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2011/08/31

Estados Unidos evalúa las consecuencias económicas de Irene


En Estados Unidos ya empezaron los procesos de evaluación del costo por daños y recuperación del desastre causados por el huracán -y luego tormenta tropical- Irene que azotó durante el fin de semana la costa este del país.
Se había pronosticado que la tormenta sería "histórica" en su poder destructivo pero no resultó tan devastadora, a pesar de cobrar hasta 28 vidas, crear inundaciones sin precedentes en los estados más norteños y dejar unos cinco millones de personas sin electricidad.

Más importante que la fuerza de sus vientos e intensidad de sus lluvias es la región que impactó: densamente poblada, de altos ingresos y gran actividad económica.
En el litoral Atlántico de Estados Unidos vive el 20% de la población y sus playas están adornadas de exclusivos balnearios y las casas veraniegas de los más ricos. Eso sin contar que Nueva York, que tuvo dos días de parálisis por la evacuación obligada, es el centro financiero del mundo.
Algunos estiman que los daños materiales directos ocasionados por el huracán podrían ascender a unos US$20.000 millones, comentó a BBC Mundo Peter Morici, profesor de economía de la Universidad de Maryland.
A eso habría que añadirle la pérdida del movimiento económico durante los días de la tormenta y también habría que incluir el cierre de negocios y la postergación de otras actividades a más largo plazo durante el período de reconstrucción. Todo lo cual, señalan algunos, podría aumentar sustancialmente el cálculo final de los costos.

Estímulo económico

Pero al evaluar el impacto económico de la tormenta, Morici asegura: "no es del todo negativo".
Aunque el académico reconoce que sería preferible que estos desastres no ocurrieran, frecuentemente crean rachas de actividad económica.
"En centros veraniegos se genera reconstrucción a gran escala y más moderna, lo que atrae más negocios", asegura Morici.

"Por otra parte, es una región donde actualmente hay desempleo en el sector de construcción, así que los proyectos de recuperación traerían trabajos aunque sea temporalmente", añadió el profesor de economía.
Los dineros para el rescate y la reconstrucción ya están presupuestados y asignados según los comunicados que el presidente Barack Obama emitió al declarar las respectivas zonas de emergencia como parte de las preparaciones antes de la llegada del huracán a la región.
Las medidas tomadas por el gobierno ante el desastre natural han sido elogiadas en términos generales por su preparaciones y respuestas, aunque en retrospectiva parecería que se hubieran excedido en algunos preparativos.

Irene vs. Katrina

Ciertamente contrastan con la reacción tardía del gobierno del entonces presidente George Bush al huracán Katrina, que impactó la costa del Golfo de México y devastó Nueva Orleans precisamente este 29 de agosto hace seis años.
"Las advertencias, las evacuaciones, los preparativos fueron una excelente manifestación de una lección muy bien aprendida", comentó Elizabeth Ferris, analista del centro de investigación Brookings, en Washington D.C.
"Sin duda habrá gente que tendrá que esperar mucho tiempo para rehacer sus vidas"
Elizabeth Ferris, Brookings Institute
No obstante, Ferris -experta en desplazamientos humanos- también cree que la efectiva y eficiente respuesta se debió al potencial daño que la tormenta hubiera podido tener sobre una zona de alta concentración de dinero y poder en el país.
"Los políticos saben muy bien que si no responden bien a los desastres, hay consecuencias políticas", declaró la analista, "pero yo creo que el factor más importante es que 63 millones de personas estaban potencialmente amenazadas".
Elizabeth Ferris cree que los esfuerzos de reconstrucción serán mucho más rápidos que lo ocurrido en Nueva Orleans, donde los sectores menos privilegiados todavía esperan poder volver a sus casas. Sin embargo, no descarta que se den disparidades con los menos afortunados.
"En la mayor parte la respuesta será eficiente porque los daños no son fueron tan severos y por el tipo particular de la población afectada, pero sin duda habrá gente que tendrá que esperar mucho tiempo para rehacer sus vidas", afirmó a BBC Mundo.

¿Más desastres futuros?

A pesar de todos estos preparativos y contingencias, este tipo de desastres no van a dejar de afectar los grandes centros urbanos de Estados Unidos.
Expertos en el medio ambiente, con muy pocas excepciones, consideran que el ritmo de las tormentas se incrementará por los efectos del cambio climático y calentamiento global.

Según algunas cuentas, ya son 10 los desastres de estragos con costos superiores a los US$1.000 millones que han impactado Estados Unidos en lo que va del año.
"Ante la perspectiva de la subida del nivel del mar cabe cuestionarse la vulnerabilidad de todas estas ciudades que yacen en la costa", concluyó Ferris.
Tras el desastre de Katrina, en su momento se cuestionó si la ciudad habría que reconstruirla en otro lugar. Ese tema, sin embargo, no se ha abordado aquí a pesar de los riesgos.
"Nueva York va a pasar por este tipo de eventos de cuando en vez", vaticinó Peter Morici, de la Universidad de Maryland. "Eso no quiere decir que hay que moverla. Donde sea que esté el centro de actividad económica va a haber riesgo".

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