Los cerebros de los niños que padecen del trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) responden a retribuciones o incentivos instantáneos de forma similar que a los fármacos, afirman científicos.
Un equipo de investigadores de la Universidad de Nottingham, en el Reino Unido, midió la actividad cerebral de los pequeños a través de un electroencefalograma al tiempo que estos jugaban con computadoras.Los científicos diseñaron un juego que buscó examinar la habilidad para resistir conductas impulsivas a través del sistema de recompensas y castigos. Los niños con TDAH fueron evaluados con medicación y sin ella.
El objetivo de la prueba era analizar cómo los incentivos de conducta repercutían en el cerebro en comparación a las drogas comúnmente utilizadas para inhibir el trastorno. Los resultados fueron semejantes.
El hallazgo, que apareció en la publicación científica Biological Psychiatry, podría dar paso al uso de dosis más bajas de medicamentos como Ritalin en casos severos.
Sin embargo, los expertos advierten que maestros y padres a menudo podrían enfrentar dificultades para dar retribuciones instantáneas.
Incentivos instantáneos
Las estimaciones varían, pero se calcula que hasta un 5% de los niños en el Reino Unido sufren de alguna forma de TDAH.Esta condición puede provocar diversos problemas de conducta, entre ellos acciones impulsivas, movimientos nerviosos y poca atención retentiva, lo que a su vez puede afectar el progreso académico y social del niño.
En casos severos, fármacos como Ritalin -que actúan en partes del cerebro asociadas con la atención y la conducta- pueden ser administrados.
Además, con frecuencia a los padres se les aconseja tratar de influir directamente en las acciones del niño por medio de retribuciones a cambio de conductas positivas y asegurarse de que habrá consecuencias negativas si el niño actúa de forma inadecuada.
La investigación sugiere que, a diferencia de los niños que no padecen de TDAH, esos incentivos y elementos disuasorios sólo funcionan correctamente si se dan en el momento y no más tarde durante el día o durante la semana.
El equipo de Nottingham quería evaluar los efectos de esta "terapia de la conducta" en el cerebro del niño.
Para ello, diseñó un juego de computadora en el cual los pequeños tenían que "atrapar" extraterrestres de un determinado color y evitar a extraterrestres de un color diferente.
El juego intentó examinar la habilidad de los niños para resistir el impulso de atrapar el tipo incorrecto de extraterrestre.
Para comprobar si los incentivos provocaron alguna diferencia, en una variante del juego la retribución por atrapar al extraterrestre correcto fue quintuplicada, así como también lo fue la penalidad por atrapar al extraterrestre incorrecto.
Dosis baja
Un electroencenfalograma fue utilizado para observar la actividad en diferentes partes del cerebro.Los científicos encontraron que los incentivos ayudaron a los niños a obtener mejores resultados en el juego, aunque no en igual medida que con la dosis normal de Ritalin.
Sin embargo, el electroencenfalograma reveló que ambos "normalizaron" la actividad cerebral en las mismas regiones.
El profesor Chris Hollis, quien encabezó la investigación, explicó que la combinación de medicamentos e incentivos produjo los mejores resultados e indicaría que los pequeños con TDAH podrían tomar dosis más bajas de fármacos y al mismo tiempo mantener el control de su conducta.
"Aunque los medicamentos y la terapia de la conducta parecen ser dos enfoques muy diferentes para el tratamiento de TDAH, nuestro estudio sugiere que ambos podrían tener mucho en común en términos de su efecto en el cerebro", añadió.
"Ambos ayudan a normalizar similares componentes de la función cerebral y mejorar la conducta".
Sin embargo, Hollis admitió que no siempre resulta práctico utilizar la terapia de la conducta.
"Sabemos que los niños con TDAH responden menos a los incentivos que no son instantáneos y que esto podría significar que, en el 'mundo real' del aula o del hogar, los efectos neuronales de los enfoques de la conducta que utilizan refuerzos y recompensas podrían ser menos eficaces".
Andrea Bilbow, del National Attention Deficit Disorder Information and Support Service del Reino Unido (Addiss, por sus siglas en inglés), indicó: "Esto implica estar frente al niño 24 horas los siete días de la semana y eso es imposible. Los maestros y las escuelas tendrán que cambiar totalmente la forma en que tratan estos casos".
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