Ni está acabada ni muestra disposición alguna a rendirse sin presentar la máxima batalla en todos los frentes. Nokia no ha dicho su última palabra y lo demostró ayer, con unos resultados del cuarto trimestre que cambian completamente la historia de fracaso que se había escrito en el principio del año.
Samsung no ha arrebatado el cetro al líder mundial de los teléfonos móviles. Puede que suceda en uno u otro plazo, pero por ahora Nokia sigue marcando distancias. Y tampoco Apple brilla tanto como se pensaba en el mundo de los teléfonos inteligentes, los de más alta gama. Lo dicen las cifras. La cuota de mercado de Nokia subió al 39% en el cuarto trimestre, frente al 38% del trimestre anterior. En smartphones el salto es incluso mayor: 40% de cuota frente al 35% de los tres meses previos. Todo ello, después de que las ventas de teléfonos inteligentes crecieran un 38% a lo largo del año gracias al lanzamiento de nuevos modelos.
A eso se ha añadido un esfuerzo en la rentabilidad, que ha permitido a Nokia disparar un 65% su beneficio neto en el cuarto trimestre pese a una caída de las ventas del 5,3% en el mismo periodo.
De lo sorprendente y poco esperado del buen desempeño de Nokia da fe la reacción de los inversores. Nada más publicarse los resultados, las acciones se dispararon y llegaron a subir un 16%, lo que hubiera supuesto la mayor alza en seis años. Al cierre de la jornada los ánimos se serenaron un poco, pero aún así la revalorización rozó el 9,9%. Gracias a este impulso, la cotización de Nokia gana en el año un 11,1%, lo que permite hacerse ilusiones de un ejercicio bursátil en positivo, tras los desplomes de 2008 y 2009.
El gran desempeño financiero del cuarto trimestre no puede ocultar que 2009 no pasará a la historia como un buen año para Nokia. El fabricante finlandés de teléfonos móviles ha tenido tres trimestres muy flojos, con pérdidas incluidas en uno de ellos. Por eso, el resultado anual deja mucho que desear.
Los ingresos y los beneficios netos caen en 2009 y lo hacen a tasas que hace mucho tiempo que no se recuerdan. Los ingresos descienden un 19% y las ganancias se desploman un 77,7%. De hecho, los beneficios del cuarto trimestre son superiores a los anuales. El problema para Nokia es que es el segundo año de resultados muy negativos. De ahí la esperanza de que el cuarto trimestre sea la señal de que se ha tocado fondo.
Motorola, la cruz de la moneda
Si Nokia fue ayer la cara amable del sector de los fabricantes de equipos, la estadounidense Motorola fue la decepción. Y eso que la compañía cerró el último trimestre del año con beneficios y recordó drásticamente sus pérdidas anuales.
Pero el problema de Motorola es que anticipó que volverá a ver los números rojos en el primer trimestre. Sólo han pasado 29 días de este periodo financiero y la empresa ya sabe que va a pinchar. La culpa está en los teléfonos inteligentes. Los mismos que han salvado a Nokia parecen condenar a Motorola, que reconoce que los nuevos modelos de terminales no está impulsando las ventas y que los teléfonos inteligentes tiene asociados costes muy altos. Y eso, después de cerrar un cuarto trimestre de 2009 con mejores ventas de estos terminales que las previstas. Pero ya sabe que en el primero la cifra será menor que en el que acaba de cerrar.
La reacción de la Bolsa no se hizo esperar y el castigo fue rotundo.
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