La venta de iPhones no para de crecer, sin embargo, esta tendencia no es suficiente para evitar que los beneficios de Apple hayan retrocedido en el cuarto trimestre de su año fiscal. En este tiempo, la compañía de la manzana ha vendido 33,8 millones de su teléfono (6,9 millones más que el año anterior), pese a lo cual, sus ganancias han caído un 8,5% en comparación con el mismo periodo del año anterior.
Pero los inversores dejaron ayer de lado los iPad, los iPhone, los Mac y demás artilugios de Apple y se fijaron en el apunte contable que les tuvo que explicar el director financiero de la empresa, Peter Oppenheimer: los ingresos diferidos. Es decir, el dinero que ha entrado en la compañía pero que ésta no considera como ganancias desde el punto de vista contable.
La razón, en este caso concreto, es que Apple está ofreciendo gratis cada vez más de sus servicios, en particular en lo que se refiere a actualizaciones de software (OS X y iWorks), por las que hasta ahora cobraba. Eso implica que el precio de esos productos debe, en teoría, ser recortado para computar esos servicios.
Fue hablar Oppenheimer de los ingresos diferidos en la habitual conferencia telefónica posterior a la presentación de resultados, y darse la vuelta las acciones del gigante de la electrónica de consumo. En pocos minutos, las acciones de Apple, que habían caído el 1% tras la presentación de los datos del último trimestre, subían casi un 2%.
Según explicó Oppenheimer, cada teléfono iPhone que vende Apple tiene ahora unos ingresos diferidos de entre 15 y 25 (de 10,85 a 18,11 euros). Eso, en unos dispositivos que se se venden a un precio medio de 557 dólares (403 euros) es una cantidad pequeña por unidad, hasta que se toma en consideración que Apple vendió 33,8 millones de iPhones en el último trimestre, más de un millón de lo esperado por el mercado. En el caso de los ordenadores Macinstosh, de los que se han vendido 4,6 millones, los 20 dólares de ingresos diferidos han aumentado ahora a 40. Los ingresos diferidos de cada teléfonos serán contabilizados en los dos años posteriores a la venta del dispositivo. En el caso de los ordenadores, ese plazo será de cuatro años.
El matiz de los beneficios diferidos es muy importante para los inversores en Apple, porque afecta al margen de beneficio. La empresa tuvo un margen bruto del 36,5% en el último trimestre, una cifra por la que casi cualquier directivo del mundo estaría dispuesto casi hasta a matar, pero que es modesta para Apple. Descontados los ingresos diferidos, sin embargo, la cifra se acerca al 39%, por encima de las expectativas del mercado.
Sin embargo, el presidente y consejero delegado de Apple, Tim Cook tiene que demostrar que Apple es capaz de mantener el ritmo de innovación que su predecesor Steve Jobs impuso en su última década de vida. Aunque Apple está lanzando una serie de actualizaciones de sus productos estrella -los iPhone, los Mac y las tabletas iPad- no ha creado ninguna línea de negocio nueva desde abril de 2010, cuando dio a conocer el iPad. En el caso concreto del esa tableta, las ventas están estancadas, con 16,1 millones de unidades vendidas en el último trimestre, apenas 100.000 más que hace un año. Las cifras de negocio de Apple muestran un estancamiento total y sus acciones están un 20% por debajo de sus máximos de hace solo 14 meses. De hecho, en el ejercicio de 2012, que cerró en septiembre, el beneficio de Apple cayó, por primera vez en 11 años, aunque eso ya se lo esperaba todo el mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario