Li Yinhe, una de las sexólogas más famosas de China, ha desvelado que no puede trabajar con normalidad por culpa de la censura china en Internet, que bloquea correos electrónicos con palabras como "sexo" o "hermano y hermana".
Li califica esta situación como la "neurosis de la censura en internet", en comentarios publicados en su bitácora personal y difundidos hoy en la red.
La sexóloga, una de las pioneras en defender los derechos de los homosexuales en su país, señaló que hace unos días descubrió que no podía enviar correos electrónicos pero sí recibirlos, por lo que se puso en contacto con su servidor de email.
"Al otro lado de la línea me respondió una educada voz masculina que me pidió el código de error y lo verificó. Me preguntó, '¿puede usted comprobar si sus correos tienen estas tres letras en inglés: S, E y X ("sexo")?. Me quede pasmada y sin palabras", recuerda Li.
Se trataba de un intercambio de correos para publicar en chino parte de la obra del famoso sexólogo alemán Erwin J. Haeberle, por lo que "por supuesto que los mails contenían la palabra 'sexo".
El empleado del servidor le contó que ése era el motivo del problema y que tan pronto como eliminara la palabra prohibida podría seguir utilizando su correo con normalidad.
"Dios mío, realmente no sé si llorar o reír. Nuestros censores de internet se han vuelto locos sin duda, pero no deberían estar volviéndonos locos a los demás", sostiene Li, de 59 años de edad, profesora de la Universidad de Pekín y socióloga de la Academia China de Ciencias Sociales, el "think-tank" del Gobierno.
En su blog, la sexóloga desvela por qué la censura china ha bloqueado también los términos "hermano y hermana": "La mayoría de gente no tiene idea, pero tienen miedo de que la gente hable de incesto entre hermanos y hermanas. Si aceptamos esa lógica, pronto estarán prohibidos los términos madre-hijo, padre-hija, abuelo-nieta... porque puede tratarse de incesto".
El caso referido por Li se produce en medio de una nueva campaña de represión en China, con la detención de al menos un centenar de activistas y abogados de derechos humanos por la amenaza de protestas sociales, y con una nueva denuncia de la multinacional Google contra Pekín por estar atacando sus correos de Gmail.
La Vanguardia
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