A partir del próximo 1 de abril, la entrada en vigencia en Estados Unidos de la ley Dodd-Franklin, impondrá requisitos a las empresas fabricantes de electrónicos que utilizan insumos minerales potencialmente vinculados a conflictos.
El impacto de la iniciativa podría extenderse a países en África y en otras regiones conflictivas del mundo.La norma obligará a cualquier fabricante sujeto a las reglas estadounidenses a informar acerca de cómo consigue los llamados "minerales de conflicto", como el coltán, que se obtienen de países como la República Democrática del Congo y son ampliamente utilizado en la fabricación de teléfonos móviles y computadoras portátiles.
Algunas de las utilidades obtenidas de la explotación de estos minerales raros se han utilizado para financiar los conflictos en la región, creando algunas de las peores crisis humanitarias de la historia.
Como señala el periodista de la BBC James Melik, la República Democrática del Congo es un país pobre, pero muchas personas se han hecho muy ricas con esos minerales.
Una cesta, que una persona puede llevar en la cabeza, puede contener minerales por valor de varios miles de dólares.
Tarea global
Según algunas mediciones, hasta el 80% de los minerales en el Congo pueden estar siendo sacados de contrabando.Las nuevas normas estadounidenses significan que las empresas de ese país tendrán que poner mucha atención al lugar de dónde vienen sus minerales, por lo que existe la posibilidad de que la RDC pierda parte de sus mercados.
La industria minera congolesa va a sufrir, porque las empresas de Estados Unidos no pueden decir con seguridad total que lo que están recibiendo es legítimo, asegura nuestro corresponsal.
De acuerdo con Rick Goss, del Consejo de las Industrias de Tecnologías de la Información (ITIC, por sus siglas en inglés), cuyos miembros incluyen a Apple, Dell, Hewlett Packard, Nokia y Sony, la industria de alta tecnología ha tomado la iniciativa en este asunto.
"Hemos sido pioneros en estos procesos concretos de cadenas de suministro. Hay otros sectores de la industria de los EE.UU. que no están tan bien preparados para lidiar con este requisito como el sector de alta tecnología", sostiene.
"Esto no es un tema que el sector privado puede resolver por sí solo", dice.
"Se va a requerir el esfuerzo y la atención de los gobiernos internacionales, y organizaciones como las Naciones Unidas, para traer una solución duradera", dice.
"Lo que tenemos es una crisis humanitaria y política en el Congo y que requerirá un esfuerzo internacional coordinado para hacer frente a esas preocupaciones", dice.
"Está claro que a partir de impuestos ilegales y las actividades corruptas, parte de las actividades mineras en la región, en efecto se desvían para ayudar a financiar algunas de las actividades de los rebeldes y eso es algo que nuestra industria se toma muy en serio", señala.
Paul Mabolia Yenga, asesor del Ministerio de Minas en la RDC, dice que el país también trabaja duro para resolver el problema.
"Hay material que se está traficando pero las cifras se están exagerando", alega.
En cualquier caso, los expertos indican que la nueva norma estadounidense no presenta una solución mágica al contrabando de estos minerales.
Los cargamentos siempre podrían ser enviados a terceros países para ser fundidos y escapar así a los controles de Washington.
"No hay una solución a prueba de balas", indica Goss.
BBC Mundo
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