La mayoría de los fármacos se diseña para actuar contra una proteína específica, pero la experiencia clínica demuestra que, en muchas ocasiones, son más las afectadas. Cuando el medicamentos interactúa con otras proteínas corporales pueden desarrollarse efectos secundarios indeseables o que, casi por azar, se traten patologías distintas a la pretendida.
Un estudio publicado en Nature presenta una estrategia para identificar efectos "fuera de indicación" de fármacos ya conocidos con el objeto de evitar la primera de estas consecuencias y sacar provecho de la segunda. El equipo dirigido por el investigador de la Universidad de California en San Francisco (UCSF) Brian Shoichet estudió 3.665 medicamentos aprobados para su comercialización o para el uso de la agencia que regula los fármacos en EEUU, la FDA.
Pruebas realizadas
Mediante un programa específico, observaron el efecto de los principios activos no sólo frente a las moléculas a las que pretendían dirigirse sino también frente a las que eran objetivo del resto de medicamentos estudiados. En total, más de 1.400 dianas terapéuticas.
Los fármacos que resultaron interactuar con proteínas distintas a sus objetivos originales fueron probados después en ratones de laboratorio, aunque no todos se confirmaron en la segunda prueba. Pese a ello, el sistema demostró un valor predictivo que podría perfeccionarse y aplicarse de forma rutinaria a nuevos fármacos e incluso a los ya comercializados.
De hecho, mediante su estrategia, lograron identificar 364 dianas adicionales para 158 medicamentos.
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