Cinco brillantes ejecutivos llevan preparándose casi una década para el momento en que no puedan depender del hombre que hasta ahora les ha guiado, aconsejado, presionado e inspirado. Steve Jobs, el fundador de Apple, anunció el miércoles que abandonaba su puesto como presidente de la compañía, tras ocho años luchando contra un cáncer de páncreas.
Los analistas se preguntan qué será de la compañía ahora, ya que Apple no ha perdido a un directivo, si no "a su héroe, a su guía", como explica Jim Carlton, periodista del Wall Street Journal que, en 1997, escribió uno de los mejores libros que se han publicado sobre la historia de la compañía (Apple: una historia de intriga, egomanía y meteduras de pata). Es una empresa tan vinculada a un hombre que su futuro sin él se hace difícil de imaginar.
Nadie olvida que cuando Steve Jobs fue despedido de Apple, en 1985, la empresa estuvo a punto de morir. "Steve fue su salvador", confirma Carlton. "Si no hubiera regresado en 1997, es casi seguro que Apple no existiría, al menos como compañía independiente". Pero las cosas han cambiado mucho desde 1985. "Entonces, Apple era sólo una empresa informática", recuerda Lawrence Dignan, director de ZDnet, uno de los grupos de comunicación líder del sector tecnológico. "Ahora, es una compañía de entretenimiento digital", añade.
La empresa también ha perdido parte de su legendaria soberbia, vinculada directamente a la personalidad de su fundador. Donde antes actuaba en solitario, ahora firma acuerdos con operadoras de telefonía y grandes cadenas para vender conjuntamente sus productos. Las condiciones, eso sí, suelen ser muy ventajosas para Apple. Es el precio a pagar por asociarse con la compañía que vende los productos que todo el mundo quiere tener.
Los expertos creen que la nueva Apple sin Steve Jobs se parecerá mucho a la vieja Apple de Steve Jobs. El fundador se queda como presidente del Consejo de Administración. Además, desde que Jobs supo que tenía cáncer, en 2003, el equipo directivo ha trabajado en tratar de absorber la visión comercial, el amor por el diseño y la obsesión por el detalle que han caracterizado su gestión.
De manos del maestro
"Creo que Jobs ha intentado reunir un equipo que es reflejo de su propia mentalidad", explica Carlton. "Tim Cook y el resto de los ejecutivos han estudiado de manos del maestro durante muchos años, así que creo que dirigirán Apple tal y como lo haría Steve", añade.Tim Cook, el nuevo presidente de Apple, lleva 13 años trabajando en la compañía, y ha tomado sus riendas en las dos ocasiones en que Jobs estuvo de baja médica (en 2009 y el pasado enero). Cuando el terremoto de Japón dejó las fábricas de Apple desabastecidas en plena fiebre del iPad, Cook fue capaz de encontrar el doble de suministradores de los que previamente tenía la compañía. Y Wall Street cree en él. "No hay mejor candidato para este puesto", ha escrito el analista Gene Munster, de Piper Jaffray. "Ha demostrado su profunda experiencia en este negocio", opina Peter Misek, de Jefferies. "Creemos que Apple está preparada para la transición", dice Kathryn Huberty, de Morgan Stanley.
Los expertos nombran a cuatro ejecutivos más. Una pieza clave es el inglés Jonathan Ive, que está detrás de algunos de los más brillantes diseños de Apple, como el iMac G3, el iMac G4, el iPod y el iPhone. El rumor de que Ive podría marcharse, que circuló a principios de este año, inquietó a los analistas porque en él reside la esperanza de que la compañía siga diseñando productos que los usuarios desean comprar y los competidores quieren imitar. Un segundo ejecutivo clave en el diseño de los productos Apple es Scott Forstall, vicepresidente del software iOS, el que hace funcionar al iPhone o el iPad. Los productos que controla Forstall suponen la mitad de los ingresos de la empresa.
En Apple, una buena estrategia de venta es tan importante como un buen producto. Por eso, los expertos citan a otros dos ejecutivos con responsabilidades en este área. Philip Schiller es el director de marketing y una de las personas de máxima confianza del fundador. Fue el responsable de pronunciar el discurso principal o keynote en la feria MacWorld, la más importante de la compañía, en el año 2009, durante la ausencia de Jobs. El último ejecutivo clave es Ron Johnson, responsable de las tiendas de Apple, auténticos templos de culto para sus fans.
Son cinco especialistas en logística, diseño, ingeniería de software y marketing para sustituir a un único "genio", como simplemente le llama Dignan, o "un revolucionario", dice Carlton. "Ha revolucionado los ordenadores, la música, la telefonía y el cine. No sé de ninguna otra persona que haya tenido tanto impacto en más industrias que él", añade.
Por eso, y aunque nadie discute la continuidad de Apple en el corto plazo, ¿qué ocurrirá en unos años? ¿Quién inventará el próximo iLoquesea que volverá locos a consumidores y competidores? "Está por ver que Tim Cook pueda retener a la base de consumidores leales a Jobs, mantener la lista de productos hit y conservar una cultura innovadora", confirma Dignan. Podrían pasar "cinco años", dice el experto, hasta averiguar si Cook, Ive, Johnson, Forstall, Schiller y el resto de los 45.000 empleados de Apple son capaces de estar a la altura del complicado listón que Jobs les deja en herencia.
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