Una costilla de mastodonte encerrada en un cajón durante más de 30 años ha servido ahora para confirmar que ya existía una sociedad humana en América antes de la cultura Clovis, que supuestamente había sido la primera en establecerse en el continente, hace 13.000 años.
Los restos fósiles del mastodonte, un animal prehistórico parecido a un mamut, muestran que hace 13.800 años alguien le hincó una punta de lanza de hueso en el costado izquierdo. El arma atravesó 30 centímetros de músculos y su punta quedó clavada para siempre en la costilla.
El fósil, descubierto a finales de la década de 1970 en el yacimiento de mastodontes de Manis, en el Estado de Washington (EEUU), ha sido analizado ahora por un equipo dirigido por el antropólogo Michael Waters, de la Universidad de Texas A&M, y Eske Willerslev, de la Universidad de Copenhague. Sus resultados se publican hoy en la revista Science. Este nuevo hallazgo sepulta definitivamente la teoría de que los individuos de la cultura Clovis fueron los primeros en establecerse en América, cruzando por el estrecho de Bering desde Siberia hasta Alaska.
El propio Waters publicó en marzo el hallazgo en el yacimiento tejano de Buttermilk Creek de más de 15.528 artefactos humanos datados en 15.500 años. La mayor parte eran lascas procedentes de las fabricación de utensilios.
Los nuevos restos del mastodonte lanceado demuestran que el ser humano ya cazaba a estos animales y a los mamuts casi mil años antes de lo que se pensaba, con lo cual, su extinción en el continente no fue sólo culpa de los hombres de la cultura Clovis y de otros factores, como el clima.
Hasta hace muy poco, muchos científicos sostenían que la desaparición de estos grandes mamíferos, producida poco después de la llegada de la cultura Clovis hace 13.000 años, se debió a una blitzkrieg, una especie de guerra relámpago de estos cazadores, destronados ahora definitivamente como primeros americanos.
Los restos fósiles del mastodonte, un animal prehistórico parecido a un mamut, muestran que hace 13.800 años alguien le hincó una punta de lanza de hueso en el costado izquierdo. El arma atravesó 30 centímetros de músculos y su punta quedó clavada para siempre en la costilla.
El fósil, descubierto a finales de la década de 1970 en el yacimiento de mastodontes de Manis, en el Estado de Washington (EEUU), ha sido analizado ahora por un equipo dirigido por el antropólogo Michael Waters, de la Universidad de Texas A&M, y Eske Willerslev, de la Universidad de Copenhague. Sus resultados se publican hoy en la revista Science. Este nuevo hallazgo sepulta definitivamente la teoría de que los individuos de la cultura Clovis fueron los primeros en establecerse en América, cruzando por el estrecho de Bering desde Siberia hasta Alaska.
El propio Waters publicó en marzo el hallazgo en el yacimiento tejano de Buttermilk Creek de más de 15.528 artefactos humanos datados en 15.500 años. La mayor parte eran lascas procedentes de las fabricación de utensilios.
Los nuevos restos del mastodonte lanceado demuestran que el ser humano ya cazaba a estos animales y a los mamuts casi mil años antes de lo que se pensaba, con lo cual, su extinción en el continente no fue sólo culpa de los hombres de la cultura Clovis y de otros factores, como el clima.
Hasta hace muy poco, muchos científicos sostenían que la desaparición de estos grandes mamíferos, producida poco después de la llegada de la cultura Clovis hace 13.000 años, se debió a una blitzkrieg, una especie de guerra relámpago de estos cazadores, destronados ahora definitivamente como primeros americanos.
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