Un equipo de científicos de Israel, Austria y Estados Unidos ha descubierto que el pez raya de agua dulce posee un nivel de inteligencia "equiparable al de mamíferos, reptiles y aves", pues es capaz de moverse y utilizar las corrientes de agua como herramientas "eficaces" para superar diversas pruebas como extraer un plato de comida escondido en un tubo de plástico.
La investigación, que recoge la BBC, pretendía probar la capacidad para resolver problemas de un grupo de estas especies cautivas en América del Sur. Para ello, los miembros del equipo establecieron una serie de pruebas bajo el agua que los peces debían resolver y que demostraron que, en contra de lo que se creía, tienen intelecto.
Según explican los expertos en la publicación Animal Cognition, las rayas de agua dulce (Castexi potamotrygon), que pueden encontrarse en muchas aguas tropicales, como el río Amazonas, están relacionadas con sus parientes del océano. Al igual que los tiburones, tienen esqueletos de cartílago, en lugar de los óseos de los peces teleósteos con los que están relacionados "en menor medida".
Difíciles de estudiar
"En el pasado, la ciencia suponía que los peces cartilaginosos tenían unas capacidades cognitivas limitadas, pero eso era, en buena parte, porque resultaban difíciles de estudiar", asegura el director del estudio y doctor de la Universidad Hebrea de Jerusalén (Israel), Michael Kuba.
Los científicos también evaluaron si estos peces podían distinguir entre los extremos blancos y negros de una sonda y concluyeron que, no solo realizaban las tareas correctamente, sino que eran capaces de mostrar una serie de estrategias distintas para resolver estos problemas y obtener las recompensas ocultas. "Las rayas manipulan sus cuerpos para crear un flujo de agua que transporta el alimento hacia ellas", explica el experto.
Herramientas
No obstante, es conocido que otras especies marinas utilizan el agua de una manera similar. Es el caso del pez arquero, un teleósteo que dispara chorros de agua de su boca para atraer a su presa desde las hojas de la superficie del agua en las que se esconden. "Se sirve del agua como si fuera un proyectil para cazar insectos, igual que hacen las rayas para desatascar los restos de alimentos que quedan entre las plantas de la superficie", concluye Kuba.
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