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2023/08/13

Perucetus Colossus: El animal más grande que haya existido


¿Qué es el Perucetus Colossus?

El Perucetus Colossus es una especie de basilosaurus, un género extinto de cetáceos, cuyos fósiles fueron descubierto en la zona de Samaca en el desierto de Ocucaje en Ica, Perú, a cargo del paleontólogo e investigador Mario Urbina Schmitt.

Se calcula que su longitud alcanzó unos 25 metros de largo y se estima que su peso osciló entre las 80 y 200 toneladas debido a que sus huesos eran muy densos y pesados, algunos investigadores creen que pudo haber alcanzado las 340 toneladas.


Cobertura en los principales medios de noticias

- El descubrimiento se hizo público en la revista Nature el 02 de agosto de 2023 en el artículo titulado "A heavyweight early whale pushes the boundaries of vertebrate morphology"

- En la BBC: Perucetus colossus, el fósil hallado en Perú que compite con la ballena azul como el animal más pesado de la historia.

- CNN en Español: Descubren los fósiles de una ballena gigante que vivió hace millones de años en Perú.

- The Economist: An ancient whale-like animal may be the biggest to have ever lived.

- Scientific American: Bizarre-Looking Colossus Whale May Have Been Heaviest Animal Ever (Sorry, Blue Whales).

- El País: Una ballena de hace 40 millones de años, el animal más pesado que haya habitado la Tierra.

- The New York Times: El Perucetus, la ballena que pudo haber sido el animal más pesado de la historia.


Los tweets (ahora "publicaciones") sobre el descubrimiento

- Aldo Benites Palomino mostrando un par de fotos durante el trabajo de desentierro de los fósiles.






Lo bueno


- Se anuncian futuras publicaciones de los descubrimientos que se vienen haciendo en la zona.

-

Lo malo

- El desierto de Ocucaje amenazado por las invasiones, denuncia hecha por El Comercio.





Lo feo

- El desatinado comentario del congresistas Málaga señalando que la paleontología es un hobby caro. Málaga ignora que varios investigadores peruanos no eran especialistas en sus campos y muchos de los descubrimientos y aportes no los hicieron por "hobby", si no por pasión.



Los Videos

- Anuncio de la exposición de los fósiles en la Universidad Mayor de San Marcos.



- Entrevista en RPP al paleontólogo Mario Urbina Shmitt.




Los memes

El humor en las redes sociales se ha convertido en una poderosa herramienta de divulgación científica, en la cuenta de @pishpiraa se hizo una recopilación de memes sobre el reciente descubrimiento.

2012/03/16

Cavernícolas chinos, ¿una nueva especie?

Según un medio australiano, los restos de cuatro personas de la Edad de Piedra hallados en cuevas en China podrían pertenecer a una especie de humanoides completamente nueva.

Su descubrimiento “abre un nuevo capítulo” en la historia de la evolución, dicen los arqueólogos.
Los fósiles, descubiertos en dos cuevas, pertenecen a un tipo de humanoides de la Edad de Piedra anteriormente desconocidos y presentan una mezcla “muy inusual” de características antiguas y modernas.

La “gente del venado rojo”, según los animales que cazaban, data de 14.500 a 11.500 años atrás y son los fósiles humanoides más “jóvenes” hallados en Asia.

Previamente se creía que los primeros humanos tuvieron poca competencia en el continente.
De acuerdo con el Daily Mail, el descubrimiento es de gran importancia para entender la población temprana de Asia.

En opinión del profesor Curnoe, de la Universidad de Gales del Sur, la “gente del venado rojo” habría compartido el espacio con humanos de apariencia moderna en el momento en que la más temprana cultura agrícola apenas comenzaba en China.

Según Curnoe, “los fósiles podrían ser de una especie antes desconocida y que sobrevivió hasta finales de la Edad de Hielo, cerca de 11 mil años atrás”.

De acuerdo con los especialistas, el nuevo descubrimiento abriría un nuevo capítulo en la historia de la evolución. “Podrían representar una migración muy temprana y previamente desconocida de humanos modernos fuera de África, una población que quizás no habría contribuido genéticamente al ser humano actual”.
Tres de los restos fueron encontrados en Maludong (cueva del venado rojo) en la provincia de Yunnan en 1989 y permanecieron sin ser estudiados hasta el 2008.

Un cuarto había sido hallado en 1979 en una cueva cerca del pueblo de Longling en la región autónoma zhuang de Guangxi y permaneció en el interior de la roca hasta el año 2009.

Los cráneos y dientes de ambos hallazgos son muy similares y muestran una mezcla inusual de características anatómicas arcaicas y modernas, al igual que otras características no vistas antes.

Los científicos los han llamado “la gente del venado rojo” debido a las evidencias que sugieren que cazaban esos animales y los cocinaban en la cueva Maludong.

2012/02/15

Existen diferencias sociales desde hace 13.000 años

Un equipo de investigadores, entre los que se encuentra el CSIC español, ha constatado que hace 13.000 años ya existían las diferencias sociales tras realizar estudios en un antiguo asentamiento de la cultura natufiense, en el sur de Siria, donde vivieron entre 40 y 60 personas.
Científicos franceses y españoles han desarrollado este análisis en un poblado completo de doce cabañas durante 2009 y 2010.
Juan José Ibañez, uno de los investigadores que ha participado en el estudio, ha explicado que el nivel de complejidad que se encuentra en este asentamiento es superior al visto en otros estudios. Esta característica indica una diferencia en el rol social de sus habitantes, por lo que existiría autoridad.
Se infiere que existen diferencias sociales ya que la función del espacio es distinta. En palabras de Ibáñez, "hay una diferencia de funciones en el espacio, y la organización de la sociedad también se plasma en el espacio".
Las investigaciones anteriores situaban la diferenciación social hace 11.000 años, cuando se establecieron las primeras poblaciones de agricultores y ganadores. Sin embargo, este trabajo muestra que las diferencias se establecerían hace 13.000 años cuando todavía existían los cazadores recolectores, nómadas en proceso de sedentarismo.

Un hallazgo antropológico y arquitectónico

Este estudio ha supuesto un descubrimiento no sólo en el ámbito de las relaciones sociales, sino que también supone un hito en la arquitectura.
De las 12 viviendas estudiadas, dos de ellas tienen un mayor nivel de complejidad. En ellas, se encuentran estancias que tienen entre 12 y 16 metros cuadrado de superficie.
Según Xavier Terradas, investigador del CSIC en el Instituo Milá y Fontanals, "la estructuración del espacio interior es un hallazgo clave en la historia de la arquitetura.

