De golpe, han aparecido 150.000 posibles tratamientos tres de las llamadas enfermedades olvidadas: la tripanosomiasis (enfermedad del sueño), el mal de Chagas (una dolencia parasitaria endémica de muchos países de Latinoamérica) y la leishmaniasis visceral. Entre las tres causan unas 115.000 muertes al año.
El súbito arsenal no es resultado de que a un científico se le haya encendido una bombilla. Es la consecuencia del acuerdo firmado entre el laboratorio Pfizer y la ONG DNDi (Iniciativa Medicamentos para Enfermedades Olvidadas), una organización que se dedica a promover los estudios en fármacos para esas dolencias que no interesan a los grandes laboratorios ni a los países ricos porque afectan sobre todo a los pobres. La investigación para la tripanosomiasis africana humana (HAT) se llevará a cabo en el Instituto Eskitis para Terapias Celulares y Moleculares de la Universidad de Griffith en Brisbane (Australia); los ensayos sobre los parásitos de la leishmaniasis y el Chagas los hará el Instituto Pasteur de Corea.
El trabajo empezará por ver cuáles de las moléculas actúan contra los parásitos que causan estas tres enfermedades. Si se descubre que alguna de las sustancias funciona, y si ésta ya se usa para tratar otra enfermedad, la mitad del camino para ponerla en el mercado con una nueva indicación ya está hecha. Si no, por lo menos se contará con los estudios previos que haya hecho Pfizer sobre seguridad o posibilidad de dispensación.
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