Facebook y Twitter son las nuevas armas de los hastiados conductores para evitar los infernales atascos de la capital indonesia, camino de colapsar totalmente en cinco años tras múltiples planes fallidos para salvarla.
La desesperación ha agudizado el ingenio de varios jóvenes que pasan todos los días demasiadas horas al volante y les ha llevado a explorar las posibilidades de las redes sociales de Internet como remedio contra la congestión vial. "Todos podemos contribuir a reducir los atascos si compartimos la información", asegura Dien Kwik, uno de los creadores de la iniciativa "Bebas Macet", literalmente "Libre de Atascos".
Esta iniciativa, que ya ha dado sus primeros pasos, toma los datos de posición y velocidad de los GPS de unos 2.000 taxis de Yakarta y partes de la Policía para, mediante un logaritmo, dibujar un mapa con calles en verde, ámbar o rojo, que indican el nivel de congestión vial.
La información se puede consultar posteriormente con una aplicación de Facebook a través del teléfono móvil o mediante una página de Twitter, que traduce el mapa a "tweets" o mensajes de texto. "Nuestro objetivo es llegar a los seis mil taxis para disponer de información más fiable, o alcanzar un acuerdo con las compañías de telefonía que tienen terminales con GPS para integrar también esos datos", explica Hindra Irawan, el otro emprendedor indonesio detrás de "Bebas Macet".
En la actualidad, unas 900 personas acceden a este ingenio a través de Facebook y otras 100 emplean sus teléfonos móviles. Sus impulsores estiman que estará "a pleno rendimiento" el año que viene. Ésta es la última y más prometedora invención cibernética para luchar contra los monumentales atascos en Yakarta, tras una lista de foros, blogs y hasta una página con "webcams" en directo de una docena de emplazamientos de la capital habitualmente congestionados por el tráfico.
Una situación preocupante
El problema es de tal magnitud que un reciente estudio del Gobierno de Yakarta y la Agencia Japonesa de Cooperación Internacional (JICA) auguraba el "colapso total" de la ciudad en 2014 si no se tomaban medidas efectivas y radicales. Unos 28,1 billones de rupias (2.900 millones de dólares o 1.980 millones de euros) le cuesta a Yakarta el caos circulatorio cada año, entre el combustible malgastado, las pérdidas que supone a empresas y negocios y los problemas de salud, según un informe de la Universidad de Indonesia.
A la absoluta indiferencia indonesia por el código de circulación hay que sumar el creciente número de vehículos en las calles de Yakarta -más de nueve millones de coches y motos-, deficientes infraestructuras y un transportes público insuficiente.
La administración capitalina ha intentado atajar este problema con los más variopintos planes, pero siempre ha fracasado.
Intentos de solucionarlo
El Gobierno de Yakarta ha probado desde adelantar media hora la hora de entrada a los colegios, hasta prohibir en las horas punta que los coches circulen con menos de tres ocupantes por las avenidas principales.
Ambiciosos proyectos de infraestructuras lanzados a bombo y platillo, como la construcción de 70 kilómetros de autopistas elevadas, un tren "aéreo" o un metro subterráneo, son periódicamente pospuestas por problemas técnicos o financieros. Una de las más cómicas propuestas del ejecutivo fue la de montar a una veintena de agentes de tráfico en patines, para que pudiesen acceder a los epicentros de los atascos de forma más rápida, una vez que hasta sus motos quedaban entrampadas en el marasmo circulatorio.
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