La policía brasileña descubrió el jueves 12 de noviembre un matadero clandestino de perros y gatos en la ciudad de Suzano (región metropolitana de Sao Paulo). En este local, que funcionaba detrás de un taller mecánico, había 70 kg de carne canina congelada y dos gatos muertos. Seis personas fueron detenidas.
Según la policía, un matrimonio mataba a los animales y vendía la carne para restaurantes coreanos en la ciudad de Sao Paulo. La carne de cada animal era vendida por cerca de 200 reales (unos 80 euros).
El consumo de este tipo de carne es común en países como China y Corea del Sur, pero su comercialización está prohibida en Brasil por cuestiones culturales, según el Ministerio de Agricultura.
Con huesos y trozos de carne como cebo, el matrimonio atraía a perros y gatos callejeros a su casa, donde los engordaban hasta que estuvieran con el peso ideal para el sacrificio. La policía confiscó machetes en el matadero. La cabeza y las patas eran incineradas.
En el matadero había cuatro perros vivos -tres poodles y un rotweiller-, pero el matrimonio mostró el certificado de vacunación para probar que eran las mascotas de familia y no serían sacrificados.
Los demás detenidos fueron cuatro coreanos que compraban la carne para sus restaurantes de comida típica. El periódico Folha de S. Paulo mostró en su edición del viernes el menú de uno de esos restaurantes, en el barrio de Bom Retiro (zona céntrica), en el que se ve la foto de un perro.
Según la policía, el matadero clandestino funcionaba desde 2006. Las seis personas detenidas serán denunciadas a la Justicia por crueldad contra animales, formación de bando y crimen contra el medio ambiente.
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