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2011/03/21

¿Qué hará volar a los jóvenes?

Estados Unidos, líder de la exploración espacial, se ha quedado sin un programa de misiones tripuladas. Si no es el final de sueño espacial, por lo menos es el inicio de un largo paréntesis.
El presidente Barack Obama canceló el programa Constelación, proyectado para regresar a la Luna en 2020, por estar atrasado y por falta de invención.
A eso se le suma el reciente retiro permanente del transbordador espacial Discovery, después de 39 vuelos en 27 años, casi 250 millones de kilómetros recorridos y de acumular exactamente un total de 365 días en órbita alrededor de la Tierra.
El Discovery es la primera de tres naves que la Agencia Aeroespacial de Estados Unidos (NASA) estará poniendo fuera de circulación, con lo que quedaría archivado el exitoso programa de los transbordadores espaciales que marcó un hito en la exploración del cosmos.
Todo esto ocurre en vísperas de la celebración de los 50 años del primer humano en el espacio, un logro del cosmonauta ruso Yuri Gagarin que tuvo lugar un 12 de abril de hace medio siglo.
Su hazaña generó el entusiasmo que impulsó programas cada vez más ambiciosos, los cuales inspiraron a tantos seguir carreras de científicas, como la astrofísica y otras disciplinas relacionadas.

Fin del sueño espacial

La fascinación que provoca ver despegar a un cohete o un transbordador cautivó de tal manera a generaciones de chicos que muchos de los científicos que hoy en día exploran el mundo extraterreste evocan esos momentos cuando recuerdan qué los llevó a tomar ese camino.

El problema es, ¿qué va a servir de inspiración para las generaciones que crezcan durante este paréntesis?
"Yo no sé y eso me preocupa mucho", le dice a la BBC Ian Crawford, doctor en ciencias planetarias y astrobiología de Birbeck College, Universidad de Londres.
"Para mí, Apolo fue una de las cosas que me llevaron a la ciencia. No fue la única, pero yo tenía 8 años y fue una experiencia formativa. Luego vino el transbordador, el telescopio espacial, la estación espacial... todos se fueron pasando la antorcha como motivos de inspiración de generaciones sucesivas".
"Ahora habrá una pausa y temo que significará una pérdida: no habrá eventos que llamen a los jóvenes a introducirse en las ciencias y eso es algo que el mundo no puede darse el lujo de perder", señala el científico.

Lujos

Pero, cuando se habla de qué cosas puede permitirse el mundo, uno de los problemas es tratar de convencer a una nación atravesando una crisis económica del valor de una costosa misión.
Para colmo, en la percepción de muchos el programa Apolo de los años 60 y 70 no logró mayores resultados pues su principal objetivo era ganarle la carrera lunar a la entonces Unión Soviética.
Ian Crawford rechaza vehementemente ese postulado.
"Podría argumentar que nuestro conocimiento de la historia geológica temprana del Sistema Solar está basado en los viajes de Apolo", resaltó.
"Se trajeron 382 kilos de rocas y el análisis de éstas ha aportado una gran cantidad de información no sólo sobre la Luna, sino la Tierra, Marte y otros planetas".
Además, el astrobiólogo sostiene que se justifica regresar a nuestro satélite porque las seis misiones Apolo se concentraron en la misma región de la Luna. "No se investigaron los polos ni el lado oscuro, que son completamente diferentes".

Más allá

No obstante, como propone la tripulación de Viaje a las Estrellas, el sueño es ir "a donde ningún hombre ha ido antes".
Y Marte es uno de los destinos más preciados.
Para muchos científicos, los dos destinos son valiosos pues la exploración de la Luna y la de Marte tienen objetivos diferentes, pero son cruciales.

"La Luna es esencialmente un cuerpo geológico antiguo: nos habla de cómo era el Sistema Solar al principio y, dado que ha estado orbitando la Tierra por tanto tiempo, también nos habla de nuestro planeta.
"Marte es diferente porque es y ciertamente fue un planeta potencialmente habitable así que la pregunta clave es si alguna vez hubo vida en Marte", aclara Crawford.
"Hasta cierto punto, la búsqueda de esa respuesta se está haciendo con robots pero yo sospecho que vamos a tener que analizar tantas rocas, sacadas de tantos lugares y diferentes profundidades que se va a requerir de la presencia de un humano en algún momento".
Aunque Estados Unidos está comprometido con continuar explorando el el espacio, por ahora lo estará haciendo principalmente con misiones no tripuladas.
Los viajes de aprovisionamiento y cambio de astronautas a la ISS tendrán que hacerse de ahora en adelante con los cohetes Soyus rusos o, a mediano plazo, con naves de la industria privada.
Entretanto, otros países como India y China tienen programas espaciales muy activos y bien podrían ser ellos quienes asuman el liderazgo con misiones que señalen el rumbo a seguir.

BBC Mundo

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