2012/02/08

Resucitan el canto de un grillo jurásico

Un equipo de paleontólogos ha logrado reconstruir el canto de un grillo que vivió hace 165 millones de años. Lo ha hecho gracias a un fósil desenterrado en China y que conserva aún todos los detalles de las alas, con las que tanto los grillos del Jurásico como los actuales producen sus cantos.
El estudio, publicado hoy en PNAS, explica que el fósil conservaba en las alas las estructuras microscópicas en forma de diente con las que los insectos producen sonidos al frotar un ala contra otra.
Los grillos cantan para atraer a las hembras. Cuanto más fuerte, rica y atrayente sea la llamada, mayor posibilidad tendrán los grillos de aparearse.
Tras analizar las alas del insecto, sus descubridores han determinado que tenía un canto "puro", compuesto de un solo tono, al contrario que los grillos actuales. "La llamada del macho llegaba más lejos y era más clara, por lo que tenía más posibilidades de llegar a más hembras", explica Daniel Robert, investigador de la Universidad de Bristol (Reino Unido) y coautor del estudio. Este experto en biomecánica ha reconstruido el canto del grillo a partir de la forma de sus alas. El espécimen hallado en China ha resultado ser una especie desconocida que ha sido bautizada como Archaboilus musicus. "Su tono también exponía al macho a sus depredadores, si estos habían desarrollado orejas capaces de escucharlos", concluye Robert. 

2012/01/27

El primer sapiens emigrante se fue a Arabia

De todos los caminos que anduvo el hombre moderno hasta llegar a la crisis en la que anda metido, los primeros son los más difíciles de descifrar. Sus huellas se borraron hace miles de años y faltan pistas para saber qué ruta tomaron los primeros ancestros sapiens que salieron de África para conquistar el mundo.
Un nuevo estudio aporta hoy evidencias de que la primera migración fuera del continente negro fue por la ruta más arriesgada: a través del Mar Rojo, hace unos 60.000 años. Después de la travesía, los conquistadores se instalaron en Arabia, como demuestran los genes de poblaciones actuales de la zona, según el trabajo, publicado en el American Journal of Human Genetics.
El estudio cuestiona la versión más clásica y aceptada: que los Homo sapiens siguieron la costa del este de África y salieron del continente cruzando el Nilo hacia Oriente Próximo.
El nuevo estudio, liderado por la investigadora Luísa Pereira, de la Universidad de Oporto, ha analizado el ADN de 300 europeos y 85 asiáticos para averiguar de qué poblaciones descienden. Su ADN mitocondrial, una porción que transmiten las madres a sus hijos, apunta a tres poblaciones que vivieron hace 60.000 años en Arabia. En otras palabras, los genes han permitido desandar los caminos borrados que recorrieron los primeros migrantes hasta su primer campamento fuera de África. El trabajo no presenta una conexión directa entre estos tres grupos y sus ancestros africanos, pero sí apunta a que estos surgen en una fecha compatible con la de la primera salida de África, hace unos 70.000 años. Los datos de Pereira coin-cidirían con otro estudio publicado en enero de 2011 en Science y que mantuvo que los primeros humanos modernos cruzaron el mar hasta Arabia. En este caso, la prueba eran herramientas de piedra con rasgos inconfundiblemente sapiens que tenían al menos 100.000 años.
Los pioneros pasaron en Arabia unos 10.000 años avanzando luego hacia Oriente Próximo, la fértil Mesopotamia, Asia y Europa, sostiene Pereira. Aprovecharon una etapa de mayores lluvias y vegetación que se extendió hace entre 50.000 años y 24.000 años.
Otro estudio publicado hoy en la misma revista retoma parte de la narración en este punto. Sigue la pista de los primeros humanos que colonizaron América desde un punto desconocido de Eurasia. Investigadores de la Universidad de Pensilvania (EEUU) analizaron el ADN de personas de la república rusa de Altai y el de nativos americanos. En ambas encontraron mutaciones que indican que, hace unos 20.000 años, un grupo de esta población emigró hacia el este y el norte para acabar colonizando América a través del estrecho de Bering. Moraleja: los primeros americanos eran de Altai.

2011/12/09

Los primeros colchones tenían insecticida

Un equipo de arqueólogos ha irrumpido en la alcoba de humanos que vivieron hace 77.000 años. La incursión, llevada a cabo en Suráfrica, se ha topado con los colchones más antiguos que se han estudiado hasta el momento, hechos de tallos y hojas apelmazadas que hoy son poco más que una fina capa fosilizada, y que, además, contenían un repelente antiinsectos. El descubrimiento, publicado hoy en Science, aclara un aspecto muy desconocido de los humanos modernos de la Edad de Piedra. Hasta el momento se han encontrado muchas herramientas y útiles que explican cómo era su vida de puertas afuera. Las camas aportan ahora detalles de lo que sucedía en la intimidad del hogar.
Los lechos se han hallado en Sibudu, a unos 40 kilómetros de Durban. Tienen un grosor de un centímetro y, hasta ahora, sólo se conocían unos pocos lechos de este periodo de la Edad de Piedra, entre ellos las camas neandertales de El Esquilleu (Cantabria), que se remontan a hace unos 50.000 años.
El yacimiento surafricano demuestra una ocupación continuada, ya que la aparición de lechos llega hasta hace 38.000 años. Las yacijas eran una cubierta de plantas "pisoteadas" que servían tanto para dormir como para trabajar sobre ellas, por eso algunos de los colchones conservan esquirlas de piedra producidas durante la fabricación de herramientas líticas. Entre las plantas usadas está el género de las Cryptocarya, que aún hoy se usa como medicina natural debido a que su aroma repele a los mosquitos y sus larvas. "El uso temprano de hierbas medicinales pudo dar a los humanos una ventaja selectiva", explican los autores. Los expertos también señalan que aún hoy los habitantes de la región de Kwazulu-Natal siguen haciendo colchones con tallos y hojas. A partir de hace 73.000 años las camas de Sibudu aparecen quemadas. Los autores lo explican como un esfuerzo "para eliminar plagas". El hallazgo completa otros anteriores como conchas agujereadas para collares, trampas y pegamentos naturales que dan detalles sobre el nivel tecnológico de aquellas gentes.

2011/11/18

Los neandertales murieron de éxito

La desaparición de los neandertales hace unos 30.000 años es uno de los casos más difíciles de resolver de la historia de la humanidad y un nuevo estudio acaba de presentar una hipótesis sorprendente sobre cómo sucedió.
Dice que los neandertales, uno de los parientes más cercanos del hombre moderno (el Homo sapiens) en el árbol de la evolución, no se extinguieron, sino que ambas especies acabaron por fundirse a fuerza de cruzarse.
El trabajo, publicado en Human Ecology, se basa en un modelo informático que ha reconstruido los movimientos de ambas poblaciones durante 100.000 años basado en 31 yacimientos prehistóricos de toda Europa. Los datos se remontan a hace 128.000 años, cuando los neandertales eran los únicos humanos en Europa y estaban bien adaptados al frío y la vida nómada en busca de caza y frutos. Hace unos 40.000 años llegaron los sapiens desde África y las dos especies comenzaron a expandir sus territorios en busca de sustento debido a que la glaciación hacía más escaso el alimento. El modelo calcula que esa expansión hizo que neandertales y sapiens se topasen con frecuencia y procreasen de forma habitual, tal vez porque a los sapiens les convenía aprender de sus primos, con milenios de experiencia en Europa a las espaldas.
El trabajo sitúa después una nueva oleada de híbridos cuyo número fue en aumento mientras las poblaciones neandertales originales menguaban. Entre los yacimientos incluidos hay seis en España y dos en Gibraltar, donde varios estudios sitúan la última población neandertal. Según el nuevo trabajo, su desaparición no fue por extinción, sino porque la especie, con poblaciones más pequeñas, ya se había fundido con los sapiens. "Creemos que los neandertales eran igual de adaptables y simplemente fueron víctimas de su éxito", explica Julien Riel-Salvatore, coautor del trabajo.
Los modelos teóricos "pueden decir una cosa y lo contrario", critica el genetista Carles Lalueza, especialista en neandertales, que no comparte las conclusiones del trabajo. "Los neandertales se extinguieron de forma abrupta", opina. "Cuando otras especies de mamíferos hibridan, los rasgos de unos y otros no se atenúan, así que los humanos modernos estaríamos a medio camino de un neandertal".

