Para muchos, el mate es tan intrínseco a la cultura de Argentina como el tango, el bife y el fútbol. Pero la popular infusión no sólo es un aporte a la distintiva tradición del país, sino que también se ha convertido en un producto básico importante para la economía.
Según un informe de la consultora Investigaciones Económicas Sectoriales (IES) la yerba mate fue una de las pocas exportaciones argentinas que resistieron la crisis mundial en 2009.
Las ventas del producto incluso tuvieron un importante aumento durante el año que terminó, con un incremento de cerca del 12% en las ganancias generadas por su exportación.
Según el economista Alejandro Ovando, autor del estudio, el aumento se debió en gran parte a un alza en los precios internacionales del producto, asociados a una caída en la oferta mundial de yerba mate.
Argentina es el principal productor internacional de este cultivo y también es el mayor exportador del mundo.
Esto, a pesar de que el país sólo envía al exterior el 15% de la yerba que produce, debido a que la vasta mayoría es comercializada internamente.
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Uruguay y Brasil, los otros dos grandes consumidores de mate, también importan el producto de su vecino del Cono Sur. Pero el principal comprador de la yerba argentina está mucho más lejos, en Medio Oriente.
Se trata de Siria, país que se disputa con los países rioplatenses el origen de la particular bebida. Por contar con poca producción propia, la nación árabe importa casi el 60% de la yerba mate argentina.
La estrella
A pesar de que las ventas de yerba mate representan aún una fracción muy pequeña de la totalidad de los productos agrícolas exportados por Argentina, Ovando considera que el cultivo está mostrando gran potencial de crecimiento.
“Durante los últimos cinco años las ventas de yerba mate crecieron casi 75%”, afirmó el especialista a BBC Mundo.
Además, en 2009 el producto logró salir airoso de una serie de embates que provocaron una caída de cerca del 30% en la venta de granos, el principal producto básico argentino.
“A diferencia de otros cultivos, la yerba mate no se vio afectada por las históricas sequías que golpearon fuertemente al campo”, señaló Ovando.
Otra ventaja con la que contó la yerba mate es que quedó excluida de los aranceles a la exportación –conocidos como retenciones- que gravaron con impuestos de hasta el 30% a algunos de los principales productos agropecuarios del país.
Finalmente, un tercer factor, totalmente fortuito, también ayudó a alzar las ventas internacionales de la yerba mate.
La aparición de la gripe porcina, que causó graves estragos en Argentina, hizo que muchos locales dejaran de consumir el producto de la manera que indica la tradición: compartiendo el recipiente y la bombilla entre varios.
Esa caída en el consumo interno llevó a que aumentaran los volúmenes de exportación, convirtiendo a la yerba mate en el cultivo estrella dentro de los productos básicos argentinos.
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