Google sigue empeñado en sacar adelante su proyecto de crear una gran biblioteca digital y para lograr las aprobaciones necesarias y evitar conflictos de derechos de autor y situaciones antimonopolio, ha modificado el acuerdo que firmó con los editores estadounidenses.
Así, tanto el gremio de autores norteamericanos como la compañía del buscador han presentado una nueva versión de su acuerdo, que han elaborado tras reunirse con el Departamento de Justicia de Estados Unidos.
Entre los cambios más significativos se encuentra el destinar el dinero de obras no reclamadas o anónimas a una entidad fiducidaria.
El acuerdo está diseñado para resolver una demanda civil del 2005 presentada contra Google por los autores y editores que habían acusado al gigante de los motores de búsqueda de violar el derecho de autor por digitalizar bibliotecas llenas de libros.
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