Fuente: Silicon News.
Los resultados hallados por Morse, y que se pueden extender al resto de países occidentales, se basa en un estudio llevado a cabo entre 1.460 empleados de empresas británicas, de los cuales, el 57% reconocieron acceder a estos espacios en horas de trabajo.
Morse estimó que el tiempo medio de las visitas se situaba alrededor de 40 minutos a la semana, aunque reconoció que el tiempo podría ser superior, ya que los jefes de los empleados apuntaban a una media de una hora al día. Esto muestra claramente el enorme coste a nivel de productividad que este comportamiento está suponiendo para las empresas.
Para Philip Wicks, analista de Morse, “la popularidad de las redes sociales ha crecido considerablemente en los últimos años y la tentación de visitar estos sitios en horas de trabajo es cada vez mayor. A la hora de definir su utilidad para las empresas, la definición sería clara: son un agujero negro para la productividad”.
Respecto a las posibles acciones a llevar a cabo por parte de las empresas, Philip Wicks se refirió al reciente caso del ayuntamiento de la ciudad británica de Porsmouth, que decidió bloquear el uso de las redes sociales a los funcionarios, si bien, en su opinión, la práctica más adecuada sería la de “reforzar políticas de uso sensibles a la actualidad”.
Cuando se trata de políticas de uso es evidente que muchas empresas tienen mucho camino por recorrer, ya que, el 76% de los encuestados aseguró que el empresario no había emitido directrices específicas en lo que respecta a la utilización de Twitter. Sin unas directrices y políticas de uso las empresas están dejando la puerta abierta a una reducción de la productividad, daños a la marca y riesgos de seguridad.
El informe también revela que los niveles de seguridad de muchas compañías bajan debido al uso de las redes sociales, que en ocasiones no permite comprobar a los usuarios que los nuevos sitios a los que acceden están libres de virus o malware. Así, un 81 por ciento de los encuestados admitía estar preocupado de acceder a un sitio inseguro.
“Después de años de luchar contra la falta de seguridad en Internet, los empleados podrían estar ahora de nuevo accediendo involuntariamente a una serie de páginas peligrosas. Es responsabilidad de las empresas hacer un esfuerzo para mejorar la seguridad y protegerse de nuevos peligros”, concluyó Wicks.
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