2011/11/07

Lecciones del hombre prehistórico para resolver la crisis

Entre una reunión de crisis, con líderes políticos apretujados por la incertidumbre económica, y el encuentro en una prehistórica sabana africana de carnívoros inquietos y un nuevo depredador -el hombre- no ha pasado mucho tiempo.
En la evolución humana sólo han pasado tres días pero el concepto y las estrategias para enfrentar las crisis son parecidas. Ahora se sellan acuerdos, antes se conseguían alianzas con otros depredadores.


"El mejor ejemplo es el lobo, el antepasado del perro. Se creía que su domesticación había sido hace 14.000 años pero se han encontrado fósiles en Bélgica y Ucrania de hace 30.000 años. Ambos, hombre y lobo, son carnívoros sociales que establecen una alianza porque les resulta ventajosa. Dos competidores que se unen", le comenta a BBC Mundo, Jordi Rosell, codirector del Congreso de Interacciones entre homínidos y carnívoros durante el Pleistoceno, que se realizó recientemente en España.
El congreso, coorganizado por el Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES), buscó establecer paralelismos con situaciones actuales como la crisis económica.

Ser más lobos

Una de las primeras crisis del hombre fue bajar de los árboles, dejar de comer frutas y convertirse en un carnívoro. A la sabana de leones, hienas y demás depredadores llegó un nuevo competidor.

"Al saltar a un nicho que no era nuestro, comer carne, generamos desequilibrio, estrés. En la historia ha habido muchos y otros carnívoros sociales han sobrevivido".
"¿Cómo solucionaban los carnívoros un momento de crisis? Con diferentes modelos sociales. Las hienas son muy matriarcales, los lobos muy jerárquicos, los licaones (perro salvaje africano) igualitarios: se mueven en clanes. Es posible que hayamos aprendido a desarrollarnos socialmente para hacer frente a las crisis", detalla el experto.
Temas como el liderazgo o la organización de un grupo, aspectos que preocupan a las empresas actuales, ya habían sido resueltos por los grandes carnívoros mucho antes.
"No somos economistas", aclara, "no damos soluciones al hombre actual pero igual deberíamos cambiar de actitud. Ahora el problema es de dinero y quizás podríamos ser cooperantes, como lo fueron los lobos".

El hombre, lobo del hombre

En un hallazgo reciente del IPHES, en la Sierra de Atapuerca (Burgos), se confirmó que los antepasados del Homo sapiens no sólo practicaban el canibalismo sino que era un rasgo cultural. Se comía a miembros de grupos externos para evitar la competencia por el territorio.
Su andadura como carnívoro lo llevaría a explorar otras zonas del planeta, América y Australia, donde su llegada inicia el descenso de poblaciones de mamuts o bisontes. "Arrasaban con todo", apunta Rosell.
¿Y en la crisis actual? ¿El hombre sigue siendo el lobo del hombre como acuñaba el filósofo Thomas Hobbes?
"Dados los resultados actuales sí. Estamos en un entorno de elementos alfa (personajes poderosos o en una alta posición social)", responde Rosell.
"La crisis no es para todos. Fortalece al fuerte y debilita al débil. No obstante, contamos con elementos de solidaridad que intentamos aplicar, eso nos separa de otros animales", apunta.
Según dice el experto, "ante un mismo estímulo, un animal da la misma respuesta. Nosotros no".
"Tenemos una historia de tres millones de años, somos nuevos, y sin embargo hemos podido adoptar diferentes modelos patriarcales, jerárquicos, monárquicos, más igualitarios. Nos hemos convertido en grandes generalistas con una diversidad de respuestas. Ese ha sido uno de los éxitos de la especie", explica.
"Ahora bien", subraya, "Huxley decía que lo único que nos ha enseñado la historia es que no hemos aprendido nada de la historia. Quiero pensar que ahora somos lo suficientemente inteligentes y desarrollados tecnológicamente para remar hacia el mismo lado".                    

2011/10/24

Una cacería entierra a los 'primeros' americanos

Una costilla de mastodonte encerrada en un cajón durante más de 30 años ha servido ahora para confirmar que ya existía una sociedad humana en América antes de la cultura Clovis, que supuestamente había sido la primera en establecerse en el continente, hace 13.000 años.
Los restos fósiles del mastodonte, un animal prehistórico parecido a un mamut, muestran que hace 13.800 años alguien le hincó una punta de lanza de hueso en el costado izquierdo. El arma atravesó 30 centímetros de músculos y su punta quedó clavada para siempre en la costilla.
El fósil, descubierto a finales de la década de 1970 en el yacimiento de mastodontes de Manis, en el Estado de Washington (EEUU), ha sido analizado ahora por un equipo dirigido por el antropólogo Michael Waters, de la Universidad de Texas A&M, y Eske Willerslev, de la Universidad de Copenhague. Sus resultados se publican hoy en la revista Science. Este nuevo hallazgo sepulta definitivamente la teoría de que los individuos de la cultura Clovis fueron los primeros en establecerse en América, cruzando por el estrecho de Bering desde Siberia hasta Alaska.
El propio Waters publicó en marzo el hallazgo en el yacimiento tejano de Buttermilk Creek de más de 15.528 artefactos humanos datados en 15.500 años. La mayor parte eran lascas procedentes de las fabricación de utensilios.
Los nuevos restos del mastodonte lanceado demuestran que el ser humano ya cazaba a estos animales y a los mamuts casi mil años antes de lo que se pensaba, con lo cual, su extinción en el continente no fue sólo culpa de los hombres de la cultura Clovis y de otros factores, como el clima.
Hasta hace muy poco, muchos científicos sostenían que la desaparición de estos grandes mamíferos, producida poco después de la llegada de la cultura Clovis hace 13.000 años, se debió a una blitzkrieg, una especie de guerra relámpago de estos cazadores, destronados ahora definitivamente como primeros americanos.

