Fuente: Canarias7.
La NASA ha emprendido nuevos esfuerzos por lograr un milagro doble en Marte y recuperar dos de sus más valiosos instrumentos científicos en la superficie del planeta rojo.
El más inmediato busca determinar si el vehículo estacionario Phoenix Mars Lander ha sobrevivido al crudo invierno marciano. El otro, busca sacar del sitio donde quedó inmovilizado el robot explorador "Spirit".
Y las probabilidades de éxito en ambos casos son virtualmente nulas, según han reconocido las autoridades de la NASA.
Esta semana el orbitador Mars Odyssey de la NASA dirigirá sus instrumentos sobre la superficie de Marte con la esperanza de detectar alguna señal de que Phoenix ha superado las temperaturas extremadamente bajas del invierno marciano.
"No esperamos que haya sobrevivido y tampoco creemos que vayamos a escuchar su transmisión. Sin embargo, si todavía transmite, Odyssey lo va a escuchar", dijo Chad Edwards, ingeniero de telecomunicaciones del Programa Exploración de Marte en el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA.
Phoenix, que funciona con la energía que le proporcionan sus paneles solares, operó durante cinco meses (dos más de lo previsto) durante el verano del hemisferio norte marciano.
Sin embargo, sus transmisiones cesaron en noviembre de 2008 debido a que sus componentes no se fabricaron para sobrevivir al invierno marciano, indicó la NASA en un comunicado.
Añadió que en el caso improbable de que haya sobrevivido, se espera que siga las instrucciones programadas en su computadora.
Si los sistemas operan y sus paneles solares generan energía suficiente podría establecer una comunicación. En cada intento, Phoenix usaría de manera alternada sus dos radios y sus dos antenas.
Odyssey pasará sobre el sitio donde se posó Phoenix unas 10 veces al día durante tres días consecutivos este mes. También se realizarán esfuerzos similares en febrero y marzo, dijo la NASA.
"Odyssey efectuará un número suficiente de intentos de modo que si no detectamos una transmisión podremos decir con un alto grado de seguridad que Phoenix ha muerto", indicó Edwards.
Lanzado en agosto de 2007, Phoenix inició su misión en Marte en mayo de 2008 y el día 25 de ese mes su brazo robótico confirmó la existencia de agua en forma de hielo bajo su superficie.
También detectó nieve y escarcha sobre el suelo, así como la interacción de agua en forma de hielo con la superficie. Además, estableció que ese suelo era alcalino con sales y minerales cuya formación requirió la presencia de agua.
El otro esfuerzo de la NASA está dirigido a recuperar el movimiento del explorador Spirit atascado debido a la pérdida de dos de sus seis ruedas independientes.
A mediados de este mes los ingenieros transmitieron órdenes para conseguir una lenta rotación de una de las ruedas y los resultados fueron insignificantes, según dijo JPL que controla sus operaciones.
Habrá otros intentos, pero la lista de maniobras para recuperar su movimiento es cada vez más corta debido a la proximidad del invierno en el hemisferio sur de Marte cuando se acortan los días y se reduce la luz solar.
Spirit llegó a Marte junto a su gemelo Opportunity en enero de 2004 y debía dejar de funcionar tres meses después cuando los paneles solares que le proporcionan energía quedasen cubiertos por el polvo marciano, según preveían los ingenieros de JPL.
Sin embargo, Spirit y Opportunity superaron con creces su plazo de vida y cinco años después seguían transmitiendo fotografías y datos sobre la estructura geológica y la atmósfera del planeta.
Pero en esta ocasión, los inconvenientes parecen ser insuperables, según han admitido los ingenieros de JPL.
"Existe la posibilidad muy real de que no pueda salir" del lugar donde se encuentra, admitió el mes pasado John Callas, director del proyecto para Spirit y Opportunity.
El vehículo quedó atrapado en un sitio llamado "Troy" en el cráter Gusev. Además, una tormenta de polvo ha cubierto los paneles y ha reducido la energía al punto de que sus sistemas están trabajando en un nivel mínimo, dijo JPL.
Desde 2004, cuando llegaron a extremos opuestos del planeta, los dos vehículos han recorrido 21 kilómetros del agreste terreno marciano superando las temperaturas extremas del planeta que van desde los 20 grados centígrados a los 100 bajo cero.
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