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2011/10/24

Los últimos fármacos dividen a los cardiólogos

El Ministerio de Sanidad y Política Social anunció recientemente la inclusión en el Sistema Nacional de Salud de dabigatrán, un fármaco anticoagulante recién autorizado para el tratamiento de la fibrilación auricular, la forma más común de arritmia cardiaca, que se calcula que afecta a alrededor de 600.000 españoles.
En el Congreso de las Enfermedades Cardiovasculares 2011, que se acaba de celebrar en Gran Canaria, los cardiólogos han dejado claro que la introducción de este fármaco, que podría estar en las farmacias el próximo 7 de noviembre, es "una buena noticia" para los pacientes, cuyo tratamiento de elección en la actualidad es acenocumarol, comercializado como Sintrom, un fármaco muy antiguo que, aun siendo eficaz en muchos casos, requiere que los pacientes se sometan a controles periódicos para variar la dosis.
Sin embargo, a pesar de la aprobación, la diferencia de precio de dabigatrán frente al fármaco antiguo hará muy difícil que todos los pacientes puedan acceder al mismo. "No se trata de comparar precios, porque la introducción de dabigatrán descargará al sistema de la necesidad de consultas y hospitalización", apuntó el recién elegido presidente de la Sociedad Española de Cardiología, Vicente Bertomeu. El precio del fármaco oscilará entre 60 y 64 euros al mes, frente a los tres euros de la terapia actual.
Para los cardiólogos, está claro que el medicamento será de elección en aquellos pacientes "que tienen peor pronóstico" y no logran controlar la coagulación de su sangre con el sintrom, pero aún no se sabe qué pasará con aquellos que llevan bien el tratamiento y, simplemente, quieran acceder a un fármaco mejor, también cubierto por la seguridad social, que les evite visitas frecuentes al médico.
Se especula con la posibilidad de que el medicamento lleve visado, lo que haría necesario un informe del especialista, aparte de la receta, para su prescripción; una medida que, en la práctica, trata de controlar el consumo de un medicamento.
El secretario general de la Sociedad Española de Cardiología, Julián Villacastín, comentó que también será necesaria la puesta en marcha de los llamados estudios de coste-eficacia que, básicamente, definirían en qué pacientes es rentable el cambio terapéutico. Ahora mismo, las indicaciones para prescribir el fármaco parecen inciertas, al menos en los pacientes que están bien controlados.
Otra variante que puede afectar al cambio la apuntó la cardióloga Eulalia Roig, que señaló que, en la actualidad, los pacientes que toman Sintrom están "muy concienciados" de su necesidad, algo que en parte puede estar motivado por la necesidad de controlar el fármaco en frecuentes visitas al médico. "Es posible que, con la nueva pastilla, se relajen porque no tengan que hacerse controles", advirtió. 

2011/09/12

"Hay que acelerar el desarrollo de fármacos"

Ha sido investigador básico, político y empresario y, actualmente, trabaja en Astex Therapeutics, una compañía de la que es cofundador y que acaba de vender. Thomas Blundell (Reino Unido, 1942) participó ayer en el Congreso de la Sociedad Española de Bioquímica y Biología Celular en Madrid, al que acudió invitado por la Fundación BBVA.
Blundell tiene una forma de pensar revolucionaria, quizás influido por la que fue su mentora durante sus primeros años como investigador en la Universidad de Oxford, Dorothy Hodgkin, una brillante científica Nobel de Química en 1964 que tenía prohibida su entrada en EEUU por estar casada con un miembro del Partido Comunista británico. "Ella me enseñó a trabajar en ciencia básica pensando a la vez en hacer algo útil", recuerda el científico.
Y pocas cosas más útiles que el desarrollo de la estructura de saquinavir, el primer inhibidor de la proteasa, el fármaco que convirtió la infección por VIH en una enfermedad controlable. Blundell tuvo en esos años, los inicios de los noventa, su primer contacto con el sida. Años más tarde, el contacto fue personal, pero también influyó en su desarrollo profesional. "Mi mujer es de Zimbabue, un país con mucha incidencia de sida. Allí he tenido la oportunidad de conocer a muchos afectados. De hecho, una sobrina murió por sida complicado con tuberculosis", explica.
Este dato ayuda a entender uno de los proyectos en los que está involucrado: el desarrollo de fármacos para la tuberculosis que sólo tengan que administrarse durante pocos días, en lugar de los nueve meses que dura la terapia actual. Consciente de que el hallazgo de dicho medicamento no sería rentable para su compañía farmacéutica, trabaja en ello desde su laboratorio de la Universidad de Cambridge, financiado por una beca de la Fundación Bill & Melinda Gates. "Estamos en una fase muy precoz porque, aunque es fácil descubrir una diana terapéutica, es muy complicado hacer entrar un agente químico en la bacteria que la provoca", explica.

Nuevas dianas

En su laboratorio, Blundell tiene varios fármacos oncológicos en fases iniciales de desarrollo clínico. Se trata de medicamentos desarrollados a partir de fragmentos moleculares, medicina personalizada en estado puro. "Lo que estamos haciendo es identificar una aproximación personalizada. Seremos capaces de secuenciar tumores, encontrar la parte mutada y usar esa información para identificar nuevas dianas".
Para Blundell, es necesario evitar que pasen "entre 12 y 16 años" desde que se identifica una diana terapéutica hasta la obtención de un fármaco. "Muchos se caen porque fallan pero, en realidad, no funcionan sólo en un porcentaje pequeño, un 1% o 2%. Si mediante el análisis del genoma pudiéramos retirar ese porcentaje de los ensayos clínicos, la eficiencia en el desarrollo sería mayor. Se trata de evitar los efectos secundarios", subraya.
El científico también cree que es imprescindible reducir los costes. "Para ello, el ámbito académico y el empresarial tienen que trabajar conjuntamente", recuerda ahora en su fase de empresario de éxito, como lo demuestra el hecho de que fundara su compañía con un presupuesto de medio millón de dólares y la haya vendido poco más de 20 años después por 150 millones.

2011/06/08

Nuevos fármacos vencen a la 'quimio'

A pesar de que la quimioterapia sigue siendo un elemento clave para que más del 50% de los casos de cáncer se cure, aún mantiene efectos secundarios muy molestos, ausentes en los medicamentos dirigidos contra dianas específicas moleculares. Estos son en su mayoría tratamientos biológicos (elaborados a base de proteínas humanas, como anticuerpos específicos conocidos como monoclonales) y de administración oral, que obtienen muy buenos resultados en ciertos tipos de cáncer.
En la mayoría de los casos, estos tratamientos se utilizan como segunda opción, tras fracasar la quimioterapia. Pero un estudio del Grupo Español de Cáncer de Pulmón (GECP) presentado ayer en la reunión anual de la Sociedad Estadounidense de Oncología Médica (ASCO), que se celebra en Chicago, ha demostrado por primera vez que uno de estos medicamentos, el erlotinib, duplica el tiempo de supervivencia frente a la quimioterapia en un tipo de cáncer de pulmón con mutación del gen EGFR, que se da en entre el 10% y el 26% de los casos. "Lo previsible es que las terapias moleculares se conviertan en las de primera elección en el futuro en este tipo de cáncer de pulmón", señaló en rueda de prensa en Chicago el jefe de Oncología Médica del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, Luis Paz Ares, uno de los autores del estudio, denominado EURTAC.
Los tratamientos dirigidos son, sin duda, las estrellas de esta edición de ASCO. "Actúan como dianas horizontales, sirviendo para distintos tipos de tumor que comparten mutación", explica a Público la secretaria científica de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), Cristina Grávalos. En la misma línea se pronuncia el presidente del GECP, Rafael Rosell, quien señala a este diario que "en el futuro será un error muy craso especializarse sólo en un tipo de cáncer".
Como otros datos reseñables del congreso estadounidense, Grávalos comenta los buenos resultados de otro medicamento, también dirigido a una diana. "El imatinib administrado durante tres años, en lugar de los 12 meses habituales, mejora en un 10% la supervivencia de un tipo de cáncer gastrointestinal, el GIST, que alcanza el 92%. Es un trabajo que cambiará la práctica clínica", afirma la especialista.

Lucha contra el melanoma

Este trabajo se presentó en una de las sesiones plenarias, las que resumen lo más destacado de las más de 9.000 comunicaciones que se presentan en este macrocongreso. En ellas también se han destacado los buenos resultados de dos fármacos contra uno de los tipos de cáncer más mortal y para el que menos opciones terapéuticas existen: el melanoma avanzado.
El primero es también un medicamento específico para una mutación concreta (V600E) del gen BRAF, que presenta entre el 40% y el 60% de este tipo de tumores. El vemurafenib mejoró la supervivencia libre de enfermedad en un 74% con respecto a la quimioterapia habitual. El segundo es ipilimumab, un anticuerpo monoclonal indicado para todo tipo de melanomas metastásicos, sin tener en cuenta mutaciones concretas. El medicamento ha demostrado su eficacia como complemento de la quimioterapia tradicional. La suma de ambos mejoró en dos meses la supervivencia global frente al uso de quimioterapia sola.

