La historia de Diego contrasta con la del famoso "Solitario Jorge", tortuga gigante única en su especie, que no ha logrado tener descendencia a pesar de múltiples esfuerzos por parte de investigadores.
Diego corresponde a la especie Geochelone Hoodensis, de la isla Española, parte del archipiélago de Galápagos. En 1977, esta tortuga retornó a las islas Galápagos proveniente del zoológico de San Diego, California, y de ahí su nombre.
A su arribo, Diego se integró en un grupo de dos tortugas machos y 12 hembras, que, al ser los únicos sobrevivientes de su especie, fueron conducidos al Parque Nacional Galápagos (PNG), en la isla Santa Cruz.
Hasta allá llegaron para participar en un programa de reproducción que, según técnicos del PNG, hasta el momento ha logrado el nacimiento de más de 1.700 crías y su posterior reinserción en la isla Española.
Investigadores ecuatorianos y estadounidenses han seguido de cerca este proceso, en el cual la capacidad reproductiva de Diego ha quedado en evidencia.
"Diego ha estado muy activo y ha sido uno de los pilares fundamentales para la reproducción de su especie", dijo a BBC Mundo Sixto Naranjo, responsable de Conservación y Restauración de Ecosistemas Insulares del PNG.
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De regreso al entorno natural
Diego será reintroducido al entorno natural de la Isla Española a fines de este año, según informó Sixto Naranjo, quien enfatizó en que dicha tortuga mantiene su potencial reproductor más allá de que su edad sobrepasa los 130 años.La reinserción de Diego y del resto de tortugas de su especie que han sido mantenidas en cautiverio contribuirá al desarrollo de nuevas crías en estado natural, con una diversidad genética más amplia, lo cual ha sido un tema de interés para varios investigadores.
"Es importante que los descendientes tengan cuantos padres diferentes sea posible. Así que el hecho de que Diego está llevando a cabo la mayoría de la reproducción no es necesariamente una buena cosa, pues reduce la diversidad genética de las siguientes generaciones, y de esa forma su potencial para evolucionar y responder a los cambios ambientales", dijo a BBC Mundo Gisella Caccone, profesora de la universidad estadounidense de Yale.
No obstante, Caccone considera al programa de reproducción de las tortugas Geochelone Hoodensis como una experiencia exitosa que puede ser replicada en otras especies de tortugas gigantes.
"Estamos ayudando al PNG a establecer programas de reproducción adicionales para otras especies de tortugas gigantes de Galápagos que están en peligro extremo de extinción", señaló.
Solitario Jorge, en el extremo opuesto del espectro
Mientras se prepara la reinserción de Diego al entorno natural, los técnicos del PNG y de la Universidad de Yale mantienen esperanzas de que el "Solitario Jorge" y las dos nuevas compañeras que fueron colocadas en su corral semanas atrás logren procrear durante la época de apareamiento, entre mayo y octubre próximos.A decir de la investigadora de Yale, el caso del "Solitario Jorge" se encuentra en el extremo opuesto del espectro en cuanto a éxito reproductivo.
"Como en cualquier especie, hay una variación en cuanto a éxito reproductivo. Y Diego y el Solitario Jorge están a los dos extremos opuestos del espectro", concluyó Gisella Caccone.
BBC Mundo
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