Parece que a Bill Gates le ha dado por el fútbol. O por los jugosos negocios que genera el deporte rey, más exactamente. Microsoft está negociando una importante operación de patrocinio con el Real Madrid, por la cual pondría su nombre al estadio Santiago Bernabéu, según han confirmado fuentes financieras y otras próximas al club a El Confidencial.
La multinacional estadounidense está interesada en el impacto en términos publicitarios y de marketing que supondría unir su marca el campo donde juega uno de los equipos más famosos del mundo, con millones de seguidores en Europa, Asia y Latinoamérica.
Para el Real Madrid, el acuerdo con Microsoft sería una forma de recaudar un dinero extra. Dinero que vendría bien para reducir la deuda del club, que algunas fuentes cifran en 90 millones y otras en 541 millones de euros. La reforma del recinto madridista también sería un buen destino para el maná del patrocinio del estadio. Equipos como el Arsenal, el Bayern Munich o el Manchester City ya han firmado acuerdos para bautizar sus campos con nombres de empresas conocidas durante un periodo fijo. El primero recibió 150 millones de euros de Fly Emirates, mientras que la cantidad pagada por Etihad al City asciende a 170 millones. Estas cifras son una referencia para el club blanco a la hora de negociar.
La oferta de Microsoft se suma a la lista de aspirantes que han surgido desde que la semana pasada, el presidente del club Florentino Pérez anunció que el Real Madrid busca un patrocinador que ponga apellido a su estadio. Fly Emirates, cuyo logo aparece en la camiseta del Madrid, y Audi también han sonado para rebautizar el Bernabeu.
Aunque, a diferencia de los anteriores, Microsoft no patrocina actualmente al equipo, las relaciones entre Microsoft y el Real Madrid son muy estrechas. La compañía dona un millón de euros a la fundación del club blanco para que desarrolle programas educativos por todo el mundo. Además, es la encargada de las infraestructuras tecnológicas del estadio.
Por el momento, las conversaciones están en una fase preliminar. Pérez no tomará ninguna decisión en firme hasta mediados del próximo año. De cerrarse el acuerdo, este no tendría efecto hasta la inauguración de la reforma del estadio, prevista para el verano de 2016.
El principal obstáculo para que el acuerdo, con Microsoft o con cualquier otra firma, fructifique es el rechazo que pueda suscitar entre los aficionados madridistas. El nombre del estadio es algo sagrado para muchos de ellos y Florentino quiere analizar cuidadosamente el cambio. Algunos hinchas entienden que rebautizar el estadio sería manchar la historia del club.
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