Publico

2011/05/16

"Es un tema que se puede abordar sin fármacos"

Mi Vida sin Ti no es sólo casi el título de una película de Isabel Coixet. Según Rafael Cofiño, experto en salud pública y uno de sus impulsores, es una plataforma independiente y sin financiación externa sólo ha costado "los 15 euros del dominio" en internet, lanzada por blogueros interesados en temas de salud. Su objetivo: informar desde el sentido común y contrarrestar la "medicalización compulsiva" de la decisión de dejar de fumar favorecida por las farmacéuticas. Una iniciativa "con" y "para" el ciudadano, no "anti", explica, que va creciendo.
¿Por qué crear Mi Vida sin Ti?
Pretende ser un espacio en internet que ofrezca ayuda clara, global, transparente, no vinculada a intereses de la industria, para informar, apoyar y facilitar la decisión de dejar de fumar. Nace a principios de 2011 al considerar que la nueva ley es una oportunidad para que las personas se replanteen su relación con el tabaco.
¿Hace falta ir al médico para dejar de fumar?
La gran mayoría de las personas que ha dejado de fumar (alrededor del 70%) lo ha hecho sin necesidad de ayuda profesional o farmacológica. Por supuesto, esto no quiere decir que haya que perder la visión integral del abordaje. Sólo apuntara a la necesidad de evitar medicalizar un tema que se puede abordar sin fármacos.
¿Cómo afecta en esta área el conflicto de intereses entre profesionales sanitarios e industria farmacéutica?
Por ejemplo, en que la mayoría de los esfuerzos, formación, investigación y presupuestos se destinen a ese 30% de intervenciones más medicalizadoras y no al 70% de intervenciones de salud pública y promoción de la salud, menos medicalizadoras. También afecta a la propia seguridad del paciente y de la población sana.
¿Qué conlleva el exceso de ensayos clínicos sobre fármacos y la carencia de investigación en salud pública?
Que se focaliza la solución en donde, mayoritariamente, no está: en la intervención milagrosa. En obviar las causas de las cosas y la investigación de los determinantes sociales en salud. O, simplemente, que se rasca bien, pero donde no pica, donde no hay verdaderos problemas de salud. Esto es la medicalización de la vida diaria, una de las responsables de la saturación de las consultas en Atención Primaria.
¿Qué otras áreas están medicalizadas?
Muchas: salud de la mujer, chequeos generales Pero la principal de todas, la propia formación sanitaria del colectivo médico. Mientras no pongamos el acento en una formación más holística, más orientada al paciente en un contexto real y de determinantes sociales, tendremos la batalla perdida. Vendrán artefactos tecnológicos o fármacos deslumbrantes que harán chiribitas los ojos de pseudocientificos, gestores, población y políticos, pero habremos perdido la esencia de lo que es la medicina y la salud.

Publico

2011/01/21

Pastillas para soportar la vida

Un estudio publicado en la última edición de JAMA asegura haber dado con la clave para acabar con las molestias que sufren las mujeres en la menopausia. Según el trabajo, la administración de antidepresivos reduce el número de sofocos. En principio, podría tratarse de una buena noticia, pero el estudio ha vuelto a poner de manifiesto un asunto que preocupa a algunos profesionales y que, sin duda, afecta negativamente a la sostenibilidad de los sistemas sanitarios: la medicalización de los fenómenos de la vida cotidiana.
Tanto en España como en otros países existe un número creciente de profesionales que está tratando de acabar con la tendencia de tratar como enfermedades fenómenos fisiológicos con los que la humanidad lleva conviviendo desde hace siglos. La menopausia sería un ejemplo, pero hay muchos más, desde la calvicie a la mera tristeza asociada a acontecimientos adversos de la vida cotidiana. Desde Australia, el periodista y profesor de la Universidad de Newcastle Ray Moynihan popularizó el concepto disease mongering que podría traducirse como "invención de enfermedades". Sin embargo, el director de la Fundació Institut Catalá de Farmacología, el catedrático Joan Ramón Laporte, prefiere hablar de "invención y exageración de enfermedades" porque, apunta, en algunos casos lo que se medicaliza sí es una patología, pero para mucha menos gente de la que finalmente obtiene el diagnóstico. "Es cierto que la menopausia puede tener manifestaciones extremas que, en ciertas ocasiones, son molestas y tratables", pone como ejemplo Laporte.

Sólo para minorías

Un estudio publicado en Annalsof Human Biology cuantifica esta afirmación al demostrar que sólo un 9% de las mujeres menopáusicas sufre sofocos realmente irritantes.
Quizás uno de los primeros ejemplos de medicalización de fenómenos cotidianos fue el de la calvicie. El descubrimiento casual de un fármaco que ralentizaba la caída del cabello se vio acompañado de una intensa campaña de relaciones públicas en la que se difundió la calvicie como un problema que afectaba muy negativamente a la calidad de vida de los hombres.
Algo similar ocurrió con la disfunción sexual eréctil, como recuerda el farmacólogo catalán. Tras el desarrollo de Viagra, al que acompañaron otros fármacos similares, se empezó a oír a hablar del gran problema que suponía para los hombres a partir de cierta edad tener dificultades para mantener relaciones sexuales. Pero ¿toda persona que sufre un gatillazo aislado es un afectado por disfunción sexual eréctil?
Aunque el fenómeno de la medicalización está aumentando, también lo está haciendo la sensibilidad de los médicos al respecto, comenta Laporte, quien, no obstante, cree que habrá algo que influirá mucho más contra esta tendencia que el propio esfuerzo de los profesionales: la propia restricción financiera. El catedrático cuestiona que las medidas por las que apuestan las autoridades sanitarias sean las ideales para reducir el gasto sanitario. Es el caso, por ejemplo, de la restricción en el catálogo de medicamentos financiados por la Xunta de Galicia o la disminución del precio de los fármacos decretada por el Ministerio de Sanidad. Esto no logrará acabar con el problema de la sostenibilidad si, al mismo tiempo, "la industria farmacéutica promueve cada vez más indicaciones para los fármacos y monopoliza la información sobre medicamentos y la formación continuada en el seno del sistema de salud", comenta Laporte.
El médico de familia Vicente Baos, autor del blog El Supositorio, es uno de esos facultativos concienciados sobre los problemas de la medicalización excesiva, aunque puntualiza que el fenómeno no es tan reciente: "Llevamos años con este asunto, pero la expresión pública ahora es distinta", afirma refiriéndose a la mayor difusión de estas ideas propiciada por las redes sociales. Para Baos, hay un motivo claro que empuja a preocuparse por este fenómeno y es la propia realidad de la práctica diaria. "Mi consulta está llena de enfermos con una salud excelente", ironiza. El galeno cree que el hecho de que durante años se haya intentado promover la salud ha generado unas expectativas erróneas del propio concepto de salud. "La gente cree que todo el mundo tiene que vivir sin el más mínimo problema". Así, reflexiona, "en vez de más autonomía, se ha llegado a una medicodependencia".
Para Baos, el ejemplo más claro de medicalización de la sociedad es todo lo que genera ansiedad. "A mi consulta llegan chicos muy jóvenes pidiéndome medicamentos porque acaban de tener un desengaño amoroso y, lo que es peor, madres de estos chicos que me piden que les dé algo para ayudarles en su problema", comenta.

Pesimismo sobre el futuro

Al contrario que Laporte, este especialista se muestra muy poco optimista con respecto a la solución del problema. "Nuestro sistema está basado en poner etiquetas a todo y aliviarlo, y es más fácil ir al médico y que te dé algo, que pensar en abordar el problema desde otro punto de vista", comenta Baos, que define el sistema público como abocado "a la explosión interna". El gran problema es, a su juicio, que no hay alternativas ni tiempo para investigar sobre ellas. Además, señala que cualquier limitación en la prescripción de fármacos se acompaña de protestas por parte de la industria biomédica y los farmacéuticos. "El sistema político no pone límites", concluye.
El farmacólogo de la Oficina de Evaluación de Medicamentos del Servicio Extremeño de Salud Galo Agustín Sánchez lleva años preocupado por este asunto desde la administración sanitaria. Según sus cálculos, a principios de la década pasada se recetaba un 15% de medicamentos excesivos (a personas que no los necesitaban) y se dejaban de prescribir fármacos necesarios a un 5% de pacientes.
Sánchez considera que la culpa de este fenómeno no es únicamente de la industria farmacéutica aunque, afirma, esta "no contribuye a la medicalización con buena intención. Se basa en medias verdades, tampoco dicen nunca una mentira completa". Otros actores implicados en que se prescriban fármacos para patologías inexistentes son, para este gestor, los propios políticos y los pacientes. "El público no es tonto, pero está atontado; la gente prefiere salvaguardar su salud tomando cosas que no tomándolas", resume.
El farmacólogo recuerda que toda intervención sanitaria debe decidirse en función de los beneficios, los riesgos, los inconvenientes y los costes; algo que, a veces, parece no ser tenido en cuenta por nadie.

