David Muñoz, de 18 años, domina las pantallas sin problemas. Tumbado el sofá, con una mano agarra el mando a distancia para ver Física o Química y de reojo echa un vistazo a la pantalla del ordenador, donde se descarga un par de canciones y actualiza su perfil en Facebook. No es ningún experto informático; estudia un módulo de Administración y trabaja en una tienda de artículos de motociclismo en Barcelona. Sencillamente, ha crecido entre pantallas; es un aborigen digital. "Ahora, los padres ya no amenazan a sus hijos con castigarlos sin tele, sino con cerrarles el ordenador", ironiza Muñoz. Más que ser devota de una pantalla, su generación ya las simultanea todas. La del televisor, la del ordenador, la del móvil y la de la videoconsola. Pero la mayoría de adolescentes se inclina por una en especial: un 63% de los jóvenes entre 10 y 18 años prefieren Internet al televisor, según un informe del Foro de la Generación Interactiva en España, de la Fundación Telefónica.
En Internet lo tienen todo. Sus programas y series de televisión favoritos, las cadenas de radio, los periódicos, juegos, los últimos estrenos de cine en streaming y su grupo de amigos en las redes sociales. "Internet se está convirtiendo en el único gran contenedor capaz de difundir todos los medios y todos sus contenidos", reconoce Miquel Francés, profesor de Comunicación Audiovisual de la Universidad de Valencia y coordinador del ensayo Hacia un nuevo modelo televisivo (Gedisa). "Pero eso no quiere decir que la difusión clásica de los diferentes medios vaya a desaparecer, simplemente entramos en un proceso de convivencia de modelos de difusión o multidifusión mediática", añade. La multiplicación de la oferta les permite organizar su propia parrilla, sobre todo en el consumo de información y entretenimiento. "De ser un recolector, la Red te convierte en nómada, en cazador de contenidos", dice Hernán Casciari, autor del blog Espoiler y crítico de televisión.
La navegación en la Red incita a un tipo de consumo multitarea opuesto a la actitud acomodaticia del televisor. Algunos analistas sostienen que está emergiendo un nuevo modelo de telespectador. Junto al tradicional, acostumbrado a recibir los contenidos (denominado lean back por la posición reclinada en el sofá), nace el otro espectador multipantalla, habituado a buscar lo que quiere consumir (llamado lean forward, inclinado sobre el teclado).
Ya son muchos los que al llegar a casa ignoran la parrilla televisiva y buscan entre su archivo de películas y series descargadas de Internet. Así se programan su propia sesión en alta definición, sin interrupciones y sin anuncios. Luego conectan el terminal al televisor y disfrutan a toda pantalla. Como hace el propio Casciari. "Ya sólo pongo la antena para ver el fútbol", señala. La interactividad, prosigue, permite que el espectador no quede sometido a la dictadura de la programación. "Lo que tiene que ocurrir, ocurre, y es independiente del horario previsto", zanja.
Las nuevas generaciones de nativos digitales son plenamente lean forward, pero existe el riesgo de que algunos de sus abuelos (e incluso padres), que son inmigrantes digitales, queden confinados al modelo en el que todo les viene dado, según advierten varios expertos. "Los no digitales no tienen fácil recolectar contenidos por Internet y verlos a su gusto, a menos que sus hijos o nietos les ayuden", apunta Álvaro Ibáñez, coordinador del blog de tecnología Microsiervos.
Las cifras confirman este panorama. El 90,3% de los españoles entre 16 y 24 años han accedido a la Red en los últimos tres meses; muy por encima del 83% de media de la UE, según el estudio La Sociedad en Red 2008, del pasado septiembre, del Observatorio Nacional de las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información. Y sólo un 8,9% de los españoles entre 65 y 74 años entra en la Red, frente al 17% de la media europea.
Mientras, el viejo modelo de televisión se despide poco a poco. Con el apagón digital de abril de 2010 y la llegada de la TDT, se multiplicará la oferta multicanal (en abierto y de pago). Buena ocasión para desperezar a los acomodados en el sofá. "Los canales como Imagenio o Canal Satélite Digital pueden suponer para los mayores lo mismo que para los jóvenes el acceso de contenidos online", observa Fernando Garrido, director de marketing de la escuela de negocios EOI. Son varias las opciones para convertir el televisor en un medio activo: "Por ejemplo, con los modernos grabadores PVR (Personal Video Recorder), que son muy fáciles de usar; te permiten grabar en el disco duro para luego reproducir saltándose los anuncios y ver los programas en diferido a cualquier hora", añade Ibáñez. Son dispositivos como Iplus (de Digital +) o el estadounidense TiVo, que es el referente, según Casciari.
La interactividad, sin embargo, tiene matices y varía en función del consumo, según señala Jorge Gallardo, doctor en Comunicación Audiovisual y profesor en la Universidad San Jorge de Zaragoza. "Tanto los usuarios lean back como los lean forward adquieren un rol de pasividad cuando consumen vídeos", advierte. "Cuando el usuario busca contenidos audiovisuales en la Red nos sorprendería ver lo poco que interactúa. Sólo busca ver, y el simple hecho de buscar es el máximo hecho de interactividad", concluye. Eso sí, para permitir la interacción, la TDT ha de incluir canal de retorno, del que carecen muchos descodificadores, según matiza Gallardo.
También hay quien reivindica la pasividad. "¿Realmente queremos abandonar la interacción pasiva con nuestros televisores?", se pregunta Farhad Manjoo, especialista en tecnologías, en la revista Slate. "La pasividad es la gran baza de la televisión; nos encanta precisamente porque nos exige muy poco", escribe.