2011/09/09

El nuevo 'abuelo' del hombre

Un equipo internacional de investigadores dice haber hallado a la criatura simiesca de la que nació el género humano. Se trata del Australopithecus sediba, quien podía fabricar herramientas de piedra como haría un hombre o trepar a un árbol con la agilidad de un mono. El estudio más completo que se ha hecho hasta la fecha de dos de estos homínidos, incluido un molde digital de su cerebro, acaba de desvelar que muchas de las características que usa hoy el sapiens para identificarse como humano pulgar oponible, pensamiento complejo, andar erguido ya las había inventado el sediba en Suráfrica hace 1,9 millones de años.
"Tantos rasgos avanzados en el cerebro y el cuerpo, además de su edad, le convierten en el mejor candidato a ser el ancestro de nuestro propio género", explica Lee Berger, el paleoantropólogo de la Universidad de Witwatersrand (Suráfrica) que desenterró a los dos sedibas analizados. Eran una hembra adulta y un niño de unos 10 años de los que se ignora si eran madre e hijo. Sus fósiles fueron presentados el año pasado en la revista Science, que ahora publica cinco nuevos estudios que describen una mano completa, un pie y una cadera cuyos rasgos cuestionan varias teorías sobre cómo se originó el género Homo.

Cruzando el túnel

El fósil de Berger sería clave para aclarar qué pasó dentro de un "agujero negro" de la evolución humana que sucedió hace entre tres y dos millones de años, explica el español Manuel Domínguez-Rodrigo. "Nos faltan fósiles de esta época", explica este profesor de prehistoria de la Universidad Complutense de Madrid que cada año busca esos preciados huesos humanos en el yacimiento de Olduvai, en Tanzania.
Antes de hace tres millones de años había formas muy primitivas y lejanas del Homo. Un millón de años después, como por arte de magia, surgen humanos erguidos y con grandes cerebros como el Homo erectus. El sediba, con 1,9 millones de años, encarnaría ahora el paso de un extremo del túnel a otro.
Pocos expertos cuestionan la importancia de los restos, pero sí la atrevida postura de Berger. El paleontólogo quiere que el sediba sea el primer ancestro humano, algo que otros otorgan a especies más primitivas, como Australopithecus afarensis, o más recientes, como Homo habilis. La actitud resume a la perfección la forma en la que funciona la paleontología, una disciplina en la que, en ocasiones, los científicos luchan como púgiles.
"Todo el mundo quiere que su fósil sea el del homínido más antiguo, es una actitud muy humana, pero no muy científica", resume Enrique Baquedano, director del Museo Arqueológico Regional de la Comunidad de Madrid y que también trabaja en Olduvai. "Por ahora estamos sólo ante una hipótesis de trabajo", advierte sobre el estudio de Berger.
La nueva investigación es la radiografía más completa que se ha hecho de los dos sedibas que, hace casi dos millones de años, cayeron a un foso que se convirtió en su tumba. A pesar del embate del tiempo, el cráneo del individuo más joven está tan bien conservado que su cara interior tiene grabado el relieve del cerebro. "Con cada latido del corazón, el cerebro estampa su forma contra la calavera en desarrollo del niño, dejando una preciosa impresión de la forma externa del encéfalo", describe Kristian Carlson, el investigador del equipo de Berger que ha liderado el estudio de la calavera con el sincrotrón ESRF de Grenoble (Francia), la fuente de rayos X más potente de Europa.
La reconstrucción del encéfalo presenta una sorpresa inusitada. En la edad adulta, el cerebro del sediba tenía 440 centímetros cúbicos, el tamaño normal de los australopitecos y menos de la mitad de los 900 centímetros cúbicos que tuvo el Homo erectus, un humano indiscutible que vivió hace 1,8 millones de años en África y Asia. Sin embargo, la forma exterior, especialmente la parte frontal, es más parecida a la de un humano que a la de un australopiteco o un chimpancé.
Según los investigadores, esto indica que la evolución hacia el cerebro humano no fue un proceso de simple crecimiento, sino que la reorganización cerebral necesaria para desarrollar pensamientos cada vez más complejos comenzó en formas como sediba sin necesidad de aumentar de talla. "Es la antesala del cerebro humano", resume Domínguez-Rodrigo.
No es la única sorpresa que presentan los fósiles. Otro estudio describe la mano derecha de la hembra adulta, la más completa que se ha hallado hasta ahora de un australopiteco. Los autores señalan que el sediba podía oponer el pulgar y cualquier otro dedo de la mano, otra característica clave que desde hace décadas se ha usado para definir al género humano. Según Berger y su equipo, esto les permitía fabricar herramientas golpeando piedra contra piedra como hacían los miembros del género Homo.
"Hay que tener cuidado con esto, porque esta especie tiene manos gráciles y tal vez no tuvo fuerza suficiente para agarrar un percutor durante mucho tiempo", opina Domínguez-Rodrigo. El resto de sus dedos eran mucho más largos que los humanos, lo que, según los autores, prueba que los sediba seguían trepando por los árboles como monos.
Domínguez-Rodrigo no cree que el sediba sea el ancestro directo de los humanos, pero sí que podría estar "emparentado" con ellos. "Lo más importante es que nos hace ver que los australopitecos ya tenían rasgos que, hasta ahora, pensábamos que sólo teníamos nosotros", añade.
Entre ellos está también una cadera muy similar a la humana, aunque aún no tan abierta, puesto que los cráneos de los bebés no eran tan grandes como los de los humanos. Esto cuestiona otra hipótesis clásica, que dice que la cadera humana evolucionó hacia su forma actual debido a que los bebés tenían cada vez cráneos más grandes. Sin embargo, el sediba ya mostraba humanización y un caminar erguido sin necesidad de gigantización. Sus pies tenían un pronunciado arco en el empeine que refuerza su bipedismo, aunque el talón sigue siendo el de un chimpancé.
Para otorgar al sediba el título de ancestro directo, Berger tiene que pasar por encima del Homo habilis y de su prestigiosa descubridora, Mary Leakey, responsable del hallazgo y matriarca indiscutible de la paleontología en África durante buena parte del siglo pasado. Las manos de su hombre hábil, encontradas en 1975, estaban equipadas para fabricar herramientas y lo situaban como especie de enlace entre los australopitecos y el Homo erectus. Más de tres décadas después, muchos expertos enmiendan la plana a Leakey sin miedo. "Para mí el habilis es un australopiteco y el sediba estaría en el mismo plano", reconoce el paleontólogo del CSIC Antonio Rosas. El experto, que excava restos de neandertales en la cueva de El Sidrón (Asturias), reconoce que, dada la escasez de fósiles, la tesis de Berger puede sostenerse, pero sólo "con pinzas". "Puedo comprar su idea de que el sediba sea ancestro del Homo, pero mañana mismo tendremos que revisarla si aparecen nuevos datos", concluye. 