Cuatro circunstancias que se han convertido en enfermedades


-La calvicie que no gusta a las mujeres andaluzas

“A las mujeres andaluzas no les gustan los calvos”. Este fue uno de los muchos titulares que generó el fármaco finasteride (comercializado como Propecia) tras su aprobación en España en 1999 como primer tratamiento autorizado para retrasar la calvicie. Este estudio tan negativo para los calvos del sur de España estaba patrocinado por el fabricante del medicamento y se basaba en entrevistas a 500 mujeres. El dermatólogo del Hospital Valme de Sevilla Jerónimo Escudero lo presentó en 2001.
Cuatro años antes, cuando Estados Unidos acababa de aprobar el medicamento y aún se negociaba su aprobación en España, el periodista José María Carrascal definía en el diario ‘ABC’ a Propecia como una auténtica medicina, producto de años de investigación. 
-El ‘boom’ de los niños hiperactivos
 Al contrario que otros fenómenos de medicalización, el trastorno de déficit de atención por hiperactividad (TDAH) es una enfermedad clínicamente descrita. Pero, ¿afecta a tantos niños como se cree? En 2004, un diario nacional cifraba la prevalencia en uno de cada 20 escolares, es decir, 300.000 alumnos. El periódico recogía las declaraciones del psiquiatra de la Fundación Jiménez Díaz Francisco Javier Quintero, que recomendaba el tratamiento psicofarmacológico para la dolencia. En la década de los noventa se empezaron a aprobar nuevos fármacos para el tratamiento de este síndrome, tendencia que siguió en la década siguiente. Varios expertos apuntaron a un posible sobrediagnóstico del trastorno.
-Fármacos para la tristeza, aun motivada
 El tratamiento de la depresión leve, o motivada por circunstancias adversas, es un fenómeno creciente. Según datos de la consultora IMS Health, de enero a octubre de 2010 se vendieron casi tres millones de envases de antidepresivos en España y el mercado de esta familia de fármacos creció un 5,6% con respecto a 2009. Al menos dos estudios publicados en los últimos dos años han confirmado que este tipo de medicamentos es igual o menos eficaz que el placebo en el tratamiento de la depresión leve, aun siendo muy útiles para las formas graves de la enfermedad. Sin embargo, tanto los psiquiatras como los médicos de atención primaria reconocen que los siguen recetando con este fin. ¿Se medicaliza la tristeza común?
-Una campaña anterior al nacimiento de Viagra
 En marzo de 1998, la entidad que controla fármacos y alimentos en EEUU, la FDA, aprobó el sildenafilo. El medicamento, comercializado como Viagra, era el primer medicamento aprobado para tratar la disfunción eréctil y se convirtió en un gran éxito de ventas. “1998 pasará a la historia por la aparición del primer fármaco contra la impotencia”, titulaba ‘ABC’ a finales de aquel año. La campaña de relaciones públicas había empezado antes y, en 1997, los urólogos Íñigo Sáez de Tejada, del Hospital Ramón y Cajal, y José Luis Arrondo, del Hospital de Navarra, afirmaban en el II Congreso de la Sociedad Europea para la Investigación de la Impotencia que esta afectaba a más de dos millones de españoles.

Publico

2010/12/18

Un medicamento pudo causar hasta 2.000 muertes en Francia

El Mediator, un medicamento utilizado para el tratamiento de diabéticos con problemas de peso, pudo causar hasta 2.000 muertes en Francia, según un estudio revelado este sábado, frente a los 500 fallecimientos que reconoció la Seguridad Social.
El diario Le Figaro publica este sábado otro estudio encargado por la Seguridad Social, que tiene en cuenta el largo plazo y sitúa el número de fallecidos en un mínimo de 1.000 y un máximo de 2.000.
Además, el rotativo revela una carta dirigida a la Agencia Nacional del Medicamento (ANF) que alertaba de los riesgos del Mediator en 1998, mientras que el producto no fue retirado del mercado hasta noviembre de 2009.
El correo, firmado por tres médicos, pedía al presidente de la ANF de la época, Jean-René Brunetiere, que volviera a evaluar la incidencia del producto en la salud y, por tanto, su libre prescripción facultativa.
Sin embargo, en Francia las autoridades sanitarias lo mantuvieron al considerar que los signos de riesgo eran pequeños. Hasta que una última investigación, lanzada en 2007, acabó por apartar al Mediator de las farmacias dos años más tarde. La Seguridad Social reconoció a mediados del mes pasado que el Mediator estaba en el origen de, al menos, 500 muertes.
Sin embargo, Le Figaro revela que otro estudio encargado por la Seguridad Social eleva el número de fallecidos por el consumo de Mediator, que sitúa en un mínimo de 1.000 y un máximo de 2.000.
Al igual que el primer documento, el estudio reconoce el riesgo de valvulopatía derivado del consumo del producto, una patología cardiaca que llevó a 597 pacientes al hospital sólo en 2006. De ellos, fallecieron 64, una proyección que llevó a los autores del primer estudio a estimar en 500 el número de muertos desde su comercialización.
Pero el nuevo estudio tiene en cuenta también el grado de sobremortalidad registrado entre los supervivientes a lo largo de los años siguientes. Señala que el riesgo de enfermedad cardiaca se multiplica por tres entre los pacientes que toman Mediator, por lo que eleva la estimación de muertes ligadas al producto.
Ideado inicialmente para diabéticos, el Mediator comenzó a comercializarse en 1976 para aquellos pacientes que, además, tenían problemas de sobrepeso y grasa en la sangre.
Con el tiempo, sus propiedades para quitar el apetito llevaron a que fuera prescrito también como adelgazante, por lo que se calcula que en Francia lo consumieron dos millones de personas. En 2006, año del estudio divulgado, lo tomaron 303.336 personas, de las cuales el 70% no eran diabéticos.

20minutos

2010/12/06

Probar fármacos para ganarse la vida

Hay personas que toman medicamentos cuando se sienten mal o están enfermas. Otros, sin embargo, lo hacen para ganarse la vida.
Y con la actual crisis económica, cuando cada vez más individuos tratan de encontrar una nueva forma de ganar dinero, quizás muchos hayan pensado en la posibilidad de ir a una clínica para probar fármacos que aún no han sido aprobados y recibir dinero a cambio de ello.
Los ensayos clínicos en seres humanos son una pieza importante del proceso de desarrollo de medicamentos. Les permiten a las compañías farmacéuticas saber si los compuestos tienen o no efectos secundarios.
Para muchos de los estudios, las empresas reclutan a voluntarios sanos. Y entre estos hay varios que se dedican tiempo completo a ser "conejillos de indias" de la industria farmacéutica.

Proceso

La primera fase del desarrollo de un nuevo medicamento involucra modelos de computación y pruebas in vitro, seguidos por análisis con animales, principalmente roedores, para comprobar su toxicidad.
En ese momento, el compuesto tiene que ser oficialmente aprobado para ensayos en seres humanos.
En las fases iniciales, por lo general se recluta a entre diez y 30 personas para cada ensayo.
La información resultante ofrece datos sobre cómo es tolerada la medicina, cómo el cuerpo la absorbe, descompone y elimina, y si tiene algún efecto secundario en el individuo que participa en las pruebas.
La segunda etapa de cualquier ensayo consiste en probar el fármaco en personas que ya tienen la enfermedad que necesita ser tratada.
"La gente recibe dinero para analizar la seguridad de un medicamento; no para ver si el fármaco funciona, sino para saber que puede consumirse sin riesgos", explica el antropólogo Roberto Abadie, que ha estado estudiando la tendencia de prestarse como conejillo de indias en Estados Unidos.
La industria farmacéutica asegura que cumple con las regulaciones cuando se trata de reclutar a conejillos de indias "profesionales".
Pero Abadie tiene dudas sobre si las compañías realmente están conscientes de que algunas personas participan en numerosos ensayos.
"No existe un registro central para la gente que toma parte en ellos. No estoy seguro de que se conozca esta profesionalización", agrega.
"No creo que sepan, o que les interese saber, que algunos individuos han participado en hasta 100 ensayos clínicos".

En EE.UU.

Muchos de los que se prestan para esta pruebas son afroestadounidenses o latinos de bajos ingresos.
"Probablemente sólo haya unos pocos miles de conejillos de indias pero la mayoría de los ensayos se llevan a cabo con estas personas que se ganan la vida con ellos", dice el antropólogo Abadie.
Una persona puede ganar US$20.000 al año participando en unos ocho o diez ensayos.
Cada prueba dura por lo general un mes.
"Creo que yo nunca gané más de US$20.000 o $25.000 al año, pero conocí a personas que estaban obteniendo mucho más que yo", comenta Robert Helms, un ex conejillo de indias profesional.
"Los llamaba adictos al trabajo".
Según Abadie, se han reportado casos en los que una persona se somete a dos ensayos a la vez.
"Es mucho más de lo que ganarían trabajando en McDonalds -afirma-, que es una referencia para un trabajo pobremente remunerado".

Riesgos de largo plazo

El problema, dice el experto, son las grandes dosis de compuestos químicos que las personas deben absorber en su organismo.
"Nadie sabe cuál será el efecto que esto tendrá cuando estas sustancias interactúen entre sí en unos 20 o 30 años", advierte.
Abadie cree que la industria farmacéutica también debería mostrarse preocupada.
"Está el tema de la responsabilidad de daños y perjuicios si se comprueba que, al final, las empresas sospechaban de que algo podía salir mal pero no hicieron nada porque necesitaban que los conejillos de indias profesionales continuaran con los ensayos para que pudieran producir un fármaco", dice.
Las compañías farmacéuticas aseguran que toman todas las precauciones posibles cuando se llevan a cabo las fases con seres humanos de los ensayos farmacológicos.
Helms, el ex conejillo de indias profesional, recuerda un incidente en el que las cosas salieron mal.
"En 1996, un amigo pasó por un momento difícil. Empezó a tener ideas delirantes. Creía que la película "12 Monkeys" ("12 monos") había estado basada en él".
En algunos países ya comenzaron a establecerse regulaciones para los ensayos clínicos, pero no en Estados Unidos.
Según Helms, allí la industria farmacéutica "tiene mucho poder". "No creo que las cosas cambien en un futuro cercano", opina.
"Tienen mucha fuerza política y no creo esa situación vaya a cambiar".

