No es la única consola que apuesta por Internet, pero sí la primera que basa su estrategia exclusivamente en la descarga de contenidos. PSP Go, la nueva máquina de Sony, ha prescindido del lector de discos UMD, el formato propietario que la compañía lanzó en 2004 para acompañar a su primera consola portátil. Su eliminación supone, como explica la jefa de producto de PSP Go en España, Lorena Moraleda, la posibilidad de crear una máquina mucho más ligera pero también, como apuntan los analistas, el principio del fin de una era en los videojuegos, la de los discos físicos, que desaparecen, sustituidos por las descargas en la Red.
La postura de Sony ha despertado algunas críticas, como ya ocurrió en su momento cuando Apple se convirtió en el primer fabricante que eliminó las disqueteras. Lo hizo con la primera generación del iMac (1998), y muchos se escandalizaron. Apple se justificó diciendo que los usuarios ya habrían dado el salto tanto a los CD como a la hoy estandarizada Red y, un año más tarde, su decisión era secundada por el resto del mercado.
La aparición del MacBook Air supuso un cambio de estrategia similar, a principios del año pasado, aunque en esta ocasión se apuntaba a una nueva forma de crear máquinas ligeras. Sin lector de discos ópticos (CD y DVD) de serie, el resultado era un portátil ultraligero y finísimo, que es lo que ha querido conseguir Sony con su nueva máquina.
Ambas apuestas, pese a basarse en las opciones de movilidad que aporta Internet, tienen un cariz muy diferente. La de Apple, seguida por fabricantes tanto de netbook como de portátiles ultraligeros, ofrece a los usuarios la posibilidad de adquirir un lector de discos por separado, una posibilidad con la que no cuenta PSP Go. Además, Air incluye un software que, instalado en otro ordenador, permite al ultraligero de Apple utilizar el lector de discos de ese equipo como si fuera propio, ya sea conectándolo mediante Wi-Fi o por un cable de red.
Cambios en el público
La llegada de la banda ancha a las consolas, con un índice de penetración que se ha doblado en el último año según datos del INE, ha abierto nuevas posibilidades a la descarga de contenidos. PSP Go corre el riesgo de dejar fuera a los usuarios que, pese a ser aficionados a los videojuegos, no están interesados en adquirir sus juegos on-line. "Apostar por la descarga no supone el abandono de discos UMD", matiza Moraleda, que insiste en la larga vida que aún resta a su tradicional PSP (que sí incluye lector de discos). Moraleda lo explica haciendo referencia al tipo de público al que va dirigida cada consola: "PSP Go es para un público más adulto, que se conecta on-line y que está acostumbrado a la descarga de contenidos".
Nintendo, pese a haber apostado por las funciones on-line tanto en su consola de sobremesa, Wii, como en sus portátiles, DS y DSi, continúa en paralelo con los juegos en cartuchos. "Una consola desconectada está perdiendo opciones muy importantes de la oferta actual, como la descarga de contenidos gratuitos", destaca el jefe de producto de Wii, Ernesto Maquieira.
El negocio de las tiendas
La supresión en PSP Go de los soportes pregrabados supone cambios en los modelos de distribución. No sólo significa menos venta de novedades en las tiendas, sino también la eliminación del negocio de la venta de videojuegos de segunda mano, cada vez más frecuente en las tiendas físicas. La respuesta de algunas de ellas contra PSP Go no se ha hecho esperar.
Un ejemplo es la cadena holandesa Nedgame, que en principio se negó a vender la máquina. "Las tiendas no dejan de ingresar dinero por la venta de juegos a través de Internet", justifica la jefa de producto de PSP Go. "Existen tarjetas que se compran en tiendas y que contienen un código con el que se adquiere el contenido on-line", un modelo a medio camino entre ambos mundos.
Xbox 360 fue la primera consola que apostó de forma firme por el desarrollo de una plataforma on-line completa. Partiendo de la base de que una consola de sobremesa no requiere de movilidad y, por tanto, no necesita prescindir de ninguno de sus componentes, el jefe de producto de Xbox 360, Hugo Velasco, detalla que, pese a la creciente utilización de Internet, "no todo el mundo está acostumbrado a pagar on-line con la tarjeta de crédito; por eso triunfan las tarjetas de puntos", una opción con la que cuenta tanto su máquina como la de Nintendo.
La descarga directa de juegos, películas o música elimina costes de fabricación y distribución. No obstante, tanto Sony como Microsoft detallan que los juegos, se adquieran on-line o con disco físico, tienen el mismo precio salvo ofertas puntuales. "No se trata de hacer competencia desleal a las tiendas", añade Velasco, que considera que, aunque ya se han dado los primeros pasos para ofrecer todos los contenidos on-line, es una apuesta, en su caso, de valor añadido. "En videojuegos, a los usuarios les gusta coleccionar determinadas sagas, se comercializan ediciones especiales; eso es algo que no se va a perder", matiza.
Los expertos apuntan que la conexión a 100 megabits será la encargada de acelerar el cambio hacia el uso de contenidos on-line. El analista de videojuegos Michael Patcher detallaba recientemente en la revista especializada Edge que la nueva generación de consolas de sobremesa (que él planifica para 2013) aún dependerá de la venta de títulos en cajas. "La distribución digital no se impondrá en un futuro inmediato", destacó.
Sony y Microsoft coinciden con Patcher parcialmente. "La descarga de contenidos aporta posibilidades, como poder acceder a un catálogo de más de 1.000 juegos de forma inmediata, algo imposible en tiendas. Aun así, es difícil que veamos una Xbox sin discos", apunta Velasco. En el mismo sentido, Moraleda no ve probable una futura PlayStation de sobremesa sin lector: "Los dos soportes convivirán durante muchos años", concluye.
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