Eminencias de Silicon Valley, políticos y famosos estuvieron ayer por la noche entre los varios cientos de personas que asistieron a un funeral privado para rendir homenaje al fallecido fundador de Apple, Steve Jobs.
Los invitados llegaron en decenas de limusinas negras y caminaron por un sendero iluminado por cientos de grandes velas blancas hasta la Memorial Church, en el corazón del campus de la Universidad de Stanford. El acto estuvo fuertemente protegido por policías y guardias de seguridad.El presidente ejecutivo de Apple, Tim Cook, quien se hizo con las riendas de la mayor empresa tecnológica del mundo en agosto, cuando Jobs anunció que ya no podía dirigir Apple, caminó hasta la capilla con un hombre vestido con el atuendo de un monje budista.
Maria Shriver, ex esposa del ex gobernador de California Arnold Schwarzenegger, y el líder de U2, Bono, se detuvieron a intercambiar unas palabras con los demás en el patio antes de entrar. El responsable de software de Apple, Scott Forstall, el ex presidente Bill Clinton y el director general de desarrollo digital de News Corp, Jon Miller, estuvieron también entre los asistentes.
Jobs falleció la semana pasada a los 56 años tras una larga batalla contra una extraña forma de cáncer de páncreas. El visionario inspiró productos como el iPod, el iPhone y el iPad, que lo hicieron uno de los líderes del sector tecnológico más significativos de su generación.
Los empleados celebrarán un acto de homenaje a Jobs diferente el 19 de octubre en la sede de la compañía, en el número 1 de Infinite Loop en Cupertino, en California.
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