BBC Mundo

2010/11/19

Un fármaco logra que los ratones adelgacen

La búsqueda del anhe-lado medicamento para combatir la obesidad tiene un nuevo candidato. Una nueva molécula, desarrollada por investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins (EEUU), ha demostrado eficacia para ayudar a perder peso a ratones, según describen en un estudio publicado hoy en Science.
El fármaco preliminar, denominado GO-CoA tat, actúa sobre la grelina, una de las dos hormonas junto con la leptina que se consideran claves en el desarrollo de la obesidad. De hecho, es conocida como la "hormona del hambre".
El nuevo medicamento logró bloquear la acción de esta hormona y, con ello, provocó una pérdida de peso y otros efectos metabólicos beneficiosos en los ratones. Para bloquearla, los científicos se fijaron en el hecho ya conocido de que la grelina no está activa en el organismo a no ser que lleve un ácido graso que se adhiere a la hormona gracias a una enzima llamada GOAT. El fármaco fue diseñado para inhibir la GOAT y es el segundo procedimiento que estudia este equipo para lograrlo. Hace dos años, lo consiguieron en cerdos mediante una intervención quirúrgica ambulatoria, la embolización química de la arteria gástrica.
A pesar de los buenos resultados conseguidos con GO-CoA, los investigadores advierten de que el medicamento requiere de la administración de varias inyecciones, lo que hace improbable su desarrollo como fármaco para la obesidad humana. Sin embargo, la confirmación de GOAT como una diana terapéutica útil puede suponer un gran avance en la lucha farmacológica contra la obesidad.

Publico

2010/11/01

¿Debemos borrar nuestros recuerdos?

Algunas investigaciones han planteado que nuestros recuerdos no son tan indelebles como pensamos.
Si se pudieran borrar químicamente -por ejemplo los traumas de una guerra- ¿sería correcto? ¿o sería borrar nuestra historia?

¿Usted qué opina? ¡Participe en el debate!

A favor

Anders Sandberg, neurocientífico computacional del Instituto sobre el Futuro de la Humanidad, de la Universidad de Oxford.
"Hay un fuerte argumento moral para debilitar las asociaciones vinculadas al miedo: mejorar el bienestar humano.
Tener recuerdos fidedignos y precisos puede ser bueno para la identidad de una persona y para su habilidad de actuar moralmente.
Quizás incluso sea una obligación moral, como en el caso de ser testigo de un incidente o de ser un líder político responsable.
Pero creo que estos elementos son mucho menos importantes que la oportunidad de vivir una vida saludable.
El trastorno por estrés post traumático (TPET) puede llegar a ser una condición profúndamente inhabilitadora así que borrar de la memoria lo negativo o los recuerdos que producen miedo puede ser moralmente aceptable si el procedimiento permite que la persona viva una vida plena.
No estoy diciendo que la eliminación de recuerdos debe ser tomada a la ligera. Pero nuestra memoria es imperfecta, parcial y en muchos casos inventada.
Entonces quizás no deberíamos verlo como algo completamente distinto al proceso de selección de recuerdos que hacemos naturalmente todos los días".

En Contra

Emily Holmes, neuropsicóloga clínica, de la Universidad de Oxford.
"Los traumas son horribles y espantosos, pero lamentablemente son parte de nuestra vida.
Tenemos que recordar que mucha gente supera los traumas sin llegar a sufrir TPET.
Esto sugiere que es posible evitar el desarrollo de ese trastorno y que tenemos que aprender a sobrevivir sin que los recuerdos dolorosos nos afecten de una manera patológica.
La idea de que uno puede "borrarse la memoria" puede sonar atractiva, pero no creo que eso funcione.
Un ejemplo de que borrar un trauma no ayuda necesariamente al paciente es el caso de una violación bajo los efectos de una droga como el Flunitrazepam.
Las personas que han sido violadas luego de ingerir un sedante no pueden recordar lo que pasó.
Ese olvido puede generar consecuencias desastrosas. Es horrible no saber qué pasó porque tu mente inventa o intenta completar esos vacíos de la memoria y eso puede ser aún peor.
Nadie que haya sufrido un trauma -o que trabaja con afectados- quisiera que el incidente hubiese ocurrido.
Pero en terapias con buenos resultados, cuando el paciente vuelve a sentirse bien, no pide que le borren sus recuerdos.
Ellos entienden que es importante conocer la historia personal y recordar lo que te ha ocurrido en la vida.
Pongámonos en el caso de los veteranos de la Primera Guerra Mundial. Fue una época terrible. Pero ellos ¿optarían por borrar completamente esos tres años de su vida?
Creo que alguien que está enfermo podría decir que preferiría borrar esos malos recuerdos. Pero una vez que se ha recuperado, dudo que quiera que desaparezca el rol que esa memoria juega en su vida".

Opine: ¿le gustaría borrar algunos recuerdos?

2010/10/20

Fármacos para trasplante de hígado causan pérdida ósea, según estudio brasileño

Pueblo en Linea

Los inmunosupresores que son recetados para pacientes que reciben trasplante de hígado provocan pérdida de la masa ósea en las mujeres sometidas al tratamiento, varias de las cuales terminan desarrollando osteoporosis, según un estudio realizado por investigadores brasileños.

El estudio que los científicos del Hospital de las Clínicas de la Universidad de Campinas (Unicamp) realizaron con 23 mujeres sometidas a trasplante hepático concluyó que los inmunosupresores le provocan una significativa disminución de la masa ósea a estas pacientes, informó el 19 este centro académico.

Estas medicinas, por provocar la inmunosupresión del sistema inmunitario, son usadas para prevenir el rechazo de órganos trasplantados.

Las mujeres sometidas al trasplante sufren reducción crónica y grave de la masa ósea y el problema no es diagnosticado a tiempo debido a que es enmascarado por las complicaciones más urgentes del trasplante, según el ginecólogo Luiz Francisco Cintra Baccaro, responsable por la investigación.

"Si no prestamos atención y no hacemos exámenes detallados en esas pacientes, ellas pueden sobrevivir a la enfermedad hepática pero, con reducción de la masa ósea, pueden sufrir una fractura o incluso la muerte con una simple caída", según el ginecólogo.

Los resultados del estudio fueron destacados en los anales del XV Congreso Paulista de Obstetricia y Ginecología y presentados en el Congreso Brasileño de Trasplante de Hígado y Páncreas.

Según Baccaro, para prevenir el problema, las pacientes con más de 35 años tienen que ser sometidas a pruebas de cuantificación de masa ósea antes del trasplante para identificar a las que sufren mayores riesgos de osteoporosis.

El investigador agregó que las pacientes también tienen que ser examinadas rigurosamente en los dos años después del procedimiento quirúrgico para determinar si pueden llegar a sufrir osteoporosis.

2010/10/15

El "engaño" de las pruebas de fármacos

BBC Mundo


Los resultados de los ensayos clínicos para conocer la efectividad de las medicinas muchas veces engañan a los médicos y sus pacientes porque las conclusiones negativas no se publican, advierten expertos.
En un artículo en British Medical Journal (BMJ) (Revista Médica Británica), científicos alemanes expresan que debería forzarse a las compañías farmacéuticas a publicar todos los resultados, no sólo los positivos.
El equipo del Instituto Alemán para la Calidad y Eficiencia del Cuidado a la Salud pone como ejemplo el caso del antidepresivo reboxetine, con el cual, dice, "no se mostró al fármaco como realmente es".
El reboxetine (cuyos nombres comerciales son Edronax, Norebox, Prolift o Vestra) es utilizado en más de 50 países del mundo.
Pero el rechazo de su autorización en Estados Unidos sembró dudas sobre su efectividad y llevó a la búsqueda de los datos de sus ensayos clínicos.
Aunque su fabricante, Pfizer, afirma que el medicamento es efectivo, no es la primera vez que una gran farmacéutica se ve criticada por los resultados de sus ensayos clínicos.

Información de pruebas

Otra gigante farmacéutica, GlaxoSmithKline (GSK) también fue blanco de críticas por no haber dado la alarma sobre el riesgo de conducta suicida asociado con el antidepresivo Seroxat.
GSK rechaza la afirmación de que manejó inapropiadamente la información sobre el ensayo clínico.
Pero la empresa también se ha visto forzada a defenderse de las acusaciones de que escondió los datos negativos referentes a otro de sus fármacos, Avandia, que se utiliza en todo el mundo para tratar diabetes.

Hace unas semanas, las autoridades sanitarias de Europa y Estados Unidos recomendaron la suspensión y restricción de la venta de este fármaco.
Ahora los investigadores alemanes afirman que hay datos no publicados de ensayos clínicos del antidepresivo reboxetine de Pfizer que deberían darse a conocer al público porque podrían cambiar la percepción del fármaco.
La doctora Beate Wieseler y sus colegas llevaron a cabo su propio análisis sobre el reboxetine analizando los resultados de 13 ensayos clínicos, incluidos ocho ensayos previamente no publicados realizados por Pfizer.
Encontraron que el fármaco, en términos de remisión y tasas de respuesta, no era mejor que un placebo. Y que sus beneficios eran inferiores cuando se le comparaba con medicamentos antidepresivos similares.
Además, dicen, un número mayor de pacientes mostró más efectos secundarios con el reboxetine que con el placebo. Y más pacientes dejaron de tomar el medicamento debido a estos efectos secundarios, comparado con el número que tomó un placebo o un antidepresivo distinto.

Imagen parcial

Los científicos afirman que existe una parcialidad en las publicaciones con la cual se ha sobrestimado el beneficio del reboxetine y subestimado su daño potencial.
Y, agregan, éste es un problema extendido que se aplica a muchos de los fármacos que se utilizan hoy en día.
"Nuestros resultados muestran una necesidad urgente de establecer la publicación obligatoria de todos los datos de ensayos clínicos" dicen los científicos en la BMJ.

