Este proyecto, denominado Commotion, busca generar conexiones entre los propios dispositivos de una manera horizontal, completamente descentralizadas y casi imposibles de monitorizar, porque el tráfico será "anónimo y encriptado", según informa el diario francés Le Monde.
Este sistema funciona al convertir un router WiFi, un ordenador o un teléfono avanzado en un dispositivos capaces de captar las ondas de las redes de telecomunicaciones. De alguna manera, este 'software' secuestra las redes existentes para crear una red paralela, libre y gratis, una 'malla' ('wireless mesh') propia que permite intercambio de información y archivos.
Según Josh King, director técnico de Commotion, "la única herramienta necesaria es una memoria USB que contiene el 'software' para ser instalado en cada unidad y que pueda funcionar la red". Asimismo, para aportar seguridad en las comunicaciones a través de Commocion, integra TOR, que permite a los usuarios comunicarse en Internet de manera anónima. Incluso en un futuro podría también integrar Freedom Box, que permite, por ejemplo, enviar material como fotos o vídeos a un servidor remoto como arma contra la censura, gracias al uso de 'proxis' encriptados..
El sistema parece beber directamente de la filosofía de las redes libres, que proliferaron hace unos años como alternativas de conexión abiertas para zonas muy concretas, como barrios o comunidades. Incluso recuerda a la manera que los ordenadores del proyecto OLPC, ideados por Negroponte para los países más pobres, iba a crear redes inalámbricas de forma local entre ellos
Sus responsables admiten que su desarrollo estará sujeto a múltiples críticas, desde las compañías de telecomunicaciones -por tratarse de una 'competencia desleal'-, hasta grupos de presión como los defensores de derechos de autor, siempre temerosos que el descontrol conduzca a incrementar la llamada 'piratería' en la Red.
¿Control?
El director de este proyecto, que cuenta con el apoyo del propio Departamento de Estado de EEUU, está dirigido por Sascha Meinrath, fundador de 'Open Technology Initiative' (OTI) -perteneciente a la New America Foundation-, que busca construir redes inalámbricas que conecten comunidades locales.Con un presupuesto inicial de 1,6 millones de euros (2,3 millones de dólares), el proyecto ha despertado el interés del Gobierno de EEUU (que aportará 1,3 millones de euros adicionales) por muchos motivos.
Podría usarse para recuperar rápidamente la conectividad en situaciones de emergencia o en zonas remotas sin posibilidad de acceder a las redes, e incluso funcionaría como herramienta al servicio de las disidencias en regímenes dictatoriales, al no depender de las infraestructuras existentes.
A pesar del apoyo de la Administración de EEUU, el propio Sascha Meinrath destaca en declaraciones Le Monde la "esquizofrenia" del Gobierno de Washington, en donde hay funcionarios "formados durante la época de la Guerra fría que sueñan con bloquearlo todo y supervisarlo todo", hasta que llegó Obama con su mensaje de transparencia.
"En privado", comenta Meinrath "muchos funcionarios del Departamento de Estado están enojados a ver a sus superiores criticado violentamente WikiLeaks", en relación a las constantes filtraciones de material clasificado que se realizan desde este sitio web, cuya cabeza visible es Julian Assange. "Según ello, esta iniciativa podría ser una oportunidad para mostrar al mundo que EEUU sabe defender la libertad de expresión y la transparencia en todas las circunstancias".
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