La producción convencional de combustibles fósiles puede alcanzar su tope antes de 2020, según sugiere un artículo del Centro de Investigaciones Energéticas del Reino Unido. Los autores afirman que es muy probable que esto suceda antes de 2030, pero que también existe un cierto riesgo de que la fecha se adelante una década.
Las consecuencias de alcanzar el pico del petróleo significan que, a partir de ese momento, las reservas disponibles tenderán al agotamiento de forma irreversible. Según el estudio, la mayoría de los grandes pozos de petróleo ya han superado su tope y el resto lo hará durante la próxima década. Estos pozos proporcionan el 25% de la producción total de crudo, y la media de la pérdida de producción es del 6,5% al año.
Los autores hacen hincapié en la falta de datos existentes para predecir la fecha real del pico. Además, esta depende de un gran número de variables: la demanda, el descubrimiento de nuevos pozos y la mejora de las tecnologías de extracción y producción. Según el modelo actual, el informe revela que hacia 2030 será necesario reemplazar más de dos tercios de la producción actual de petróleo para evitar una caída del mercado.
Los autores resaltan que el riesgo del agotamiento del petróleo requiere más atención por parte de las políticas comunitarias, así como más investigación. La reducción de la cantidad de combustible fósil disponible supone una gran amenaza mundial, por lo que es necesario tomar medidas para anticiparse.
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