Advierten que la falta de información completa significa que quienes establecen las políticas no pueden tomar decisiones informadas.
En Estados Unidos ya se estableció como un requisito que todos los datos -positivos y negativos- de los ensayos sean publicados. El Reino Unido también está tratando de lograr este requisito.
El organismo regulador de medicamentos en el Reino Unido (MHRA) afirma que "hay una iniciativa europea para obtener acceso público a los resultados de los ensayos clínicos. Se planea que esta información esté disponible a fines de 2011 o principios de 2012".
Por su parte, un portavoz de la empresa Pfizer señala que "en el Reino Unido, el reboxetine de Pfizer tiene licencia para el tratamiento agudo de enfermedad depresiva y depresión grave y para mantener la mejora clínica de pacientes que responden inicialmente al tratamiento".
"Esta medicina presenta una opción efectiva de tratamiento para que los médicos la utilicen con sus pacientes que sufren de estos trastornos".
"Pfizer presenta los resultados de sus ensayos clínicos a las autoridades regulatorias en todo el mundo. Estas autoridades reguladoras hacen un balance cuidadoso de los riesgos y beneficios de cada medicamento y reflejan toda la información importante sobre seguridad y eficacia en el etiquetado del producto aprobado".
El portavoz agrega que "Pfizer revisará en detalle el metaanálisis relacionado a reboxetine publicado en la Revista Médica Británica y ofrecerá un comentario después de completar esta revisión".
Otros críticos afirman, sin embargo, que las revistas médicas especializadas que publican los ensayos clínicos también son en parte responsables.
La BMJ ha prometido dedicar una edición especial al tema el próximo año.

2010/10/06

Dos fármacos atacan el cáncer de mama en ratones

Publico

Un estudio realizado por el Centro de Investigación del Cáncer de Salamanca (CIC) ha descubierto que la combinación de dos medicamentos mata las células tumorales que provocan el cáncer de mama. Según dieron a conocer ayer en la capital salmantina, el equipo investigador que ya ha publicado el trabajo en The Journal of the National Cancer Institute ha desarrollado un nuevo tratamiento basado en la combinación de dos fármacos ya conocidos. El resultado es una mejora en un tipo de tumor que representa el 30% de los casos de esta enfermedad.
El investigador Atanasio Pandiella, que lidera este equipo, aseguró que hasta ahora a todo el subgrupo de pacientes que padece este tipo de cáncer de mama se le aplica un anticuerpo llamado trastumuzab, comercializado con el nombre de Herceptina. Sin embargo, los científicos del laboratorio de desarrollo de fármacos antitumorales del CIC han descubierto que si se combina con el fármaco dasatinib (de nombre comercial Sprycel), que se emplea en leucemia mieloide crónica, el tumor encoge y hasta desaparece en modelos animales.
Pandiella explicó que la mayor diferencia que han encontrado "se refiere a que este tratamiento combinado provoca que el ADN de la célula tumoral se dañe". Así, el ADN se rompe y la célula tumoral no lo puede reparar, pero no ocurre si se aplica sólo uno de los fármacos por separado. "Este daño hace que la célula que no lo puede reparar se muera y por eso vemos reducción de los tumores. No sólo estamos parando el tumor para que no crezca, que es el efecto de la Herceptina, sino que lo reduce porque mata las células tumorales", ha indicado el investigador.
La conclusión de este estudio lleva a los científicos a ser optimistas ante las soluciones del cáncer de mama. Así, en 30 o 40 años "se podría estar hablando de que se cura todo el cáncer de mama", debido al incremento de la supervivencia de los pacientes con esta enfermedad y a los nuevos tratamientos.

2010/09/06

Sanidad investiga 80 webs de venta de fármacos

El Pais

La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), dependiente del Ministerio de Sanidad y Política Social, ha abierto e investigado un total de 81 procedimientos de cesación de páginas webs por la venta ilegal de medicamentos a través de Internet, informa Europa Press.
Según los datos presentados en la Memoria de Actividades de la AEMPS 2009, esta actividad se encuentra recogida dentro de las actuaciones sobre medicamentos ilegales que también realiza otras acciones en este ámbito, "en el que resultan básicas la cooperación y colaboración entre todos los sectores implicados en el tráfico de medicamentos ilegales".
Sanidad apunta que en 2009 se mantuvo un "importante incremento" en el número de muestras remitidas por parte de los juzgados y de la policía y el porcentaje de informes emitidos sobre los riesgos que para la salud del ciudadano conlleva el consumo de estos de productos. Por problemas en la calidad del medicamento, se investigaron 191 productos y se retiraron 38, tres más que en 2008 cuando se investigaron hasta 177 fármacos.
La venta ilegal de fármacos por Internet es una actividad al alza. Un estudio de Alianza Europea para el Acceso a Medicamentos Seguros (EAASM), sobre más de 100 portales, concluía que "solo una de cada cinco webs tiene detrás de su actividad a un farmacéutico identificable". Esos medicamentos se entregan sin pedir receta, algo que es ilegal y representa una amenaza para la salud. Los análisis detectaron productos cuya composición química no se corresponde con la de su homólogo en farmacias.

2010/08/30

Exitoso fármaco para insuficiencia cardíaca

BBC Mundo

Un medicamento cuya administración costaría US$2 al día tiene el potencial de salvar la vida de miles de pacientes que sufren insuficiencia cardíaca, revela un estudio.
El fármaco, llamado Ivabradine, ya se usa en varios países para el tratamiento de angina de pecho.
Pero ahora, nuevos ensayos clínicos en los que participaron más de 6.500 personas en 37 países demostraron que el medicamento puede reducir en 26% el riesgo de muerte por insuficiencia cardíaca.
También tuvo un impacto similar en la reducción de las probabilidades de que esos pacientes fueran internados en un hospital.
El estudio, publicado en la revista The Lancet, fue presentado durante la reunión anual de la Sociedad Europea de Cardiología que se celebra en Estocolmo.

Trastorno común

La insuficiencia cardíaca es un trastorno que surge como resultado de muchas enfermedades del corazón que provoca que éste pueda llenar o bombear sangre en los volúmenes adecuados para satisfacer la demanda del organismo.
Es muy común en todo el mundo y potencialmente letal. En los países en desarrollo se calcula que el 2% de los mayores de 45 años lo sufren. Entre los de más de 65 años la incidencia aumenta a 10%.
El nuevo estudio fue llevado a cabo para investigar si al reducir la frecuencia cardíaca con Ivabradine se lograba disminuir la muerte y los internamientos en hospitales de pacientes con insuficiencia cardíaca.
Todos los participantes del estudio de dos años ya estaban siendo tratados con los medicamentos estándares para la enfermedad, como beta bloqueadores.
A diferencia de estos tratamientos, el Ivabradine puede disminuir el número de latidos por minuto sin reducir también la presión arterial.
Al final del estudio, dicen los autores, el fármaco logró reducir significativamente el riesgo de muerte por insuficiencia cardíaca y el número de pacientes hospitalizados por la enfermedad.

Menos presión

El medicamento también resultó asociado a una reducción promedio en la frecuencia cardíaca de 15 latidos por minuto. Al disminuir las pulsaciones el fármaco disminuye parte de la presión que ejerce el corazón.
El profesor Martin Cowie, cardiólogo del Hospital Royal Brompton en Londres, quien dirigió el estudio en el Reino Unido, le explicó a la BBC que el medicamento podría salvar unas 10.000 vidas cada año tan sólo en este país -donde una de cada cuatro personas tiene el riesgo de desarrollar insuficiencia cardíaca en algún momento de su vida-.
"En las personas que sufren insuficiencia cardíaca -dice el médico- su corazón siempre está trabajando deprisa. Aún cuando están sentadas sin hacer nada, su frecuencia cardíaca puede ser de unos 80 ó 90 latidos por minuto. Y este fármaco ayuda a disminuir ese ritmo".
"En el pasado podíamos llevar a cabo esa disminución con fármacos llamados beta bloqueadores. Pero muchos pacientes no pueden tomar estos medicamentos porque tienen asma o porque éstos reducen su presión arterial".
"Este fármaco tiene la ventaja de que puede tomarse junto con los beta bloqueadores o puede darse a las personas que no pueden ser tratadas con aquéllos", expresó el especialista.
"Lo que hace es reducir las pulsaciones sin disminuir la presión arterial y sin afectar el asma. Así que es una nueva alternativa muy importante con la que pueden contar los médicos y sus pacientes que sufren insuficiencia cardíaca".
El médico subrayó, sin embargo, que el Ivabradine quizás no es adecuado para todos los pacientes, sino sólo para aquellos que ya sufren un trastorno cardíaco serio.
"La evidencia de este estudio representa un avance clínico importante en el manejo de la insuficiencia cardíaca y ofrece información sumamente valiosa para quienes sufren esta enfermedad", dijo el profesor Cowie.
"Es vital que los resultados de este estudio sean implementados y que este medicamento sea utilizado como parte de los tratamientos estándares para la enfermedad lo antes posible", agregó.

2010/06/14

Fármaco de cáncer contra la ceguera

Fuente: BBC Mundo.

Un fármaco barato que se usa contra cáncer de colon y recto debería recetarse para evitar la degeneración macular, afirman científicos en el Reino Unido.
El medicamento, llamado avastin, no tiene licencia para venderse contra la degeneración macualr, que es una de las principales causas de ceguera en el mundo.
Pero una nueva investigación -publicada en British Medical Journal (Revista Médica Británica)- sugiere que el fármaco es "superior a los tratamientos convencionales y más barato que las actuales medicinas contra la enfermedad".
La degeneración macular asociada a la edad (DMAE) es una enfermedad del ojo causada por el deterioro de la mácula -la capa que recubre la parte posterior del ojo- y afecta principalmente a personas mayores de 50 años.
Hay dos tipos de DMAE: húmeda y seca. Esta última es la forma más común de la enfermedad que se desarrolla muy lentamente causando pérdida gradual de la visión central.
La forma húmeda ocurre en cerca de uno de cada 10 pacientes. Se desarrolla rápidamente y puede conducir a pérdida total de visión.
Esta forma del trastorno es causada por un crecimiento anormal de los vasos sanguíneos que rodean al ojo y puede combatirse evitando el crecimiento de una proteína natural llamada factor de crecimiento endotelial vascular.
Se cree que el avastin inhibe la función de esta proteína evitando la formación de nuevos vasos sanguíneos.

