Desde hace años se sabe que, a diferencia de los reptiles actuales, el cuerpo de muchos dinosaurios no estaba desnudo, sino cubierto –al menos en parte– de un plumón parecido al de los actuales polluelos de aves. Hasta ahora se había especulado sobre el color de los filamentos plumosos, pero la decoración corporal de aquellos animales era poco menos que un ejercicio de deducción razonable.
Por fin, las ilustraciones de algunos dinosaurios pueden aparecer ya con los auténticos colores de su plumaje. El logro es obra de un equipo de paleontólogos de Reino Unido y China, que han logrado identificar melanosomas –los corpúsculos que contienen los pigmentos– en plumas fósiles excepcionalmente bien conservadas en el yacimiento chino de Jehol.
Con esta información, los investigadores describen en Nature que el dinosaurio terópodo Sinosauropteryx tenía anillos de plumas de color blanco y naranja en su cola, y que el Confuciusornis, un ave primitiva, exhibía un plumaje con manchas blancas, negras y anaranjadas. Los científicos apuntan además que se trata de una nueva prueba de que las aves descendieron de los terópodos.
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