Google anunció la adquisición de la startup israelí Waze el pasado 11 de junio. En un principio se especuló con que la empresa de la gran G se había gastado entre 1.100 millones de dólares y 1.300 millones por la compañía de mapas, aunque un documento inscrito en la SEC (Securities and Exchange Commission) y relativo a los números del Q2 de Google revela que el trato se cerró por 966 millones.
Cuando se dio a conocer el acuerdo, la Comisión de Comercio Internacional de EE.UU (FTC) indicó rápidamente que revisaría la operación para averiguar si esta incurría en prácticas anticompetitivas. La agencia se puso en contacto con la empresa de Sergey Brinn y Larry Page diez días después de la comunicación del trato. El conflicto podía surgir por el mercado de la localización, donde tanto Waze y Google Maps son potentes actores.
Sin embargo, parece que Google podrá seguir con sus planes de compra sin ningún problema. Fuentes cercanas a la materia han informado a Bloomberg que la FTC no se ha mostrado preocupada porque la operación pueda dañar la competencia. La Comisión daría su visto bueno para poder cerrar la adquisición.
Una de las claves de este OK podría tener que ver con la decisión de Google de mantener el negocio, la marca y las ventas de Waze de forma separada e independiente mientras las autoridades estudian la operación. La compra todavía tiene que someterse al escrutinio de la Oficina de Comercio de Reino Unido (Office of Fair Trading Pursuant).
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