Pruebas

Los científicos de tres clínicas de ojo en Londres, Bristol y Cheltenham, en Inglaterra, llevaron a cabo un estudio poloto con 131 pacientes que padecían DMAE húmeda.
Compararon el impacto del avastin con otro fármaco con licencia para la DMAE. llamado lucentis y cuyo tratamiento cuesta en promedio unos US$14.000 por paciente.
Los resultados mostraron que el avastin fue "superior al tratamiento estándar".
Varios oftalmólogos en otros países del mundo ya han estado inyectando pequeñas cantidades de avastin en los ojos de pacientes como parte de estudios experimentales con el fármaco.
Los informes han sido exitosos y de bajo costo porque un tratamiento puede ser dividido y utilizado con decenas de pacientes.
Pero la empresa farmacéutica que produce el medicamento, Roche, todavía no solicita licencia de comercialización del fármaco para la DMAE.
Los investigadores están pidiendo que avastin sea implementado como tratamiento para el trastorno en los países que no tienen acceso al lucentis.
Pero la profesora Usha Chakravarthy del Hospital Royal Victoria en Belfast, Irlanda del Norte, afirma en la misma publicación que el estudio no establece si el avastin es mejor que el lucentis y que "no debe alentarse el uso de un fármaco sin licencia" hasta que haya resultados más amplios.
Según Barbara McLaughlan, gerente del Real Instituto Nacional de Personas Invidentes del Reino Unido (RNIB), afirma que los pacientes deben continuar sus tratamientos con lucentis hasta que haya "evidencia robusta" de la seguridad y efectividad del avastin.

2010/06/09

Un arsenal de 800 fármacos inteligentes acecha al cáncer

Fuente: Publico.

La promesa que el presidente estadounidense Richard Nixon hizo a su pueblo en 1971 no se va a cumplir. El cáncer, como entidad general, está lejos de tener una única cura, como se ha puesto de manifiesto en la reunión anual de la Sociedad Estadounidense de Oncología Médica (ASCO), el mayor congreso internacional de cáncer, que reúne a 30.000 oncólogos de todo el mundo. Sin embargo, las perspectivas que afrontan los afectados por este conjunto de enfermedades son cada vez mejores. La lucha contra la que ya es principal causa de muerte en España desecha las estrategias comunes para centrarse en lograr mejoras espectaculares para grupos de enfermos muy pequeños. Y, según lo que se ha podido escuchar en el congreso que concluye hoy en Chicago, la nueva técnica está dando sus frutos.
"Existen alrededor de 800 compuestos en investigación contra el cáncer", explicó el jefe de Oncología del MD Anderson Cancer Center de Madrid, Antonio González. La cifra demuestra el nivel investigador que existe en esta especialidad, que ha permitido que cánceres incurables hace 20 años hoy desaparezcan del organismo para siempre.
En este éxito han jugado un papel fundamental los fármacos antidiana, dirigidos a combatir una proteína específica que se sabe que está asociada al cáncer. Una de las estrellas de esta reunión ha sido precisamente uno de esos medicamentos, un inhibidor de la proteína ALK que ha logrado que respondan los pacientes de cáncer de pulmón que presentan la alteración genética a la que va dirigido, alrededor de un 5% del total. Lo más importante del estudio que, debido a su trascendencia, se presentó en la sesión plenaria del congreso del domingo, la más importante de la reunión es el poco tiempo transcurrido desde que se identificó el oncogén (gen cancerígeno) hasta que se desarrolló un medicamento para inhibirlo. Si en 2007 un equipo de investigadores japoneses publicaba en Nature la asociación entre el gen EML4-ALK y un tipo de cáncer de pulmón, menos de tres años después, una compañía farmacéutica ha logrado traducir ese hallazgo en un fármaco eficaz, el crizotinib. Sin duda, un triunfo de la medicina translacional, que traslada a la clínica los hallazgos de la investigación básica.

Fármacos antidiana

El jefe del servicio de Oncología Médica del Hospital Clínic de Barcelona, Pere Gascón, explica la revolución que ha supuesto para la oncología la irrupción de los fármacos antidiana como este último: "Hace 25 años, sabíamos cómo se comportaba el cáncer, pero no sabíamos mucho sobre la bioquímica de la enfermedad. Ahora, hemos conseguido identificar las proteínas oncogénicas y, lo más importante, desarrollar fármacos para bloquearlas". Este especialista destaca la dificultad de la investigación en este campo, ya que, aunque los genes se asocian al cáncer, "no siempre se sabe si son la causa". "Los laboratorios tienen que apostar, porque a veces el fármaco puede ir a la basura", dice.
Además de la medicina personalizada, otro de los grandes retos de la oncología actual es mejorar la supervivencia en aquellos tipos de cáncer que todavía se resisten a la curación y matan a un porcentaje elevado de los pacientes. Uno de los que más se resisten es el melanoma, que si bien detectado en fases precoces es perfectamente curable, presenta una elevadísima mortalidad una vez que la enfermedad se ha extendido.
Un estudio en fase III (la más avanzada en investigación clínica) demostró el domingo en la ASCO por primera vez que un medicamento llamado ipilimumab puede mejorar la supervivencia en este grupo de pacientes. El trabajo, también discutido en la plenaria, se publicó simultáneamente en la revista New England Journal of Medicine. Este fármaco se mostró más eficaz que una vacuna dirigida a la proteína GP100, que en la reunión de la ASCO del año anterior demostró capacidad para reducir el melanoma. En este sentido, la oncóloga y directiva de la ASCO del Abramson Cancer Center (EEUU) Lynn Schuchter reconoció a este diario que los nuevos resultados de las vacunas terapéuticas contra el cáncer "no han sido muy positivos" y que "habrá que esperar" a nuevas investigaciones.

Buenos resultados contra el tumor de ovario

El cáncer de ovario es el tumor genitourinario más mortal en las mujeres, a pesar de ser una enfermedad rara (afecta a una de cada 2.500 mujeres). Ayer, se presentaron en Chicago los resultados de un estudio en fase II con el fármaco AMG386, que es el primero de una nueva familia de fármacos, los llamados ‘pectibodys', que actúan contra la angiotensina 1 y 2 (proteínas vasoconstrictoras que aumentan la presión sanguínea). Es un medicamento biológico que actúa impidiendo al tumor obtener la sangre que necesita para seguir creciendo. Este no fue el único resultado positivo para el cáncer de ovario. En la sesión plenaria del domingo, se presentaron los resultados de otro fármaco biológico, el bevacizumab, que logró mejoras en los pacientes. El mal pronóstico de este tumor se debe a que el 70% de los casos se detecta cuando ya está avanzado. 

2010/04/20

Más incentivos y menos fármacos para niños hiperactivos

Fuente: BBC Mundo.

Los cerebros de los niños que padecen del trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) responden a retribuciones o incentivos instantáneos de forma similar que a los fármacos, afirman científicos.
Un equipo de investigadores de la Universidad de Nottingham, en el Reino Unido, midió la actividad cerebral de los pequeños a través de un electroencefalograma al tiempo que estos jugaban con computadoras.
Los científicos diseñaron un juego que buscó examinar la habilidad para resistir conductas impulsivas a través del sistema de recompensas y castigos. Los niños con TDAH fueron evaluados con medicación y sin ella.
El objetivo de la prueba era analizar cómo los incentivos de conducta repercutían en el cerebro en comparación a las drogas comúnmente utilizadas para inhibir el trastorno. Los resultados fueron semejantes.
El hallazgo, que apareció en la publicación científica Biological Psychiatry, podría dar paso al uso de dosis más bajas de medicamentos como Ritalin en casos severos.
Sin embargo, los expertos advierten que maestros y padres a menudo podrían enfrentar dificultades para dar retribuciones instantáneas.

Incentivos instantáneos

Las estimaciones varían, pero se calcula que hasta un 5% de los niños en el Reino Unido sufren de alguna forma de TDAH.
Esta condición puede provocar diversos problemas de conducta, entre ellos acciones impulsivas, movimientos nerviosos y poca atención retentiva, lo que a su vez puede afectar el progreso académico y social del niño.
En casos severos, fármacos como Ritalin -que actúan en partes del cerebro asociadas con la atención y la conducta- pueden ser administrados.
Además, con frecuencia a los padres se les aconseja tratar de influir directamente en las acciones del niño por medio de retribuciones a cambio de conductas positivas y asegurarse de que habrá consecuencias negativas si el niño actúa de forma inadecuada.
La investigación sugiere que, a diferencia de los niños que no padecen de TDAH, esos incentivos y elementos disuasorios sólo funcionan correctamente si se dan en el momento y no más tarde durante el día o durante la semana.
El equipo de Nottingham quería evaluar los efectos de esta "terapia de la conducta" en el cerebro del niño.
Para ello, diseñó un juego de computadora en el cual los pequeños tenían que "atrapar" extraterrestres de un determinado color y evitar a extraterrestres de un color diferente.
El juego intentó examinar la habilidad de los niños para resistir el impulso de atrapar el tipo incorrecto de extraterrestre.
Para comprobar si los incentivos provocaron alguna diferencia, en una variante del juego la retribución por atrapar al extraterrestre correcto fue quintuplicada, así como también lo fue la penalidad por atrapar al extraterrestre incorrecto.

