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2011/08/29

La industria tecnológica se lanza a una intensa guerra en los tribunales


Ni un instante de tregua en la guerra de las patentes. La rápida expansión de los teléfonos avanzados (smartphones), la aparición de fenómenos como el iPad, se ve acompañada por una intensa guerra de despachos en el que las patentes se han convertido en la principal arma contra el adversario. La enorme burbuja del pago de derechos de patentes no hace más que crecer.
Después de que en junio pasado un grupo de grandes empresas lideradas por Apple se hiciera –en una disputada subasta con Google– con la cartera de 6.000 patentes de telefonía de la firma canadiense en quiebra Nortel, el siguiente movimiento del gigante de las búsquedas por internet era muy esperado, porque su sistema operativo para móviles, Android, quedaba asediado por patentes de la competencia. La respuesta de Google ha sido de impacto: la compra de la división de móviles de Motorola, compañía que dispone de una cartera de 17.000 patentes de telefonía que pueden ser su seguro de vida.
En gran parte, el movimiento de Google ha sido defensivo, pero también atesora mucho potencial de contraataque. La compra de Motorola le ha costado 12.500 millones de dólares, unos 8.700 millones de euros. El sistema operativo Android es el de mayor expansión. En la actualidad se activan 550.000 móviles con este sistema cada día. Hace sólo seis meses, esa cifra era de 300.000. El software de Google es libre y de instalación gratuita para los fabricantes de teléfonos, pero las patentes podrían poner en peligro su expansión si su instalación quedara sujeta al abono de derechos tecnológicos de terceros.
De hecho, una de las principales amenazas sobre Android es una demanda de patente lanzada por Oracle, otra de las grandes compañías de software. El sistema para móviles de Google está programado en Java, un lenguaje creado y patentado por Sun Microsystems, firma adquirida por Oracle, que argumenta que Android se ha creado a partir de un invento de su propiedad.
Es la primera vez que Google, nacido como buscador, salta a lo grande a la arena del hardware, en el que todavía se desconocen sus planes al tiempo que se abren numerosas incógnitas para rivales y aliados. Si la firma del buscador comienza a fabricar sus propios teléfonos, ¿qué papel desempeñarán los fabricantes que hasta ahora han hecho una apuesta por Android, como Samsung o HTC?
Como sucede con Apple, Google podrá ahora fabricar sus propios terminales con las configuraciones técnicas que mejor se adapten para que su software funcione de la forma más óptima en sus teléfonos. La compañía no ha hecho todavía públicos sus planes de futuro. Con la compra de Motorola, Google podría hacer lo mismo que la firma de la manzana: lanzar su propio móvil en un desafío al emblemático iPhone, que ha marcado las tendencias en los últimos años. De la misma forma podrá actuar con las tabletas. Motorola tiene el mercado el modelo Xoom, que está teniendo unas ventas discretas respecto al exitoso iPad.
Lo que revela el movimiento de Google, tan brillante como desesperado, es que los derechos de patentes se han convertido en el grial de la telefonía móvil. Los conflictos no han hecho más que crecer en los últimos años.
Una de las principales propietarias de patentes de telefonía móvil en Estados Unidos es IBM, que no se dedica a ese negocio, mientras que Google y Apple, dos de los principales actores de la actualidad, están muy lejos. La cantidad, no obstante, no tiene por qué guardar relación con la calidad de las patentes.
Entre los analistas, numerosas voces alertan ahora de que tratar de ganar cuotas de mercado con los litigios de patentes no hará más que encarecer los productos y crear una burbuja que puede acabar, como otras, por estallar.

Apple y Samsung, socios y rivales a un tiempo

La salida al mercado del iPhone en el 2007 y del iPad en el 2010 ha cambiado muchas cosas en los dispositivos de movilidad. Apple estima que el parecido de muchos teléfonos a su icónico terminal no admite hacer la vista gorda, así que la batalla de patentes entre estas dos compañías se centra en sus terminales. De momento, la firma norteamericana ha conseguido que un juzgado holandés paralice la venta de tres modelos de teléfonos de la coreana en diez países europeos y un bloqueo de ventas en Alemania de la tableta Galaxy Tab 10.1. Estas sentencias no son definitivas y su curso puede cambiar. Lo más paradigmático es que ambas compañías mantienen relaciones comerciales como proveedor de componentes (Samsung) y fabricante (Apple). De momento, los litigios no empañan los negocios, aunque la conflictividad podría recrudecerse. Durante la presentación del iPad 2, en febrero pasado, Steve Jobs aludió a los imitadores que le habían salido a su tableta. En la pantalla a su espalda se proyectaron los logotipos de varias compañías, entre ellas Samsung.

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