Nadie puede explicar como Argleton un pueblo situado en el condado de Lancashire y que solo existe en Google Maps, cuente con ofertas de trabajo, gente que pregunta dónde pueden encontrar un buen quiropráctico o aficionados al deporte que buscan compañeros para hacer jogging o buscan rutas de senderismo.
A Roy Bayfield, jefe de marketing corporativo de la universidad Edge Hill, situada a unas millas de Argleton, le resultó tan increíble la historia que fue por su propio pie al punto que Google señalaba en el mapa como la ubicación del pueblo y se encontró con que allí no había nada, tan solo el verde de la campiña inglesa. "Esperaba encontrar un universo alternativo, como Narnia, estaba realmente fascinado con la idea de encontrar una ciudad inexistente creada por Internet, incluso había pensado en tener una semi-existencia paralela en Argleton", afirmó Bayfield al tabloide británico Daily Telegraph.
La línea entre realidad física y online es tan difusa que las empresas, que utilizan la información de Google Maps para sus negocios, la detectan automáticamente como si fuera una ciudad real y adjudican las actividades comerciales cercanas a Argleton a la ciudad fantasma. Google y la compañía que suministra los datos de los mapas, la alemana Tele Atlas, son incapaces de explicar cómo ha ocurrido.
Desde Tele Atlas admitieron que "los errores como estos no son comunes y realmente no podemos explicar porque estas anomalías se cuelan en nuestra base de datos". En Google tampoco dieron más datos sobre el fenómeno. "Aunque la mayoría de la información que proporcionamos es correcta hay errores ocasionales. Estamos trabajando sin parar en mejorar la calidad y la precisión de la información ofrecida en Google Maps y apreciamos que los usuarios se molesten en reportarnos estos errores", declaró un portavoz de Google.
La principal teoría al respecto es que Argleton fue añadida deliberadamente al mapa para rastrear con mayor eficiencia a compañías que copian los datos de los mapas violando los términos de copyright. "Puede ser un error deliberado para que la gente no copie los mapas.
A veces se colocan calles ficticias en los mapas para que no sean robados, pero nunca lo había visto en Google Maps", concluyó Joe Moran, académico de la Universidad John Moores.
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