Dosis baja

Un electroencenfalograma fue utilizado para observar la actividad en diferentes partes del cerebro.
Los científicos encontraron que los incentivos ayudaron a los niños a obtener mejores resultados en el juego, aunque no en igual medida que con la dosis normal de Ritalin.
Sin embargo, el electroencenfalograma reveló que ambos "normalizaron" la actividad cerebral en las mismas regiones.
El profesor Chris Hollis, quien encabezó la investigación, explicó que la combinación de medicamentos e incentivos produjo los mejores resultados e indicaría que los pequeños con TDAH podrían tomar dosis más bajas de fármacos y al mismo tiempo mantener el control de su conducta.
"Aunque los medicamentos y la terapia de la conducta parecen ser dos enfoques muy diferentes para el tratamiento de TDAH, nuestro estudio sugiere que ambos podrían tener mucho en común en términos de su efecto en el cerebro", añadió.
"Ambos ayudan a normalizar similares componentes de la función cerebral y mejorar la conducta".
Sin embargo, Hollis admitió que no siempre resulta práctico utilizar la terapia de la conducta.
"Sabemos que los niños con TDAH responden menos a los incentivos que no son instantáneos y que esto podría significar que, en el 'mundo real' del aula o del hogar, los efectos neuronales de los enfoques de la conducta que utilizan refuerzos y recompensas podrían ser menos eficaces".
Andrea Bilbow, del National Attention Deficit Disorder Information and Support Service del Reino Unido (Addiss, por sus siglas en inglés), indicó: "Esto implica estar frente al niño 24 horas los siete días de la semana y eso es imposible. Los maestros y las escuelas tendrán que cambiar totalmente la forma en que tratan estos casos".

2010/02/22

Luz, siesta y fármacos contra el 'jet lag'

Fuente: Publico.

Un médico dispuesto a viajar de Los Ángeles a Londres para asistir a un congreso científico recordó con horror la última ocasión que realizó este recorrido. El sueño durante el día le impedía atender a las ponencias y, por la noche y para su desesperación, era incapaz de dormir. Sufría jet lag, un trastorno del sueño muy frecuente entre los viajeros de larga distancia. Por eso, esta vez, decidió preguntar a un experto antes de abrocharse el cinturón de seguridad.

El resultado de las dudas de este facultativo anónimo se expone en una reciente edición de The New England Journal of Medicine (NEJM). Y la conclusión es positiva: existen estrategias relativamente sencillas para minimizar los efectos del cambio horario. Modificar los patrones de sueño, regular la exposición a la luz natural, ingerir la versión sintética de una sustancia natural (la melatonina) y, en algunos casos, consumir medicamentos hipnóticos pueden cambiar radicalmente el resultado de un viaje transoceánico.

En la Unidad de Trastornos del Sueño del Instituto Dexeus de Barcelona, no es extraño que viajeros frecuentes consulten sobre cómo evitar el trastorno, como explica el psicólogo del centro Francesç Segarra, que analiza las soluciones propuestas en el NEJM por el psiquiatra de la Universidad de Salud y Ciencia de Oregón (EEUU) Robert Sack.

Sincronización

La clave para no sufrir jet lag es ajustar el ritmo circadiano de cada individuo en su localidad de origen con el horario de la ciudad de destino. Cuando un pasajero viaja hacia el oeste, el cerebro necesita un día por cada hora de desfase para ajustarse al nuevo horario. Si el desplazamiento es hacia el este, necesitará un día y medio por cada 60 minutos de desfase. Así, si una persona viaja de Madrid a Nueva York durante siete horas, se adaptaría en una semana al horario de su destino, pero si vuela a Hong Kong, a las mismas horas pero en dirección opuesta, tardaría nueve días en ajustar sus patrones de descanso.

"Se trata de lograr sincronizarnos con el horario de destino de forma más rápida", apunta Segarra que, como primer consejo, habla del ajuste paulatino de horarios días antes de viajar. Así, ir adelantando los horarios de comida y sueño para que estén más cerca del horario de destino sería la medida más recomendable. Como en la práctica esta estrategia es difícil, Segarra propone hacerlo desde el momento en que se inicia el viaje. "Un consejo básico es cambiar el reloj a la hora del destino nada más montarse en el avión".

Los fármacos son de gran ayuda y la revisión del NEJM recomienda ingerirlos en el avión y durante dos o tres días tras la llegada. Para los alérgicos a la farmacología, existe la opción más natural, la melatonina, una versión sintética de la hormona que produce el cuerpo en la glándula pineal cuya función es, precisamente, organizar el ritmo circadiano de sueño y vigilia. La hormona, que pronto se comercializará en España, se fabrica en ausencia de luz y ahí entra la función de la tercera estrategia expuesta en el estudio: la exposición selectiva a la luz solar, para inhibir la formación de la hormona durante el día y favorecer la adaptación al nuevo horario.

Dosis y horarios para un viaje sin alteraciones

Hipnóticos
Se recomienda consumir hipnóticos para ajustarse al horario, tanto en el avión como en los primeros días en el destino. Aunque el ‘NEJM’ pone de ejemplo el zolpidem, Francesç Segarra comenta que este puede no sentar bien si las circunstancias del vuelo no permiten conciliar el sueño; por ejemplo, si hay muchas turbulencias.

Melatonina
La UE autorizó en 2007 el fármaco ‘Circadín’ (con 2 mg de melatonina por comprimido), pero aún no se comercializa en España. Según Segarra, se hará pronto. El autor de la revisión del ‘NEJM’ recomienda consumir 0,5 mg durante la segunda mitad de la noche si se viaja al oeste y entre 0,5 mg y 3 mg a la hora de dormir del lugar de destino si se viaja hacia el este.

Exposición a la luz
Si se viaja hacia el oeste, en los dos primeros días tras la llegada se debe evitar la luz brillante en las tres horas anteriores al crepúsculo. A partir del tercer día, habrá que intentar exponerse a la luz justo por la tarde. Si el desplazamiento es al este, los dos primeros días se debe evitar la luz en las siguientes dos o tres horas al amanecer y buscarla a esa misma hora a partir del tercer día.

"Necesitamos antidepresivos que funcionen toda la vida"

Fuente: Publico.

El manual Psicofarmacología esencial, guía del prescriptor es uno de los libros más consultados por los especialistas de todo el mundo a la hora de decidir qué fármaco recetar a un enfermo psiquiátrico. Su autor, el estadounidense de 59 años Stephen M. Stahl, participó recientemente en Madrid en el XV Symposium Internacional de Avances en Psiquiatría. El director del Instituto de Educación en Neurociencia de la Universidad de California en San Diego cree que queda mucho por mejorar en la eficacia del tratamiento de la mayoría de dolencias psiquiátricas, así como en la comprensión del funcionamiento de la mayoría de los fármacos.

Varios estudios han criticado que se utilicen antidepresivos para el tratamiento de depresiones leves. ¿Cuál es su posición al respecto?

En este asunto hay una gran controversia. Las depresiones menores pueden responder espontáneamente o sólo con psicoterapia, sin medicamentos. Lo hacen muy bien, por ejemplo, las causadas por situaciones de duelo o por conflictos emocionales. Yo considero que un antidepresivo hay que ganárselo, demostrando que no se mejora con el tiempo, con psicoterapia o con el mismo sentido común, y también que hay una tendencia a empeorar.

¿Cree entonces que se recetan demasiados antidepresivos?

La respuesta es complicada. Por una parte, está claro que sí. ¿Sabe que, sólo en EEUU, se recetan seis antidepresivos por segundo todos los días del año? Lo que es obvio es que no se pueden medicalizar las vivencias normales en el siglo XXI y que la prescripción de antidepresivos para cambios emocionales es sobreprescripción. Pero también hay infraprescripción. Se da en las personas que creen que la depresión es un mito o que es debilidad, o una conspiración de las farmacéuticas o la cienciología, que no cree en la psiquiatría. Todas estas personas pueden estar necesitando fármacos y no acceden a ellos. En ese caso, se recetan menos de los que se debería.

Uno de sus campos de especialización es el de los depresivos que no responden al tratamiento. ¿Cuándo se debe de tirar la toalla con estos enfermos?

Hay que aclarar que, cuando hablamos de resistencia al tratamiento, muchas veces estamos hablando en realidad de intolerancia. Un individuo realmente resistente debe haber seguido la terapia farmacológica de forma adecuada durante, al menos, ocho semanas, y que no haya funcionado. Pero mucha gente prueba y experimenta una ligera disfunción sexual, o una ganancia de peso, o insomnio, y deja de tomar la medicación. Respecto a las opciones, hay combinaciones casi infinitas de distintos fármacos que se pueden probar, siempre que el paciente sea disciplinado.

Puesto que uno de los problemas es que muchos enfermos no siguen correctamente los tratamientos, ¿por qué no se desarrollan fórmulas de consumo semanal, como las inyecciones que se aplican los esquizofrénicos?

En primer lugar, porque mucha gente cree que los pinchazos son inaceptables. Respecto a los fármacos de uso semanal, hay un problema comercial. Se ha demostrado, por ejemplos en tratamientos para la osteoporosis, que la gente no está dispuesta a pagar lo mismo por cuatro pastillas que por 30 comprimidos, aunque eso suponga reducir su tratamiento a cuatro tomas mensuales. Los laboratorios lo saben y no tienen motivación para mejorar la comodidad del paciente si no van a sacar beneficio de ello.

¿Cuál cree que ha sido el último hallazgo destacable en psicofarmacología?