2011/09/07

El sapiens se cruzó con tres especies extintas

El Homo sapiens se cruzó hace miles de años con otra especie humana más arcaica en el corazón de África, según desvela un estudio publicado hoy. De aquellas cópulas, hace unos 35.000 años, nacieron hijos fértiles y el ADN de la otra especie se conservó durante cientos de generaciones. Ahora, un equipo de investigadores de EEUU ha encontrado esos fragmentos de ADN componiendo en torno al 2% del genoma de humanos actuales pertenecientes a tres grupos étnicos de África. Por ahora, la identidad de aquella especie primitiva con la que el sapiens compartió lecho es un misterio.
Se trata del primer cruce de este tipo que habría tenido lugar en el continente negro. En 2010, dos estudios confirmaron cruces en Europa y Asia entre sapiens, neandertales y una tercera especie que fue descubierta hace un añogracias a un fósil apodadoMujer X.
El nuevo trabajo, publicado en PNAS, supone otro varapalo para la teoría clásica que pinta al Homo sapiens como una especie pura que reemplazó a todos sus congéneres a medida que conquistaba el mundo desde su cuna africana.
Las nuevas técnicas de análisis de ADN antiguo dibujan otro escenario de mestizaje continuo y este trabajo retrata ahora al humano actual como una mezcla de sapiens, neandertal y al menos otras dos especies desconocidas, extintas, pero vivas en su ADN.
"Parece que nuestro linaje siempre ha intercambiado genes con otros vecinos morfológicamente diferentes", resume Michael Hammer, genetista de la Universidad de Arizona y coautor del nuevo estudio. Su trabajo no es tan sólido como los estudios anteriores que se centraron en neandertales y la especie de la Mujer X, conocida como denisovanos por la cueva de Rusia donde se hallaron sus fósiles. En aquellos casos, los investigadores disponían del genoma completo de estas dos especies, lo que permitió dictaminar de forma convincente que hubo cruces entre sapiens y neandertales hace unos 80.000 años y entre sapiens y denisovanos hace unos 40.000.

Miles de encuentros

Ante la ausencia del genoma de aquellos humanos extintos de África, el equipo de Hammer ha rastreado secuencias de ADN actual que, según modelos informáticos, delatan una mezcla con miembros extintos del género Homo. Su equipo analizó el ADN de los biaka y los bosquimanos (cazadores-recolectores nómadas) y los mandenka, un grupo étnico mucho más amplio de África Occidental. El equipo detectó que estas poblaciones, sobre todo bosquimanos y biaka, conservan rastros de un cruce con otra especie arcaica y desconocida que sucedió en África central. No se sabe quiénes eran ni qué aspecto tenían, pero Hammer apunta que hubo "miles" de cruces de forma "regular".
La mezcla es "plausible pero difícil de verificar", opina Carles Lalueza-Fox, genetista de la Universidad Pompeu Fabra, debido a que el calor de África no permite que se conserve ADN fósil del que extraer el genoma completo de aquella especie. Alerta de que las pruebas de hibridación encontradas podrían deberse también a simple mezcla entre la misma especie, aunque concede que "nada impide pensar que el sapiens se cruzó en África al igual que hizo en Europa". 

2011/08/24

Un enigma neandertal de 56.000 años


A principios de agosto, el investigador catalán Eudald Carbonell se quedó con la misma cara que los científicos simiescos cuando encontraron una muñeca humana que hablaba en El planeta de los simios. "Aún estoy a cuadros", resume dos semanas después, todavía estupefacto. Su equipo acababa de encontrar un artefacto de madera con mango en el yacimiento del Abric Romaní, en Capellades (Barcelona). Era algo similar a los hallados en yacimientos neolíticos o romanos pero, y esto es lo que puso los pelos de punta a Carbonell, "tenía 50.000 años más de los que debería tener". No fueron soldados romanos ni agricultores del Neolítico los que tallaron aquel instrumento, sino neandertales, el grupo de humanos que dominó Europa hasta la llegada de los Homo sapiens hace unos 40.000 años.
El hallazgo del artefacto ha puesto en un apuro a los investigadores, del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES). "No sabemos para qué demonios utilizaban esta herramienta", resume Carbonell, director del IPHES. Técnicamente, esta especie de extraña pala es "el artefacto de madera con mango más antiguo del registro arqueológico mundial", según sus descubridores. Hace 56.000 años, un neandertal agarró un fragmento de pino y lo talló. Esculpió un mango de sección circular de 17 centímetros de largo y cuatro de diámetro. Para el resto de la pieza, lo que los expertos llaman "parte activa", reservó una forma triangular, con 15 centímetros de largo y ocho de ancho. "Pudo ser un instrumento para mover ceniza, como una especie de pala, o para recolectar bulbos bajo el suelo. Pero no lo sabemos. Es una singularidad. Nunca habíamos visto nada igual", admite.
Carbonell presentó ayer el artefacto en el Abric Romaní, un abrigo que sirvió de refugio a los grupos neandertales de cazadores recolectores durante miles de años. Allí, en una especie de campamento base, los neandertales se organizarían en grupos para hacer batidas por la zona. Los investigadores han hallado restos de caballos y ciervos, pero también de cabras, jabalíes y rinocerontes.
En febrero de 2010, los científicos del IPHES anunciaron que los neandertales del Abric Romaní disponían de un área que utilizaban sólo para dormir, con troncos para sentarse alrededor del fuego y alfombras de pieles de caballo o de ciervo. El nuevo artefacto, que ha aparecido parcialmente carbonizado, se situaría en ese contexto. Quizá sirvió para gestionar unas brasas en las que se asaba un rinoceronte.
"Nosotros mantenemos desde hace más de 20 años que la complejidad de los neandertales es comparable a la de los hombres del Neolítico. Este artefacto es una evidencia más", explica Carbonell. Históricamente, los Homo sapiens del Neolítico, que comenzaron hace unos 8.000 años a domesticar animales, cultivar plantas y construir poblados, se han visto como seres completamente superiores a los Homo sapiens del Paleolítico, la antigua Edad de Piedra que se cerró hace unos 10.000 años, y mucho más inteligentes que los neandertales. Estos, arrinconados en el Sur de la península Ibérica y extinguidos hace unos 25.000 años, se quedaron con el papel de brutos y bobalicones.
En los últimos años, recalca Carbonell, esta percepción ha quedado patas arriba. Hasta el diario británico The Guardian pidió perdón a los neandertales en enero de 2010 por considerarlos inferiores intelectualmente durante décadas.
El hallazgo del artefacto todavía no se ha publicado en ninguna revista científica de prestigio, un paso ineludible para lograr la aceptación de la comunidad investigadora. Sin embargo, uno de los mayores expertos mundiales en neandertales, Erik Trinkaus, bendice el nuevo descubrimiento.

