A principios de agosto, el investigador catalán Eudald Carbonell se quedó con la misma cara que los científicos simiescos cuando encontraron una muñeca humana que hablaba en El planeta de los simios. "Aún estoy a cuadros", resume dos semanas después, todavía estupefacto. Su equipo acababa de encontrar un artefacto de madera con mango en el yacimiento del Abric Romaní, en Capellades (Barcelona). Era algo similar a los hallados en yacimientos neolíticos o romanos pero, y esto es lo que puso los pelos de punta a Carbonell, "tenía 50.000 años más de los que debería tener". No fueron soldados romanos ni agricultores del Neolítico los que tallaron aquel instrumento, sino neandertales, el grupo de humanos que dominó Europa hasta la llegada de los Homo sapiens hace unos 40.000 años.
El hallazgo del artefacto ha puesto en un apuro a los investigadores, del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES). "No sabemos para qué demonios utilizaban esta herramienta", resume Carbonell, director del IPHES. Técnicamente, esta especie de extraña pala es "el artefacto de madera con mango más antiguo del registro arqueológico mundial", según sus descubridores. Hace 56.000 años, un neandertal agarró un fragmento de pino y lo talló. Esculpió un mango de sección circular de 17 centímetros de largo y cuatro de diámetro. Para el resto de la pieza, lo que los expertos llaman "parte activa", reservó una forma triangular, con 15 centímetros de largo y ocho de ancho. "Pudo ser un instrumento para mover ceniza, como una especie de pala, o para recolectar bulbos bajo el suelo. Pero no lo sabemos. Es una singularidad. Nunca habíamos visto nada igual", admite.
Carbonell presentó ayer el artefacto en el Abric Romaní, un abrigo que sirvió de refugio a los grupos neandertales de cazadores recolectores durante miles de años. Allí, en una especie de campamento base, los neandertales se organizarían en grupos para hacer batidas por la zona. Los investigadores han hallado restos de caballos y ciervos, pero también de cabras, jabalíes y rinocerontes.
En febrero de 2010, los científicos del IPHES anunciaron que los neandertales del Abric Romaní disponían de un área que utilizaban sólo para dormir, con troncos para sentarse alrededor del fuego y alfombras de pieles de caballo o de ciervo. El nuevo artefacto, que ha aparecido parcialmente carbonizado, se situaría en ese contexto. Quizá sirvió para gestionar unas brasas en las que se asaba un rinoceronte.
"Nosotros mantenemos desde hace más de 20 años que la complejidad de los neandertales es comparable a la de los hombres del Neolítico. Este artefacto es una evidencia más", explica Carbonell. Históricamente, los Homo sapiens del Neolítico, que comenzaron hace unos 8.000 años a domesticar animales, cultivar plantas y construir poblados, se han visto como seres completamente superiores a los Homo sapiens del Paleolítico, la antigua Edad de Piedra que se cerró hace unos 10.000 años, y mucho más inteligentes que los neandertales. Estos, arrinconados en el Sur de la península Ibérica y extinguidos hace unos 25.000 años, se quedaron con el papel de brutos y bobalicones.
En los últimos años, recalca Carbonell, esta percepción ha quedado patas arriba. Hasta el diario británico The Guardian pidió perdón a los neandertales en enero de 2010 por considerarlos inferiores intelectualmente durante décadas.
El hallazgo del artefacto todavía no se ha publicado en ninguna revista científica de prestigio, un paso ineludible para lograr la aceptación de la comunidad investigadora. Sin embargo, uno de los mayores expertos mundiales en neandertales, Erik Trinkaus, bendice el nuevo descubrimiento.
Ratas y musarañas
"Es una herramienta impresionante de madera finamente labrada y el Abric Romaní es famoso por aportar madera bien preservada en un contexto del Paleolítico Medio fiable y bien datado", explica Trinkaus, ajeno al hallazgo y profesor de la Universidad Washington en San Luis (EEUU). "No puedo aventurar posibles usos, pudo tener muchos, pero si los investigadores consiguen aislar residuos orgánicos de la herramienta, su análisis ofrecerá pistas", añade.El equipo de Carbonell excava el Abric Romaní desde 1983. La presente campaña comenzó el 8 de agosto y terminará el 31. Junto al sorprendente artefacto de madera, los investigadores del IPHES han hallado herramientas de sílex y restos de leña apilada. También pequeños animales, como ratas de agua y musarañas de dientes rojos, que demuestran que la zona era mucho más húmeda en el pasado.
"El modo de vida de los neandertales se nos escapa en muchos aspectos, por eso desconocemos el uso de esta herramienta", señala Àlex Solé, arqueólogo del IPHES. "Las cuevas no favorecen la preservación de la madera y los principales yacimientos de neandertales están en cuevas", lamenta. Sin embargo, en el Abric Romaní, el agua, muy cargada de carbonato cálcico, ha permitido su conservación. "La madera desaparece, pero nos queda un negativo formado por carbonatos", celebra Solé.
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