Lo más destacado en los últimos años es el avance en el tratamiento de la fase depresiva del trastorno bipolar. Antes pensábamos que las depresiones siempre eran unipolares y que en los pacientes con trastorno bipolar predominaban los episodios de manía. Ahora sabemos que la mitad de los depresivos son bipolares y que, si tienes esta enfermedad, pueden predominar las depresiones. Hemos desarrollados tratamientos nuevos muy eficaces para estas.

¿Cuál es el más necesario de los que aún no se han logrado?

No hay duda de que necesitamos más eficacia en los tratamientos de todas las enfermedades mentales. En la depresión, sólo un tercio de los pacientes consigue remisión en el primer tratamiento, aunque la mitad mejora. Pero incluso entre estos puede haber recaídas. Necesitamos antidepresivos que funcionen toda la vida. Más dramático es el caso de la esquizofrenia, donde los fármacos reducen los síntomas sólo en un 20%. Cierto que es el porcentaje que permite que abandonen el hospital, pero siguen sin poder volver a trabajar o tener pareja.

Usted es autor de varios manuales de prescripción de psicofármacos. ¿Cómo hace para evitar el conflicto de interés con los laboratorios?

Yo creo que la clave está en ser trasparente, no esconderlos. Hay mucha gente que cree que no se debe de hablar con la industria farmacéutica, pero es un error porque ¿cómo se puede aprender entonces de los nuevos medicamentos? Si uno odia a los laboratorios y cree que es una industria diabólica y que todo debe de ser hecho desde la Fundación Bill Gates, bien, pero la realidad es que, en ese caso, no habría fármacos. Y sí, los laboratorios tienen conflictos, tienen a profesionales comprados y cometen excesos, no hay duda, pero hay que convivir con ellos y, eso sí, aceptar las críticas. Todos tenemos compradores, el problema es cuando se esconde y cuando influye en el trabajo.

2010/01/13

La tristeza no se cura con una píldora

Fuente: Publico.
Es el quinto grupo de fármacos más consumido en España (según los últimos datos disponibles, de 2007), pero, según un estudio publicado recientemente en la revista JAMA, millones de pacientes podrían estar tomándolos inútilmente. Son los antidepresivos, esas píldoras en las que los españoles gastaron más de 600 millones de euros ese mismo año. El trabajo, que analiza datos de seis ensayos clínicos en los que se compara su eficacia con la acción de un placebo, concluye que los fármacos sí ayudan a las personas con depresión, pero sólo a quienes la padecen en una forma grave.
Pero ¿qué es una depresión grave? Para definirla, los autores se basan en la escala de Hamilton, un test de 17 preguntas que cuantifica el problema del paciente. La puntuación máxima sería 51 y, según el estudio de JAMA, la necesaria para responder a los antidepresivos sería, al menos, de 25, aumentando la eficacia de los fármacos cuanto más alto se está en la escala.
Según explican los autores, el beneficio para los pacientes con depresión muy grave es "sustancial", pero, en aquellos que puntúan menos en la escala de Hamilton, no hay diferencia entre prescribir un fármaco o un placebo.
Si el resultado que desvelan los investigadores dirigidos por el psicólogo de la Universidad de Pensilvania (EEUU) Jay Fournier es real, es evidente que en España (y, probablemente, en la mayoría de los países desarrollados), se prescriben más antidepresivos de los necesarios, como lo demuestran las cifras.
En 2007, último año del que el Ministerio de Sanidad y Política Social ha facilitado datos, se consumieron en España más de 15 millones de envases de inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina (ISRS), un tipo de antidepresivos. Pero a esa cifra hay que sumarle las más de siete millones de cajas pertenecientes al grupo de "otros antidepresivos". En total, son casi 23 millones de envases de este tipo de fármacos.
Según el psiquiatra del Hospital Clínic de Barcelona Víctor Navarro, es cierto que en España se recetan antidepresivos a personas que no padecen depresión, pero esto no quiere decir que los fármacos sean inútiles. "Hay que distinguir entre tristeza y depresión; los antidepresivos curan la depresión y no la tristeza, pero sí hacen que la persona triste lleve mejor su estado de ánimo, por lo que le ayudan", señala este especialista.
Para Navarro, no existen depresiones leves, y lo que los autores del estudio califican como tal son casos de tristeza. En su opinión, gran parte de los pacientes que acceden a participar en un ensayo clínico para evaluar un nuevo fármaco, como los analizados por Fournier y sus colaboradores en este estudio, son personas tristes y no deprimidas. Diferenciar entre depresión y tristeza no es fácil, ya que no existe ninguna prueba de diagnóstico objetivo que lo haga. "Esto no es como un tumor cerebral, que haces una resonancia y lo ves; una persona triste puede perfectamente dar una puntuación muy alta en la escala de Hamilton", resume Navarro.

Reactividad del humor

Lo que define al depresivo es, según este experto, "la incapacidad para reaccionar frente al medio". El psiquiatra lo explica con un ejemplo: "A una persona triste a quien le gusten mucho los gatos, le sentará bien disfrutar de su compañía. No le curará la tristeza, pero le hará sentirse mejor, al menos momentáneamente. Sin embargo, un deprimido en las mismas circunstancias no será capaz de dedicarle ni cinco minutos al gato; es lo que se llama reactividad del humor".
Entre la persona triste y el depresivo existe un término medio que es el "trastorno adaptativo", y Navarro reconoce que, tanto a estas personas como a las que sienten tristeza se les recetan antidepresivos habitualmente, lo que explicaría la elevada cifra de venta de fármacos de este tipo. "Es una ayuda para que el cerebro rumie menos. Por ejemplo, si alguien que está mal porque se ha quedado en el paro toma antidepresivos, seguirá estando preocupado por su situación, pero la medicación le permitirá distraerse con otras cosas", añade Navarro.

Este especialista considera que a una persona no deprimida "la psicoterapia le hará lo mismo o más que la pastilla". ¿Por qué, entonces, se recurre a los fármacos? Para Navarro, la respuesta es lógica: los psicólogos son caros y hay menos cantidad en la Seguridad Social que psiquiatras.
El estudio de JAMA, además de sugerir que puede haber un exceso de prescripción de fármacos antidepresivos, pone de manifiesto otro punto importante: la fiabilidad de los ensayos clínicos que se realizan para evaluar la eficacia de este tipo de medicamentos. Los propios autores apuntan a que "los médicos pueden inflar sin querer la puntuación en la escala de Hamilton de los participantes que están justo por debajo del mínimo requerido".
Navarro comenta que existen ciertas restricciones que evitan a un paciente entrar a formar parte de un ensayo clínico. A su juicio, una de las más importantes es la intención suicida, ya que alguien que su médico considere que tiene riesgo de intentar acabar con su vida no está autorizado a participar en los ensayos, según la mayoría de los protocolos. Otro factor que incapacita a un paciente para entrar a formar parte del estudio es estar tomando benzodiacepinas, un tipo de fármacos para la ansiedad. "Te piden que el paciente no los tome mientras dure el estudio, pero muchos de los depresivos sufren también ansiedad grave y es importante darles algo para este estado mientras hacen efecto los antidepresivos, lo que tarda como mínimo cuatro semanas", resume Navarro.

Así, muchos de los participantes en estos ensayos no alcanzarían los criterios de depresión clínica. Otro factor que influye es la propia dificultad del médico para encontrar pacientes verdaderamente depresivos que quieran participar en un estudio. "Si tú le preguntas a un auténtico depresivo o a su familia si quiere meterse en un ensayo para ver si funciona un nuevo fármaco, te dirá que prefiere que le des uno cuya eficacia ya se haya demostrado, y no arriesgarse a recibir un placebo". Pero hay un grupo de depresivos que sí suelen acceder a participar: aquellos que ya han probado varios tratamientos sin éxito o, en otras palabras, los más difíciles de curar.
Todas estas circunstancias demostrarían que los participantes en los ensayos clínicos no padecen, en muchos casos depresión, lo que explicaría la elevada eficacia (cercana al 30%) que se obtiene con placebo. Navarro considera que estudios como el publicado en JAMA no deben utilizarse en contra de estos fármacos, cuya eficacia en depresión "es cercana al 95%".

Lo que esconde el placebo

ALBERTO FERNÁNDEZ LIRIA, Jefe de psiquiatría del Hospital Príncipe de Asturias
Nos sorprende que los antidepresivos no sean mucho más eficaces que el placebo en el tratamiento de las depresiones moderadas o leves. Pero no nos preguntamos qué encierra lo que llamamos placebo y aceptamos sin sorpresa que el porcentaje de depresivos que responda al mismo sea altísimo. Los participantes en los estudios que revisan Fournier y sus colaboradores no adquirieron ni los antidepresivos ni el placebo en máquinas expendedoras. Cuando un depresivo acude a la consulta de un médico contando que es un miserable, que se ha vuelto un estorbo para sus seres queridos, que es incapaz incluso de disfrutar de lo que le ofrecen y agradecerles el esfuerzo que le dedican, que no merece vivir, y acaba aceptando una pastilla (que resultará ser antidepresivo o placebo) es porque de resultas de su conversación con el médico se ha convencido de que lo que padece es una enfermedad que puede ser tratada con esa pastilla. Y sentirá alivio aun antes de tomarse nada, porque no es lo mismo ser un miserable que padecer una enfermedad. Se trata de un alivio que deriva de una relación, en la que tiene lugar una conversación que produce un cambio en el modo de ver el mundo y verse a sí mismo en el paciente. Pero hoy, cuando hablamos de medicina, no pensamos en cosas como relaciones humanas, conversaciones, significados, sufrimientos. Y, sin embargo, si nos preguntáramos por cuál es la composición de lo que envuelve lo que llamamos placebo –y no me refiero a la sacarosa que encierra la cápsula– aprenderíamos mucho. No sólo sobre el tratamiento de la depresión.