El dominio del fuego en Europa ya lo habían demostrado varios antiguos asentamientos en Reino Unido y Alemania y ahora lo confirma la revisión más completa de los datos existentes en 141 yacimientos del continente. El trabajo, publicado en PNAS, apunta que la aparición de hogueras en Europa, hace hasta 400.000 años, coincide con la aparición del linaje neandertal, a quien los autores atribuyen el dominio del fuego en el continente. Los resultados también implican que los ancestros de esta especie que habitaron Europa hace más de un millón de años y entre los que se encuentra el hombre de Atapuerca, colonizaron el continente sin saber hacer fuego.
"La fabricación de herramientas de piedra y el control del fuego son los dos momentos más importantes de la evolución de los primeros humanos", señala el trabajo, firmado por Paola Villa, de la Universidad de Colorado (EEUU) y Wil Roebroeks, de la Universidad de Leiden (Países Bajos). Sin embargo, la importancia del momento no está acompañada de datos concluyentes que permitan detallar cómo sucedió aquel dominio.
Villa y Roebroeks han recopilado información de 141 yacimientos europeos, 16 de ellos en España, que datan de entre hace 1,2 millones de años y 35.000 años. La primera fecha corresponde a los restos de los Homo antecessor que vivieron en la sierra de Atapuerca (en Burgos), una población a la que se considera como los primeros europeos. El segundo está muy cercano a la fecha en la que se extinguieron los neandertales, por razones aún desconocidas.
Atapuerca y Orce
Los dos autores han repasado los restos de hogueras (carbón, piedras o huesos quemados, herramientas fabricadas al fuego, sedimentos que fueron calentados a altas temperaturas...) en cada uno de los yacimientos y han determinado en cuáles se dan pruebas "sólidas" de intervención humana. "Se trata del trabajo más completo de este tipo hecho hasta la fecha, no existe una base de datos igual", señala Villa.
De los 19 yacimientos anteriores a unos 400.000 años, no hay rastro de fuego en ninguno. Esto incluye Atapuerca y también Orce, en Granada, donde hay presencia humana en forma de herramientas líticas. También entra en la lista Happisburgh, en Reino Unido, donde el año pasado se hallaron herramientas hechas posiblemente por poblaciones de antecessor y que, por ahora, constituyen el asentamiento humano más al norte que se conoce de aquella época.
Si aquellos colonizadores disfrutaron del fuego, lo hicieron de forma casual, robando llamas de rescoldos dejados por incendios. "El trabajo nos recuerda que el dominio del fuego en Europa fue tardío", señala Antonio Rosas, investigador del CSIC que estudia los restos neandertales de El Sidrón, en Asturias, donde tampoco se han hallado restos de hogueras. "El norte del planeta se ocupó sin fuego y hubo casi 1,5 millones de años de evolución humana sin hogueras", recuerda. A falta de más datos, se piensa que aquellos homínidos se adentraban en zonas cada vez más al norte aprovechando épocas de temperaturas altas. Cuando el frío volvía a apoderarse el norte, los grupos quedaban atrapados en el frío y perecían.
Justo a partir de los 400.000 años comienzan a aparecer en Europa signos claros de hogueras humanas que se hacen cada vez más comunes a menudo que pasa el tiempo. Aunque la razón de ese boom del fuego se desconoce, Villa apunta una respuesta. La fecha "coincide" con la aparición del neandertal en Europa donde ya habitaban el antecessor y el Homo heidelbergensis, como atestigua el cráneo neandertal más antiguo que se conoce, en Swanscombe, Reino Unido, " de unos 400.000 años" según Villa. "El dominio del fuego pudo deberse a la llegada de esta especie", opina Villa.
Su revisión habla de casos en los que los neandertales muestran un control de las llamas muy similar al del sapiens, incluido el desarrollo de una especie de pegamento para adherir hojas de piedra afiladas a mangos de madera, o el hallazgo en una hoguera neandertal de un tipo de carbón que sólo se daba a unos ocho kilómetros de donde se hizo el fuego. "Los neandertales no estaban esperando a que cayese un rayo para aprovechar el fuego", asegura la autora.
"Hasta ahora no había un trabajo que repasase la situación general como este", explica Robert Sala, profesor de la Universitat Rovira i Virgili (Tarragona) y director de las excavaciones en Orce, quien sin embargo pone pegas a las conclusiones de Villa. "Los heidelbergensis y los neandertales apenas mostraban diferencias", lo que no apoya una supuesta ventaja fisiológica de los neandertales a la hora de domesticar el fuego.
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De los 19 yacimientos anteriores a unos 400.000 años, no hay rastro de fuego en ninguno. Esto incluye Atapuerca y también Orce, en Granada, donde hay presencia humana en forma de herramientas líticas. También entra en la lista Happisburgh, en Reino Unido, donde el año pasado se hallaron herramientas hechas posiblemente por poblaciones de antecessor y que, por ahora, constituyen el asentamiento humano más al norte que se conoce de aquella época.
Si aquellos colonizadores disfrutaron del fuego, lo hicieron de forma casual, robando llamas de rescoldos dejados por incendios. "El trabajo nos recuerda que el dominio del fuego en Europa fue tardío", señala Antonio Rosas, investigador del CSIC que estudia los restos neandertales de El Sidrón, en Asturias, donde tampoco se han hallado restos de hogueras. "El norte del planeta se ocupó sin fuego y hubo casi 1,5 millones de años de evolución humana sin hogueras", recuerda. A falta de más datos, se piensa que aquellos homínidos se adentraban en zonas cada vez más al norte aprovechando épocas de temperaturas altas. Cuando el frío volvía a apoderarse el norte, los grupos quedaban atrapados en el frío y perecían.
Justo a partir de los 400.000 años comienzan a aparecer en Europa signos claros de hogueras humanas que se hacen cada vez más comunes a menudo que pasa el tiempo. Aunque la razón de ese boom del fuego se desconoce, Villa apunta una respuesta. La fecha "coincide" con la aparición del neandertal en Europa donde ya habitaban el antecessor y el Homo heidelbergensis, como atestigua el cráneo neandertal más antiguo que se conoce, en Swanscombe, Reino Unido, " de unos 400.000 años" según Villa. "El dominio del fuego pudo deberse a la llegada de esta especie", opina Villa.
Su revisión habla de casos en los que los neandertales muestran un control de las llamas muy similar al del sapiens, incluido el desarrollo de una especie de pegamento para adherir hojas de piedra afiladas a mangos de madera, o el hallazgo en una hoguera neandertal de un tipo de carbón que sólo se daba a unos ocho kilómetros de donde se hizo el fuego. "Los neandertales no estaban esperando a que cayese un rayo para aprovechar el fuego", asegura la autora.
"Hasta ahora no había un trabajo que repasase la situación general como este", explica Robert Sala, profesor de la Universitat Rovira i Virgili (Tarragona) y director de las excavaciones en Orce, quien sin embargo pone pegas a las conclusiones de Villa. "Los heidelbergensis y los neandertales apenas mostraban diferencias", lo que no apoya una supuesta ventaja fisiológica de los neandertales a la hora de domesticar el fuego.
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