Ratas y musarañas

"Es una herramienta impresionante de madera finamente labrada y el Abric Romaní es famoso por aportar madera bien preservada en un contexto del Paleolítico Medio fiable y bien datado", explica Trinkaus, ajeno al hallazgo y profesor de la Universidad Washington en San Luis (EEUU). "No puedo aventurar posibles usos, pudo tener muchos, pero si los investigadores consiguen aislar residuos orgánicos de la herramienta, su análisis ofrecerá pistas", añade.
El equipo de Carbonell excava el Abric Romaní desde 1983. La presente campaña comenzó el 8 de agosto y terminará el 31. Junto al sorprendente artefacto de madera, los investigadores del IPHES han hallado herramientas de sílex y restos de leña apilada. También pequeños animales, como ratas de agua y musarañas de dientes rojos, que demuestran que la zona era mucho más húmeda en el pasado.
"El modo de vida de los neandertales se nos escapa en muchos aspectos, por eso desconocemos el uso de esta herramienta", señala Àlex Solé, arqueólogo del IPHES. "Las cuevas no favorecen la preservación de la madera y los principales yacimientos de neandertales están en cuevas", lamenta. Sin embargo, en el Abric Romaní, el agua, muy cargada de carbonato cálcico, ha permitido su conservación. "La madera desaparece, pero nos queda un negativo formado por carbonatos", celebra Solé.

2011/08/03

Hallado el cráneo del 'matusalén' primate

Un equipo de paleontólogos ha desenterrado en Uganda el cráneo más antiguo y completo de un primate. Vivió hace 20 millones de años en Karamoja, al noreste del país. "Es la primera vez que se encuentra la calavera completa de un primate de esta edad", celebró ayer el paleontólogo del College de France (París) Martin Pickford, uno de los descubridores del fósil, informa AFP.
Durante una rueda de prensa celebrada ayer en Kampala, el equipo de expertos ugandeses y franceses explicó que los restos pertenecieron al Ugandapithecus major, una especie descrita por Pickford en 2000. Era un "primo lejano" de los grandes simios actuales, según sus descubridores. El espécimen hallado murió a los 10 años y tenía el tamaño de un chimpancé, aunque su cerebro era más pequeño, similar al de los papiones. "Ahora podremos entender mejor la evolución cerebral y facial y ver cómo se conecta con la de otros primates modernos y la de nuestra propia familia", señaló Brigitte Senut, experta en grandes simios del Museo Nacional de Historia Natural de Francia y codescubridora del cráneo.Los restos aún no han sido descritos en detalle, lo que impide a expertos independientes valorar su importancia real. Antes serán enviados a Francia para su limpieza y análisis con rayos X, detalló Senut, quien aclaró que, tras este estudio, los restos "serán devueltos al país de origen".
"Es un hallazgo muy interesante que puede aportar mucha información, aunque no sabremos cuánta hasta que podamos analizar los restos", advierte Salvador Moyà-Solà, director del Institut Català de Paleontología. Más allá de los 20 millones de años, los restos de primates se limitan a dientes sueltos, lo que dificulta reconstruir cómo evolucionaron. De ahí la importancia del hallazgo de Pickford para reconstruir la epopeya evolutiva que desemboca en el Homo sapiens.
El Ugandapithecus era un hominoideo, un grupo con formas antropoides que hoy incluye al hombre y los grandes simios, pero con los que no estaba emparentado. "Era el hominoideo más grande conocido en aquella época, una especie de gorila primitivo", explica Moyà-Solà. Sí tenía lazos con los procónsules, otra familia de hominoideos de menor tamaño que vivieron en aquella época (el Mioceno) y que hoy están extintos. El rasgo más humano que tuvieron fue la ausencia de cola.

2011/07/29

El 'padre de las aves' es sólo un primo lejano

El padre de los pájaros puede no ser quien se creía. Justo el año que se celebra el 150º aniversario del hallazgo del fósil de Archaeopteryx, considerado el pájaro más antiguo y primitivo que existió, un grupo de paleontólogos de la Academia de Ciencias de China ha encontrado un pariente de este que lo arrastra a un linaje mucho más antiguo, el de los dinosaurios con plumas también llamados denonicosaurios.
Los protagonistas son dos; Archaeopteryx lithographica y Xiaotinga zhengi, un familiar cercano. El primero es un icono de 155 millones de años del que sólo se han encontrado diez fósiles en todo el mundo. Su perfecta mezcla entre reptil y ave provocó que muchos expertos lo consideraran el eslabón perdido entre dinosaurios y pájaros, situándolo en lo más antiguo del linaje de las aves. Su fama se debe además a la fecha de su descubrimiento (1861), apenas dos años después de la publicación de El origen de las especies de Charles Darwin, hecho que aumentó el debate entre creacionismo y evolucionismo de la época. Por otro lado, Xiaotingia es muy semejante a los dinosaurios con plumas.

Un grupo de científicos dirigidos por el paleontólogo Xing Xu publican hoy en Nature un estudio en el que miden y comparan a Xiaotingia con el resto de ejemplares cercanos, entre los que se encuentra Archaeopteryx. Los investigadores realizaron un análisis filogenético añadiendo los datos del fósil chino los de las garras y las mandíbulas fueron especialmente determinantes que concluyó con la reubicación de ambos animales al linaje de los denonicosaurios. En otras palabras, el estudio indica que Archaeopteryx no es un pájaro sino un dinosaurio con plumas.
Los investigadores son prudentes y aseguran necesitar más estudios para mover definitivamente al mítico animal del linaje de las aves. Lawrence Witmer, investigador de la Universidad de Ohio que firma un comentario al estudio en Nature, cuenta que este estudio "cambia las ideas sobre la evolución de las aves, pero no sobre los orígenes".

Un icono de la evolución



La modificación del árbol evolutivo podría parecer "una aberración para algunos científicos, pero existe una posibilidad alta de que el estudio tenga razón", explica José Luis Sanz, catedrático de paleontología de la Universidad Autónoma de Madrid. Asegura además que "los cambios en las hipótesis en paleontología son más habituales de lo que se cree".
La ironía del estudio es que Archaeopteryx podría no ser el pájaro que siempre se creyó. Witmer concluye que, a pesar de eso, "seguirá siendo un icono de la evolución".

2011/05/06

Un cráneo revela al 'abuelo' de sapiens y neandertales

Uno de los mayores retos de la paleoantropología es encontrar al abuelo que compartieron humanos modernos y neandertales, identificar el ancestro común más cercano del Homo sapiens y el Homo neanderthalensis. Un linaje que podría llevar a ambas especies hasta una pequeña localidad al sur de Roma, Ceprano, donde en 1994 se encontró la parte superior del cráneo de un individuo adulto, entonces el resto europeo más antiguo recuperado hasta la fecha. Ahora, un grupo de investigadores de la Universidad de Roma y de la Unidad de Antropología Biocultural de la Universidad del Mediterráneo (Marsella, Francia) asegura que las características de ese cráneo lo emparentan tanto con sapiens como con neandertales.
Según el trabajo de estos investigadores, que ha publicado la revista PLoS ONE, el cráneo de Ceprano tendría en torno a 400.000 años y no los más de 800.000 años que se le llegaron a asignar inicialmente. Además, a partir de un detallado análisis comparativo junto con otros ejemplares pertenecientes al género Homo, el grupo francoitaliano ha optado por clasificar este cráneo dentro de la especie Homo heidelbergensis.
Hasta ahora, se había especulado largamente con la catalogación de este cráneo, muy difícil de atribuir. Distintos equipos lo han datado con fechas dispares, y una de las últimas investigaciones lo ubicaba como Homo antecessor, el Hombre de Atapuerca. Tal es la confusión que rodea al cráneo romano que se llegó a hablar de Homo cepranensis, definiendo a este hominino como perteneciente a una especie propia diferente a todas las demás.
Sin embargo, según el grupo de Aurélien Mounier y Giorgio Manzi, este robusto cráneo sin mandíbula pertenece a los heidelbergensis, una especie muy controvertida por la cantidad de fósiles con características muy dispares hallados por medio mundo.

