El robot explorador Spirit lleva seis meses atascado en la arena de Marte. El próximo lunes, los ingenieros de la NASA intentarán una maniobra de rescate, pero ya han anunciado que el robot podría no sobrevivir. No obstante, aunque pereciese, habría superado ampliamente las expectativas. Su misión tenía una duración prevista de tres meses y ya ha trabajado más de tres años.
El robot está inclinado y tiene las tres ruedas de su lado izquierdo enterradas en la arena. Además, la rueda delantera derecha, la que está más libre, quedó inutilizada en 2006. Para complicar aún más la operación, hay una roca que toca el chasis de la máquina. Si Spirit se hundiese un poco más, la piedra soportaría parte de su peso y reduciría la tracción.
Debido a la complejidad de la maniobra, los ingenieros de la NASA llevan meses ensayando posibles movimientos para escapar de la trampa con réplicas del robot en el laboratorio JPL, en California. Ahora, con el invierno marciano acercándose, no se puede retrasar aún más la operación, pero, según reconocieron ayer algunos responsables de la misión, las incógnitas sobre lo que se debe hacer aún son abundantes. "No hemos encontrado una solución clara", afirmó el director de la misión, John Callas.
Los ingenieros intentarán sacar a Spirit de su trampa hasta febrero. Si para entonces no lo han logrado, se podría decidir continuar obteniendo información desde el lugar en el que está atascado, como se ha hecho durante los últimos seis meses.
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