El pasado viernes, del total de la demanda de electricidad en España, que ascendió a 683 GWh, más de la mitad correspondió a las energías renovables: éstas incluyen las del régimen especial (eólica, termosolar, fotovoltaica y biomasa), que totalizaron 291,6 GWh, y la gran hidráulica, que supuso otros 54,6 GWh, según los datos manejados por el operador del sistema, REE. Por su parte, las energías térmicas (nuclear, carbón, gas y fuel-gas) produjeron 388,9 GWh (de estas cifras hay que restar los casi 42 GWh que se exportaron a los países vecinos y los consumos por bombeo).
Aunque se trata, según fuentes del sector, de un dato cuyuntural, pues la semana pasada se caracterizó por una demanda baja y durante varios días sopló fuerte viento (además, en los datos se incluye la cogeneración y la hidráulica sólo entra en las horas punta), la situación da idea del peso relativo de este tipo de energías en la producción española. Dicho peso relativo está aflorando por el hundimiento de la demanda, que sigue cayendo "de forma desastrosa", según fuentes próximas al operador. Esto castiga a otras tecnologías (como el carbón o el gas) frente a las renovables, que el mercado adquiere por su bajo precio (entran a cero euros en el mercado mayorista), que luego compensan con fuertes primas.
La demanda eléctrica cayó en septiembre más del 5,2%, a pesar de que este dato resulta de la comparación con el consumo de otro mes (el mismo de 2008) en el que ya se vislumbraba la crisis económica, y en el que apenas creció el 0,7%. La previsión para el conjunto del año apunta a una caída del 4%.
Por tanto, aunque se trate de una situación coyuntural, ésta amenaza con prolongarse a lo largo del año y afectará a la tarifa eléctrica que es la que financia las primas. De hecho, en la tarifa de acceso a las redes la partida destinada a las subvenciones a las renovables supone en lo que va de año más de un tercio del total, 5.700 millones.
La polémica y el debate están servidos, especialmente entre las grandes energéticas que integran Unesa (Endesa, Iberdrola, Gas Natural-Fenosa, HC Energía y Eon-Viesgo) y las miles de pequeñas empresas e inversores que se reparten la mitad de este negocio.
El consejero de Gas Natural-Fenosa, Rafael Villaseca, ha arremetido contra un modelo que calificó de poco racional. Según Villaseca, ya en el primer semestre de 2009, la producción con renovables supuso una media del 28% del total, por lo que, en su opinión, se supera ya el objetivo del 20% que se ha marcado la UE para el año 2020. Sin embargo, el objetivo está lejos, pues ese 20% no se refiere a la energía producida, sino a la consumida, lo que en España se sitúa aún en el 9%, aproximadamente.
Cobrar por no producir
Parte del malestar de las grandes eléctricas procede de la obligación que les ha impuesto el Gobierno de consumir 20 millones de toneladas de carbón nacional hasta 2012, a precio regulado.
Sin embargo, sus intereses no saldrán perjudicados ya que "cobrarán por no generar" con otras energías. La medida, incluida en el real decreto remitido a la CNE, establece que las centrales casadas en el mercado y que no sean necesarias tras la entrada del carbón, irán a una subasta de exclusión.
La presidencia española y los tres objetivos del 20%
La presidencia española de la UE en el primer semestre de 2010 tiene entre sus prioridades la consolidación del objetivo "20-20-20" pactado entre los países, informa Bernardo de Miguel. Esto es, un 20% de reducción de emisiones de CO2; que el 20% del consumo de energía sea renovable y un 20% de mejora en la eficiencia energética. En renovables, le corresponderá la delicada tarea de impulsar la preparación de los planes nacionales en cada país para alcanzar el objetivo común del 20% e intentará afianzar el objetivo sobre eficiencia energética, con el plan de acción 2010-2014.
En cuanto a emisiones de CO2, si se logra un acuerdo en la cumbre de la ONU en Copenhague, la presidencia española deberá transformar en ley el compromiso político de ampliar el recorte del 20% al 30%.
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