El problema es el nombre

Es precisamente esta catalogación la que le chirría al codirector de las excavaciones de Atapuerca, José María Bermúdez de Castro. "La idea que propone este trabajo es muy interesante, no es para nada descabellada. El problema es el nombre, que no termina de convencer", afirma Bermúdez de Castro, que sin embargo no duda de la teoría de que el fósil italiano sea ancestro común de sapiens y neandertales.
"Parece que una maldición persigue a este pobre cráneo. El problema es que es muy difícil de datar, ya que se encontró en una cuneta, fuera de su contexto", lamenta el codirector de Atapuerca , que la semana pasada presentó los resultados de un estudio que dejan en el limbo de las especies al primer europeo, una mandíbula de 1,2 millones de años que originalmente se catalogó como antecessor. Bermúdez de Castro considera que el trabajo publicado en PLoS ONE va en la misma línea que el suyo: "Estos hallazgos nos están obligando a reinterpretar el escenario de las especies".

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2011/04/15

Un fósil, puente evolutivo entre reptiles y mamíferos

Todos los mamíferos comparten una serie de características, entre las que se encuentran los huesecillos del oído, una formación ósea que emparenta a esta clase de animales con los reptiles, en los que los huesos evolucionaron de manera distinta. Esa relación se confirma ahora con el hallazgo de un fósil casi completo de hace 125 millones de años. Un pequeño mamífero de 35 centímetros encontrado en China muestra estos huesos en plena evolución desde la formación que adoptan en la mandíbula de los reptiles hacia su actual localización en el oído de los mamíferos, publica hoy Nature.
El Liaoconodon hui presenta una peculiar estructura de huesos en el oído, más grandes que los actuales, con un cartílago osificado que ayudaba a tensar el tímpano. Estos huesos evolucionaron, reduciendo su tamaño, hasta convertirse en el martillo, el yunque y el estribo que se encuentran en torno al tímpano.
"Se ha estado buscando este espécimen desde hace 150 años", asegura el autor de este trabajo, Jin Meng, conservador del área de Paleontología del Museo de Historia Natural de EEUU. La primera teoría que planteó que la cadena de huesecillos que acompañan al tímpano de los mamíferos son los mismos huesos que completan la mandíbula de los reptiles la propuso Carl Reichert en 1837. Charles Darwin publicó El origen de las especies en 1859.
"Ahora tenemos la primera evidencia paleontológica clara que muestra la relación entre la mandíbula inferior y el oído medio", festeja Meng.

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2011/04/13

¿El primer homosexual de la historia?

Repasando un poco la historia encontramos decenas de personajes célebres que, además de destacar en diferentes campos como la pintura, la guerra, la poesía o la ciencia, fueron homosexuales tal y como acreditan diferentes documentos y testimonios escritos. Es el caso por ejemplo de Alejandro Magno, Platón o Aristóteles...
Así pues, la homosexualidad ha estado presente en las sociedades desde tiempos muy antiguos... ¿pero exactamente desde cuándo? Esta semana ha salido a la luz el caso del que probablemente sea el primer esqueleto gay registrado. Tenemos más detalles de la noticia en la bitácora "Ya está el listo que todo lo sabe", que a su vez recopila la información de los diarios británicos The Telegraph y Daily Mail.
Los restos y huesos encontrados durante unas excavaciones a las afueras de Praga (República Checa) corresponden al de un hombre que vivió entre los años 2.900 a 2.500 antes de Cristo, y que por tanto pertenecía a la cultura de la Cerámica Cordada, que tuvo sus inicios en la edad de piedra y culminó hacia la edad del bronce, llegando a ocupar gran parte del norte de Europa.

El ritual funerario

El ritual funerario por aquel entonces estaba bien diferenciado por sexos: "a los hombres se les enterraba sobre su costado derecho y mirando al oeste acompañados de utensilios de guerra como lanzas, cuchillos o cualquier otra arma o herramienta de la época y algunas porciones de alimento y bebida para el trayecto, mientras que las mujeres eran enterradas sobre su lado izquierdo y con la cabeza mirando hacia el este. Éstas estaban acompañadas de collares hechos con dientes de animales, pendientes de cobre, jarras y/o utensilios de menaje, así como un recipiente en forma de huevo que era colocado cerca de los pies".
En el caso del esqueleto de hombre, descubierto en Praga por la arqueóloga Kamila Remisova Vesinova, reposaba sobre su lado izquierdo, miraba hacia el este y estaba acompañado de menaje en lugar de armas. Los científícos e historiadores que investigan el nicho piensan que no se trata de ninguna broma ni error y que probablemente se trate un hombre con una orientación sexual diferente. "Un homosexual o transexual”, precisaron.

2011/04/11

En busca de los secretos de los gigantes jurásicos

Todo el mundo conoce a los saurópodos, aunque pocos sepan llamarlos por su nombre. Nos hemos acostumbrado tanto a la imagen de sus cuerpos globosos, sus patas en columna y sus cuellos de tobogán que los únicos sorprendidos por esta aberrante anatomía parecen ser, paradójicamente, quienes más saben sobre ellos, los paleontólogos.
Una pista sobre la anormalidad de los saurópodos la da la escala. El leviatán de los animales terrestres actuales, el elefante, queda como un cachorrillo frente a aquellas bestias que alcanzaban los 60 metros de longitud como tres tráileres y 120 toneladas 12 elefantes grandes en el caso del Amphicoelias fragillimus, el mayor saurópodo aparecido en la literatura científica.

El gigantismo de estos animales es uno de sus grandes enigmas. Todo en la naturaleza tiene un porqué, y un rasgo como el de acumular 120.000 kilos de carne en un solo cuerpo debe respetar las reglas del juego de la evolución biológica. El científico argentino Diego Pol, del Museo Paleontológico Egidio Feruglio, en la ciudad patagónica de Trelew, está en la posición idónea para ofrecer respuestas. Procedente de los ricos yacimientos de fósiles de la Patagonia, Pol acaba de publicar en la revista PLoS ONE los detalles del Leonerasaurus taquetrensis, un saurópodo de bolsillo: apenas tres metros.
La especie descubierta por Pol es un saurópodo arcaico de comienzos del Jurásico, antes de que estos animales se extendieran por toda la Tierra. "Es una especie muy primitiva que nos ayuda a entender el árbol evolutivo de los gigantes que aparecieron después", señala Pol. Esa condición de eslabón entre los pequeños prosaurópodos y los colosales diplodocus, braquiosaurios o apatosaurios el antiguo brontosaurio podría explicar el porqué de estas montañas de carne.