Así, con todo, la televisión sigue reinando sin rival. Cuenta con una penetración del 89%, según la última oleada del EGM, aunque su crecimiento se ha estabilizado. En cambio, Internet asciende disparada. En 10 años, su penetración se ha incrementado de un 2,9% a un 34,3%. Hay que tener en cuenta que entre los jóvenes es mucho mayor. El 88% de los adolescentes se declara usuario, según la citada encuesta de Fundación Telefónica.
Bien a través de la pantalla del portátil o la de plasma, el gran proveedor de contenidos audiovisuales sigue siendo la televisión. Por ejemplo, gran parte de los vídeos consumidos en YouTube proceden de ese medio. De hecho, en España son más de la mitad, según un estudio del profesor Gallardo, presentado en la Universidad de Málaga. Concluye que el 56% de los 15 vídeos más vistos en YouTube España entre junio de 2007 y febrero de 2008 proceden de la televisión. "Los contenidos televisivos están mejor elaborados y son más atractivos que los que pueda subir cualquier usuario", explica.
Se impone cada vez más una estrecha colaboración entre televisión e Internet. Las empresas ya se han lanzado hacia la convergencia. La Red se va reafirmando como el principal canal de la industria del ocio y el entretenimiento, un sector que este año moverá en España 21.680 millones de euros, según un informe de la consultora PriceWaterhouseCoopers. Además, la población navegante crece en España a razón de un millón de internautas al año. El objetivo es mejorar la unión de soportes. "Dotar de inteligencia interactiva a la televisión sigue siendo un trabajo pendiente; es momento de servirnos de la tecnología y hacer que se entiendan. TV e Internet es una tendencia imparable", escribe Juana Lara, directora de I+D+i de Radio Televisión Valenciana, en Hacia un nuevo modelo televisivo.
Esta convergencia tiene varias vías. Una es la de los televisores que incorporan acceso a Internet (mediante conexiones y software sencillo) y otra es la de los proveedores de contenidos que vuelcan su programación en la Red. Precisamente es la parte más pasiva de Internet (visionado de vídeos, por ejemplo) la que mejor puede encajar en el televisor, según algunos expertos. En cambio, otras aplicaciones que requieren usar el ratón, como redes sociales o compras, seguirían en el ordenador.
Los grandes fabricantes de electrónica, como Sony, LG, Samsung o Toshiba, preparan televisores con conexión a la Red (Ethernet o WiFi) que permitirían acceder a Facebook con el mando a distancia o ver vídeos de YouTube y películas en streaming (sin descargarlas) en una pantalla panorámica. Yahoo anunció a principios de año un programa de widgets (una especie de iconos) para permitir navegar desde el televisor. Por otro lado, las cadenas ya ofrecen la mayoría de su programación en la Red. Una de las primeras fue RTVE, que comenzó a ofrecer íntegros muchos contenidos. Le siguieron La Sexta, Antena 3 y Cuatro.
La BBC ha anunciado un proyecto de las principales cadenas británicas (BBC, ITV, BT y Channel 4, entre otros) para lanzar una plataforma común IPTV (protocolo de televisión por Internet) que permita el acceso a sus programas desde la Red. El director general de la corporación, Mark Thompson, lo ha presentado como "el santo grial" para la futura emisión del servicio público. Un decodificador con una conexión de banda ancha y enchufado al televisor ofrecerá la oferta de los canales en alta definición y con opciones de pausa, rebobinado y grabado. Además, incluirá servicios de vídeo a petición y acceso a webs como YouTube y Facebook. La fecha de salida es 2010.
"Hasta ahora, ver la televisión en Internet era un dolor de cabeza. Pero eso está cambiando, y rápido", señala Daniel Lyons en Newsweek. Y cita el ejemplo de Hulu, una especie de YouTube impulsada por NBC, ABC y Fox y financiada con anuncios (de momento, sólo funciona en EE UU). "Tiene montones de buenos programas. Ves lo que quieres cuando quieres. Puedes ver videoclips, buscar archivos e incluso enchufar el ordenador a una gran pantalla de televisión", asegura Lyons. Tras dos años, ya ofrece 1.000 millones de streamings de vídeo. Se trata de un modelo que amenaza a los proveedores de cable.
YouTube está negociando con cadenas de televisión de todo el mundo para ofrecer películas y programas enteros, según The Independent. "La estrategia de las grandes cadenas por incrementar su poder en la Red es descarada", dice Gallardo. "RTVE, La Sexta, Cuatro y Antena 3 han apostado por firmar un acuerdo con Google (YouTube)", añade. El portal de vídeos da muchas más visitas que las propias webs de las cadenas. El plan es encontrar formas de pago o suscripción. Televisión e Internet pueden encontrar su nexo de mayor interés en la publicidad. Cuanto más interactúe el usuario con su televisión conectada a Internet, más datos se podrán recabar sobre los clientes. No sólo será más fácil medir las audiencias, sino también diseñar anuncios personalizados.
"La red de pantallas ha transformado nuestra forma de vivir (...)", escriben los ensayistas Gilles Lipovetsky y Jean Serroy en La pantalla global (Anagrama). "Se ha convertido en un instrumento de comunicación y de información, en un intermediario casi inevitable en nuestras relaciones con el mundo y con los demás. Vivir es, de manera creciente, estar pegado a la pantalla y conectado a la Red".
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