Romero", "Si José Romero no cumple lo raptamos y se los tatuamos en el horto" o "Vamos a matar al conchedesumadre si no se tatúa los 151 Pokemon" son algunos ejemplos de los grupos que se han creado en las últimas horas en este portal.
Para Adela Canela, psicóloga clínica, es necesario que los padres tutelen y controlen lo que hacen sus hijos a través de internet y les expliquen que "hay actos, que pese a llevarse a cabo en una esfera virtual, pueden tener consecuencias en la vida real". "Hay que enseñar a nuestros hijos a ser responsables también de lo que hacen a través del ordenador", añade Canela, "y tener muy claro que hay mucha gente con problemas de personalidad que aprovechan el anonimato de internet para expresar una violencia que en la calle no se atreven a mostrar".
Protección al menor
Las redes sociales más importantes de internet no restringen el acceso a los menores de edad amparándose en la falta de legislación al respecto. Además de una herramienta de comunicación con los amigos y compañeros, muchos de estos portales se utilizan para acosar a otros muchachos. Tanto los actos de gallardía como las mofas traspasan las aulas y se magnifican en un nivel mucho más amplio llegando, como en este caso, a contar con centenares de miles de seguidores en todo el planeta.
"Internet es como la calle y los menores se enfrentan a los mismos peligros que en la vida real", asegura Roger Rueda, programador informático y experto en nuevas tecnologías. Lo peor del caso es que Facebook no permite borrar los grupos "porque el grupo no es propiedad del creador sino de todo el colectivo" así que será difícil hacer desaparecer esta pesadilla, "algo suculento para algunas compañías que, por el momento, tienen acceso directo a medio millon de personas que pueden ser objetivo de una campaña publicitaria", puntualiza Rueda. "¿Qué pasaría si al propietario de un grupo así le diese por beber un tipo concreto de bebida refrescante y se lo enviase a todos sus seguidores?", se plantea el experto que asegura que muchas marcas comerciales ven en este tipo de iniciativas un filón en cuanto a publicidad encubierta se refiere, pese a que Facebook asegura estar trabajando para evitar estas campañas virales.
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