¿Cabeza alta o agachada?

Los paleontólogos encuentran una ventaja a poseer un cuerpo de 120 toneladas: ser el más fuerte del vecindario. Pero cada buena idea puede acarrear efectos secundarios que hay que mitigar con nuevas soluciones. Un herbívoro inmenso necesita toneladas de alimento. Para cosecharlo desde ahí arriba necesita un cuello largo y este es otro de los enigmas de los saurópodos. Aquellos dinosaurios no tenían la suerte de disponer de un mecanismo para elevar su cuello al estilo de la brontogrúa de Pedro Picapiedra. ¿Cómo lo hacían?
Los expertos se dividen. Muchos opinan que la estampa de los dinosaurios de Spielberg asomando el hocico sobre las copas de los árboles es pura fantasía. Según el fisiólogo de la Universidad de Adelaida (Australia) Roger Seymour, los saurópodos habrían consumido la mitad de sus reservas de energía para bombear la sangre cuello arriba. Para Seymour, aquellos gigantes vivían con la cabeza gacha.

Incluso en este caso, otra limitación era el peso de la cabeza. Los cráneos eran pequeños, lo que imponía mandíbulas y dientes modestos. Esto les obligaba a deglutir el alimento casi sin procesar, pero entonces necesitaban un complejo aparato digestivo, lo que les facilitaba su voluminoso cuerpo.
Así, las piezas parecen encajar. Pero ¿qué hay de la longitud del cuello? En la revista Proceedings of the Royal Society B, el paleobotánico de la Universidad de Yale (EEUU) Andrew Leslie propone que las piñas de las coníferas se hicieron como las conocemos hoy, duras y blindadas, para repeler el mordisco de los saurópodos. Sin embargo, Leslie calcula que el tamaño de estos animales les bastaba para comer de una altura de cinco metros sin levantar la cabeza. ¿Para qué tirar entonces metros y metros de cuello?
La respuesta la dan dos investigadores británicos, Graeme Ruxton, de la Universidad de Glasgow, y David Wilkinson, de la Universidad John Moores de Liverpool. En el modelo matemático que publican en Biology Letters, toman como ejemplo un braquiosaurio de 25 toneladas y nueve metros de cuello para concluir que esta longitud ofrecía al dinosaurio un radio de acción de cosecha que ahorraba un 80% de la energía necesaria con un cuello de sólo seis metros. Ruxton y Wilkinson emplean una analogía con "las aspiradoras de los años 50 a los 70", con un cuerpo central, pesado e inmóvil, y un tubo largo para "abarcar toda la alfombra".

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2011/03/25

Hallado un raro herbívoro primitivo con dientes de sable

Hace 260 millones de años, ni los mamíferos ni los dinosaurios habían fichado todavía en los ecosistemas terrestres. En el macrocontinente de Pangea correteaban seres que hoy se encuadran en categorías taxonómicas de nombres exóticos y de los cuales sólo salta a la vista un rasgo común: cuatro patas. Aquellos tetrápodos primitivos son el objeto de estudio del paleontólogo salvadoreño Juan Carlos Cisneros, responsable del hallazgo de la última muestra de aquella paleofauna cuyo carácter queda dicho en el apellido de la nueva especie: Tiarajudens eccentricus.
El Tiarajudens, del tamaño de un perro grande, vivió al final del Paleozoico antes de la extinción pérmica, la mayor que ha asolado el planeta y de la que resultaría el festival de dinosaurios que adornó el Mesozoico. Según escribe Cisneros hoy en Science, en aquel momento ya se había desarrollado una gran despensa de herbívoros que alimentaba a un reducido elenco de depredadores.
Y entre los primeros se contaba el Tiarajudens, cuya clasificación le sitúa como un sinápsido (algo que no es un reptil) del grupo de los terápsidos (sinápsidos no mamíferos) y, en concreto, como un anomodonto, un linaje de herbívoros que masticaban las hierbas fibrosas del suelo de Gondwana, el zócalo meridional de Pangea que más tarde se independizaría como supercontinente. El suelo que pisaba el Tiarajudens hoy forma parte de Brasil. Allí Cisneros, desde la Universidad Federal de Piauí, rastrea los depósitos del Pérmico y el Triásico en busca de fósiles.

Aberrante

Pero incluso para su clan, el Tiarajudens es el bicho raro. Según escribe en un comentario al estudio el experto de la Universidad Humboldtde Berlín Jörg Fröbisch, dentro de los anomodontos, que mostraban un "desarrollo progresivo de rasgos de mamíferos", el Tiarajudens es "aberrante" por su "dentición única y especializada". Aunque parte de su parentela vegetariana compartía la oclusión dental (la capacidad de encajar las piezas de una mandíbula con las de otra para triturar la fibra), el Tiarajudens tenía el paladar tachonado de dientes, algo único en su vecindario.
Queda la guinda: dos caninos de 12 centímetros sobresalían de su boca. Cisneros explica que no se trata de colmillos al estilo de los elefantes y de ciertos parientes del Tiarajudens, con crecimiento continuo, sección circular y sin esmalte, sino de verdaderos dientes de sable, comprimidos lateralmente y esmaltados. ¿Para qué quería tales armas un vegetariano? "Los grandes caninos de sable son inesperados en un herbívoro", escribe Cisneros. Tomando como modelo los ciervos actuales, el científico especula que tal vez los usaba "para manipular la comida antes de procesarla, disuadir a los predadores o para exhibición y combate dentro de su especie".

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América se ocupó 2.500 años antes de lo que se creía

La arqueología no tiene por qué ser una ciencia sencilla, pero al menos tiene una dirección clara: hacia abajo. A mayor profundidad, mayor antigüedad, y de este axioma se desprende que la que hasta ahora se presumía como la primera cultura humana en América, llamada clovis, ha quedado definitivamente destronada por otra 2.500 años más antigua, lo que deja la edad de los primeros americanos en 15.500 años.
No es la primera vez que se aportan indicios de culturas preclovis, pero, como señala el director del Centro para el Estudio de los Primeros Americanos de la Universidad A&M de Texas, Michael Waters, "no eran pruebas muy robustas". En cambio, los datos que Waters y sus colaboradores publican hoy en Science son férreos: en una capa bajo un yacimiento clovis en el complejo tejano de ButtermilkCreek, los arqueólogos han desenterrado nada menos que 15.528 artefactos. "La mayoría son lascas resultantes de fabricar y afilar utensilios, pero más de 50 son herramientas" como cuchillos o bifaces, precisa Waters.
Según los autores, aquellos paleoindios usaban las técnicas que después adaptaron y mejoraron los clovis. "Es hora de abandonar de una vez por todas el modelo clovis primero de la ocupación de América y crear uno nuevo", concluye Waters.

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